La trascendencia humana y la sociedad perfecta

1. Evolución histórica de las ideas humanistas de la filosofía griega que fundamentan la teoría de la trascendencia humana en todos sus aspectos

3. El Helenismo cristiano
4. La educación para trascendencia humana
5. El Humanismo en Occidente
6. Planteamientos Trascendentales de la Filosofía Moderna
7. Respuestas de la Psicología a los planteamientos trascendentales
8. Teoría de la Trascendencia Humana
9. Resumen
10. Sinopsis
EXPLICACIÓN CIENTÍFICA DE CRISTO Y SU DOCTRINA FORMULADA POR LA FILOSOFÍA CLASICA Y MODERNA

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DE OPTIMO REPUBLIQUE STATU DE INSULA UTOPÍA
RODOLFO PLATA LÓPEZ
PORTADA: Grabado perteneciente a la primera edición de: «De optimo reipublicae statu de que nova insula Utopia» (1516), obra del pensador y político inglés Tomás Moro, prosa satírica de carácter social y político, creó con ella una nueva palabra (utopía: sociedad perfecta que existe solo en proyecto) y un género literario y filosófico. Su invención de una república ideal se enmarca en el humanismo renacentista de su época.
LA TRASCENDENCIA HUMANA Y LA SOCIEDAD PERFECTA, CRÍTICA A LA UTOPÍA CRISTIANA
CAPITULO III: EXPLICACIÓN CIENTÍFICA DE CRISTO Y SU DOCTRINA FORMULADA POR EL PENSAMIENTO HELENICO CRISTIANO
Evolución histórica de las ideas humanistas de la filosofía griega que fundamentan la teoría de la trascendencia humana en todos sus aspectos
Aforismo inscrito en el pórtico de entrada al Templo de Delfos:
«Conócete a ti mismo»:
(y estarás en camino hacia la sabiduría y la felicidad)
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«Los defectos, no están incrustados en el fondo del alma, solo son síntomas de la falta de desarrollo de la virtudes opuestas a los rasgos defectuosos»
Aristóteles
Solución al problema del alma truncada
I.- Grecia clásica
Al inicio del último milenio a. C., las religiones primitivas que se sustentaban en el culto a los ancestros, la adoración de los dioses patriarcales, la preservación de las tradiciones ancestrales, y las explicaciones sobrenaturales de fenómenos de la naturaleza y de los acontecimientos históricos; porque la humanidad desde sus orígenes había intuido una última causa presente en el transcurso de los acontecimientos históricos y en los fenómenos de la naturaleza que lo asombraban o aterraban, y después de describirlos los había explicado atribuyéndolos a entidades superiores, dando origen a los relatos que conforman las creencias y tradiciones religiosas; pero llegó un momento en que esas explicaciones fueron puestas en dudada, debido a su incongruencia con la realidad. Y por consecuencia las religiones primitivas comenzaron a evolucionar a favor de las ideas filosóficas que ponían énfasis en las explicaciones racionales de los fenómenos naturales y humanos, basados en principios filosóficos y espirituales de validez universal, expuestos en enseñanzas sapienciales que propiciaron el cultivo de la sabiduría, la belleza y la justicia como expresiones de la inteligencia, conciencia y dignidad del hombre, que al menos en una pequeña parte de la humanidad comenzaba a emerger como indicio de que la naturaleza humana escondía dentro de su cuerpo físico un ser espiritual capaz de trascender mas allá de esta vida y las limitaciones naturales de los sentidos, razón y capacidad cognoscitiva. Generatriz de las doctrinas enmarcadas en el fenómeno de la transformación y la trascendencia humana, donde se expone la forma sabia y correcta de convivir en sociedad producto de una deliberación reflexiva de lo que significa el bien común, la dignidad del hombre y la existencia antes y después de esta vida, manifestado a través de la educación en los valores humanos inscritos en la ley, la moral y la religión.
En Grecia cuna de la civilización occidental, ese sentido religioso había dado origen a una religión politeísta enmarcada en las tradiciones y leyendas de los pueblos helénicos que narran la intervención de los dioses en los acontecimientos sucedidos a los héroes y personajes fantásticos protagonistas de grandes hazañas o eventos que asombran o aterran al hombre, beneficiando o castigando al hombre según la observancia o trasgresión de los mandatos divinos que describe y explican sobre naturalmente los fenómenos que se dan en la naturaleza y en el interior del hombre. Así creían en Dioses vigilantes y protectores de los hombres, el cosmos, la naturaleza, las ciudades, la belleza, la justicia, la sabiduría, las artes, los oficios, etc.

La teología griega uso con bastedad el relato fantástico, porque sus contenidos abarcan una extensa gama de los fenómenos naturales y psíquicos, apoyándose en el uso: las costumbres humanas ancestrales: (los nómoi, transmitidos desde siempre por la tradición); tales «como la lengua, el modo de vida, los modales en la mesa, el vestido, la subsistencia, el estilo de comportamiento en privado y en público, el culto no necesita otra justificación que su existencia misma: expresa la forma en que los griegos han regulado desde siempre sus relaciones con el más allá. Por eso, a la religión griega se le suele denominar «religión cívica» o «de la polis», de la sociedad, donde se consagra un orden colectivo en que integra alindividuo, más que ocuparse del alma (por lo menos hasta la aparición de las religiones mistéricas). Y por ello necesitó de una gran diversidad de géneros y estilos que en sentido paralelo y en forma amena los describiera y explicara __así junto a las virtudes espirituales de abnegación, armonía, bondad, la belleza y la sabiduría__ fueron exaltadas las virtudes físicas de agilidad, destreza, entereza, y fortaleza __y las virtudes cívicas de dignidad, honor, justicia, lealtad, respeto y valor__ que caracterizaron a los semi-dioses y héroes protagonistas de las hazañas divinas en su lucha por sobreponerse a las calamidades, desastres, desventuras, y reveses del destino, provocados por la justa ira de los dioses del Olimpo ante los vicios y trasgresiones a sus mandatos, para que sirvieran de ejemplo en la vida diaria y proporcionaran un marco moral de referencia en la educación de los ciudadanos helénicos.
La complejidad del mundo de las creencias griegas, en el que se entremezclan mito, poesía, religión y culto, hace aconsejable que se disponga de un panorama global que ayude a entender la relación que en ocasiones guardan tales elementos. Alrededor del año 700 a. C., Homero y Hesiodo recopilaron por escrito estas tradiciones y leyendas, plasmándolas en las majestuosas epopeyas, (La Iliada, La Odisea, La Oristea), donde entretejieron con refinada maestría, elocuencia, y erudición, la descripción neutra de los fenómenos que se dan en la naturaleza y el hombre __y la descripción de reinos, ciudades, pueblos, montes, valles, islas, mares y ríos, instituciones, creencias, costumbres, leyes y forma de gobierno, hechos históricos, las artes, oficios y obras notables__ junto a la narración de las tradiciones ancestrales y los acontecimientos históricos de guerras y hechos emprendidos por dioses y héroes. Emotivos relatos que contienen el acervo cultural e histórico del pueblo griego, mismo que al ser documentado en una gran colección de estilos y temas, fue utilizada como material didáctico por los paidotríbes dedicados a ejercitar a los adolescentes en las artes del pentatlón y la gimnasia __los citaristas dedicados a iniciar a los jóvenes en el teatro, la danza, los coros y los instrumentos musicales__ y los grammatistés que enseñaban a los jóvenes no solo a leer y a escribir, sino a ejercitar la memoria, la elocuencia y la redacción, al mismo tiempo de enseñarles geografía, personajes, usos, costumbres y tradiciones; lo cual permitió a los jóvenes la discusión critica de la conducta de los dioses, héroes y personajes protagonistas, y el cuestionamiento de las explicaciones que dieron a los fenómenos de la naturaleza, y a los fenómenos que se dan en el hombre (Jenofonte: El Banquete), v.g. (En Alejandría se encontró un papiro didáctico de la época de los Tolomeos, que ilustra el modo como los escritos de Homero eran utilizados para el ejercicio de la escritura, paráfrasis y trascripción, en la educación escolar)
La discusión critica (Kriterion) de determinados pasajes teológicos, como el castigo eterno impuesto a Prometeo por haber obsequiado a los hombres el fuego del conocimiento divino de las ciencias y artes para aliviarlos de sus carencias y sufrimientos; pusieron en entredicho la justicia divina, porque su comportamiento era igual de egoísta que el de los hombres, haciendo sufrir a los buenos y dejando sin castigo a los malos. Y por ello predominaba la injusticia entre los hombres; lo cual, junto a las calamidades que azotaban en ese entonces a los atenienses (la guerra, la peste) __ponía en tela de juicio, no solo que los Dioses del Olimpo se preocuparan por los hombres__ sino la justicia (Sísifo: anónimo), y la propia existencia de los Dioses y divinidades (Platón: Las Leyes). Esta aporía (obstrucción) paradójica, dio inicio humanismo secular helénico enmarcado en la lucha por el cambio de ideas entre generaciones, a efecto de quitar los velos (alétheia) que ocultan la verdad acerca de los Dioses, convocaron a los jóvenes a enarbolar la bandera del cambio.
Valiéndose del Método Socrático: (Mayeutica), que tenia por objeto eliminar las falsa certezas, haciendo preguntas a los interlocutores sobre lo que tenían por verdad sin haberlo discernido, a efecto de inducir las respuestas que delimitaran y de separaran la realidad de la fantasía a partir de las descripciones neutras de los fenómenos naturales y espirituales; y asípoder aplicar el principio de la tabla rasante en las creencias ancestrales, para cortar por lo sano las falsas certezas o creencias, y poder avocarse a investigar las explicaciones atribuidas a la acción divina, encontrando las causas reales que ratificaran o desmintieran las explicaciones teológicas, revocando toda certidumbre religiosa, lo cual subvertía el orden establecido, las instituciones la ley, los valores y las costumbres piadosas, porque estaban fundamentados en la creencia de que los Dioses y las divinidades las patrocinaban __e implicaba un cambio de visión y perspectiva existencial, génesis de un nuevo tipo de hombre: (dueño y responsable de su propio destino) y sociedad centrados en la razón, la dignidad del hombre y la justicia social; lo cual se tradujo un cambio radical en el ethos y el pathos social que hizo avanzar la cultura y la civilización helénica__ Dejando al descubierto que hay una estrecha relación entre las ideas y las estructuras sociales; lo cual nos da elementos objetivos de juicio, para calificar la calidad de nuestras ideas, valores y creencias, por los beneficios o perjuicios que propician esas ideas.
Esto dio lugar a que se dividiera la opinión pública en dos bandos opuestos, que públicamente dirimieron la controversia entre la fe y la razón criticando la legalidad de los protocolos atribuidos a las deidades que regían la sociedad, frente al derecho natural y los principios universales abanderados por los filósofos presocráticos (Protagoras, Georgias, Prodico, Hipias, Antifonte, Trasimaco). Quienes formularon diversas hipótesis explicativas sobre el origen del mundo y la constitución de la materia que abarcaban una gama de posibilidades teóricas acerca de la realidad, tan diversa y heterogénea que conformó una nueva visión del mundo relativista y escéptica, que aunada a la apertura de los griegos con todos los pueblos mediterráneos emergió la pluralidad o tolerancia de las costumbres, leyes y creencias extrañas, ya que aunque no son universales, sino convencionalismos particulares, es universal la tendencia a diferenciarse de otros pueblos conservando sus tradiciones ancestrales.
Trasimaco 450 a.C.) no se interesó por la especulación filosófica de lo que debería ser la justicia sino por lo que realmente es; así que mantuvo una postura realista exponiendo: «La justicia solapa el interés del mas fuerte, a firmando que las leyes son convencionalismos impuestos por los que ejercen el poder tratando de cuidar sus propios intereses; y dictando la legislación los potentados justifican el abuso del poder del Estado para su propio beneficio». Haciendo patente la pérdida de sentido de un ideal de justicia que vaya mas allá de los egoísmos e intereses particulares, a fin de alcanzar la sociedad perfecta. Los grupos de poder afectados se escandalizaron ante la descalificación del orden legal, moral, y social establecido, que atribuía al egoísmo de los potentados la injusticia social, y la abrogación la creencia que atribuía la autoría de las leyes a la sabiduría de los dioses. Y por consiguiente las autoridades griegas reprimieron duramente a los seguidores de Trasimaco calificándolos de impíos y anarquistas, procesándolos por crímenes contra el Estado: condenando a unos a la pena capital, a otros al destierro, la confiscación de sus bienes y la quema de sus escritos en la plaza pública (Plutarco: Vidas paralelas: Demóstenes Niseas, Protagoras, etc.). Esto deja en claro el interés jurídico del Estado para intervenir en asuntos religiosos cuando afectan la sociedad, y el derecho de fincar responsabilidades a quien las tenga, a causa del daño social y moral que pueden causar las creencias e ideas tendenciosas, pero también el afán de justicia de los libre pensadores al señalar los intereses egoístas que se esconden detrás del poder del Estado y las creencias religiosas.
Los frutos de la tesis de Trasimaco dieron lugar a que se promoviera el desarrolló del espíritu critico entre los jóvenes, a efecto de coadyuvar a encontrar los valores universales (Axiológicos) que sustituyeran los valores religiosos que habían sido abrogados por la razón, y sirvieran como elementos de juicio que ayudaran a dirimir las controversias. Y la necesidad de defender y hacer valer la igualdad de derechos ante los tribunales con persuasión e inteligencia, dio origen a los sofistas que enseñaban las técnicas (tecnos) para hacer un discurso tan persuasivo que lograba derribar los argumentos y pretensiones de los adversarios en la asamblea. En consecuencia a la tesis de Trasimaco, Solon (594 a .C.) derogó el código draconiano aboliendo las deudas que ataban los campesinos áticos a sus acreedores, y redujo el poder a los terratenientes supeditando la tribuna del Areópago o asamblea del pueblo (ekklesia), al tribunal superior de los arcontes o concejo integrado por 400 ciudadanos representantes de los diferentes pueblos. La reforma política de Clistenes (507 a.C) estableció la igualdad de derechos de los ciudadanos (isonomía).
Gracias a los sofistas, algunos jóvenes griegos se capacitaron en la Retórica o arte de la elocuencia o técnica (téjne) de exponer, discutir y argüir cualesquier asunto en las asambleas públicas, derivada del hecho de que toda argumentación tiene una finalidad basada en la exposición clara y objetiva de distintos puntos de vista de: los hechos, evidencias, motivaciones y presunciones, expuestos en forma lógica, secuencial y coherente que conforma un procedimiento seguro para llegar a conclusiones convincentes basadas en las premisas y los argumentos. Aristóteles (Retórica, Refutación a los sofistas), Platón en sus diálogos (Gorgias, Protágoras,..,) ilustra el generoso entusiasmo de algunos jóvenes privilegiados, que no escatimaban los altos honorarios que cobraban afamados sofistas por enseñarles el arte de la retórica; el cual los adiestraba a exponer, argüir y replicar litigios en la asamblea pública, a efecto de dirimir asuntos y defender las causas de sus representados, sin importar «si o no» tuvieran razón en sus reclamos; elocuencia que los calificaba para ser candidatos a la Magistratura judicial. Arte que dejó constancia de elocuentes debates que ahora nos sirven como testimonio histórico de personajes notables, ideas revolucionarias y hechos relevantes, protagonizados por insignes Magistrados dedicados a representar y dirimir públicamente las causas del Estado o de particulares. Y promover ante el Areofágo o Consejo Supremo de los Arcontes (celadores de las leyes) la revisión de los asuntos relevantes y los tendentes a la conformación del marco legal que norma los derechos, obligaciones y procedimientos legales de los ciudadanos, la delineación de las directrices de la política exterior y asuntos de defensa, y la promoción de las empresas y las obras públicas.
Al margen de los litigios y las cuestiones de estado, las discusiones retóricas abordaron las cuestiones filosóficas y metafísicas, generando tesis, contra tesis y síntesis humanistas, sociales o psicológicas, que deslindaron las diferentes tonalidades del espectro asertivo, cognoscitivo y discursivo. Heráclito de Efeso conceptuó a la dialéctica como un método deaprendizaje que estructura las ideas, ayudando a captar, comprender, descubrir, razonar e intuir lo que en un principio estaba más allá de lo evidente; porque: «la esencia de lo verdadero es el devenir, y la realidad más honda es un proceso de cambio y no un fenómeno estático». Así el arte de cuestionar y argüir se convirtió en una herramienta de precisión aplicable a todos los campos del conocimiento, que cambió las ideas y las expectativas basadas en la religiosidad y los convencionalismos tradicionales, por las basadas en el humanismo científico enmarcado en el método y la teoría.
Durante la guerra de las ciudades griegas, en contra los persas y sus aliados (516-463 a.C.), un torbellino de acontecimiento funestos acompañaron la lucha por el cambio de ideas entre generaciones; ya que el hacinamiento provocado por el repliegue de los campesinos hacia las ciudades amuralladas, provocó las pandemias (peste negra), y ante el vació de valores soplaron con furia los vientos de la inmoralidad y el desenfreno. Terminadas las guerras Medicas, la turbulencia social amainó brevemente (461-431 a. C.), y la calma chicha fue aprovechada por los filósofos para retomar el estudio de los valores universales a efecto de que se restableciera el orden moral de la sociedad. Lo cual, a mediados del siglo V a. C., generó un acelerado desarrollo de la civilización y la cultura griegas, e hizo de la Atenas de Perícles, la primera potencia democrática, económica, cultural, comercial y naval, de su tiempo. Durante el siglo de oro, el escultor Fidias embelleció la Acrópolis con excelso arte. Sófocles y Eurípedes escribieron sus tragedias. Aristófanes sus comedias, Herodoto recorrió las provincias helénicas, y escribió una reseña de los acontecimientos que presenció, etc. Esto sucedió mientras Perícles se dedicaba reforzar la armada ateniense y embellecer la ciudad; pero nuevamente la paz fue perturbada por la gran guerra entre Esparta y Atenas (guerra del Peloponeso: 431, 404 a C.). Tras la victoria espartana, se restableció brevemente la paz, pero fue perturbada por un ardiente discurso de Demóstenes arengando a los atenienses y los tebanos a liberarse de los macedonios aliados de Esparta. El rey Filipo, padre de Alejandro el grande, derrotó nuevamente a los atenienses y a sus aliados, restableciéndose brevemente la paz, misma que fue amainando a medida que las tensiones sociales se acrecentaban durante la tiranía de los Sátrapas; lo cual condujo al estallido de la guerra social. Y nuevamente la perturbación de la estructura social y moral, no se estabilizó hasta haber democratizado y secularizando la sociedad. Ya que a medida que las represiones iban en aumento, el arte de cuestionar y argüir se desarrolló, llevando a los sofista y a sus jóvenes discípulos a reflexionar sobre una gran diversidad de fenómenos y hechos que requerían una explicación racional; lo cual dio lugar a teorías que explicaban los fenómenos naturales, relacionando las causas y los efectos que los provocan; así nacieron las ciencias naturales y la medicina. También condujo a que recopilaran los hechos históricos sin prejuzgarlos, ni acreditar el destino de los hombres y los fenómenos de la naturaleza a los Dioses, conformando la histórica, tal como lo conocemos hoy en día.
Sócrates considerado el fundador de la Axiología, representó para los jóvenes atenienses la personificación y la guía para alcanzar una vida superior. La axiología no solo trata de los valores positivos sino también de los negativos, lo cual permite diferenciar si algo es valioso o no, y considerar los fundamentos de tal juicio, dando origen a la teoría de los valores. Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y en la búsqueda de definiciones generales. Y a medida que la axiología y la ciencia (psicología), llenaban el vació moral que había dejado el cisma teológico, las enseñanzas de algunos filósofos modificaron la idea de que las virtudes y el liderazgo eran rasgos naturales heredados de una buena cuna, por la idea de que las virtudes (y los vicios) podían ser modeladas en el alma (Psiquis) de los jóvenes mediante la enseñanza y el aprendizaje (didáje), sin importar su cuna (Platón: El Menón); lo cual cambio la educación centrada en el físico culturismo, por la centrada en el humanismo (Eurípides: Alcestes, Andromacra, Electra, Hécuba, Helena, Hercules loco, Hipólito, Ifigenia, Ión y las fenicias, Las bacantes, Los ciclopes, Los suplicantes, Las Troyanas, Medea, Orestes, etc.), (Sofócles: Antígona, Edipo Rey, Electra, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colono)
La teoría de las ideas de Platón y su visión idealista del conocimiento que son la base de su idealismo ético y social, divide la existencia en dos mundos separados por el chorismos o abismo existente entre «el plano inteligible: Topos Uranos» de ideas o esencias eternas e invariables, y el «plano sensible» de la realidad siempre cambiante del mundo material. En La República, Platón mediante un escenario explica metafóricamente su teoría, situando lo real exteriormente a una caverna, y la humanidad situada dentro de la caverna, de espadas a la realidad exterior, confunde las sombras que proyecta la realidad exterior en las paredes interiores de la caverna, con lo real, y considera al místico como la persona que volviéndose hacia la realidad exterior, alcanza una visión de la verdadera realidad. Es por ello, que los objetos materiales que pueden ser conocidos a través de los sentidos, son para Platón proyecciones de los arquetipos esenciales. Y por lo tanto, las creencias que se derivan de la experiencia de esos objetos, son imprecisas e inconstantes, mientras que los principios universales elaborados a partir de la compenetración de la naturaleza íntima o esencial de los objetos, constituyen el único saber fidedigno de las cosas. El concepto de Platón del bien absoluto —que es la idea más elevada y engloba a todas las demás— ha sido una fuente principal de las doctrinas religiosas panteísta y mística en la cultura occidental. Platón exploró también los problemas fundamentales de la ciencia natural, la teoría política, la metafísica, la teología y la epistemología, y enriqueció conceptos tales como el conocimiento (en Teeteto), el origen y esencia del lenguaje (en Crátilo), la justicia (en La República) o la belleza (en El Banquete), entre otros muchos, que posteriormente se erigieron en fundamentos permanentes del pensamiento occidental. Y tratando de explicar la máxima ancestral Lacedemonia «CONÓCETE A TI MISMO», escrita en el pórtico de entrada del templo de Delfos como un saludo de Dios a los hombres, nacieron las ideas directrices de las ciencias humanas que tratan de descifrar al hombre, mediante el conocimiento de los mecanismos de su pensamiento y conducta, para poder visualizar y entender lo que pasa en su interior; y así dar solución a sus problemas emocionales y psicológicos. Posteriormente la isla fue colonizada por nuevos pueblos que modificaron la máxima ancestral, agregando: «CONÓCETE A TI MISMO Y ESTARÁS EN CAMINO A LA SABIDURÍA Y LA FELICIDAD», para acabar de entender por completo su significado __»ya que si un hombre anhela ser feliz, hará todo lo posible para alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento__ y si la felicidad se alcanza mediante el auto conocimiento; luego entonces, el hombre que anhela la felicidad, deberá comenzar por escrutar su pensamiento y conducta, para conocer interiormente lo que esta bien y lo que esta mal, y proceder a corregir lo que esta mal, a fin de realizar su anhelo»
Finalmente narra Platón en su «Apología de Sócrates, Critón, Diálogos de Platon» que habiendo sido acusado Sócrates, falsamente por Anito, Aristófanes, Meleteo, Licon y otros sicofantas de no creer en los dioses protectores de la ciudad __tratar de introducir otros dioses extraños__ y de corromper a los jóvenes, induciéndolos a investigar los fenómenos celestes y de todo cuanto hay en las profundidades de la tierra, y de cobrar fuertes estipendios por enseña a los jóvenes a transformar los argumentos débiles en argumentos fuertes a efecto de que sus causas triunfen. Sócrates se defendió de los cargos que se le imputaban, declarando que sus acusadores se habían ofendido, debido a que él los había interrogado y puesto en evidencia, tratando de resolver un enigma formulado por los dioses a causa de que en cierta ocasión Querefonte peregrinó al Templo de Delfos y preguntó al oráculo: «que si existía un hombre más sabio que Sócrates», y el oráculo respondió que «no había ninguno mas sabio». Y al enterarse del oráculo, Sócrates que no se tenia a si mismo como sabio, se avocó a descifrar el enigma entrevistando a los ciudadanos más prominentes que se tenían por sabios, llevando a sus interlocutores mediante preguntas a encontrar la respuesta de lo que creían saber, sin saberlo; lo cual llevó a Sócrates a descifrar el oráculo al darse cuenta que mientras la generalidad de los ciudadanos debido a las falsas certezas, creían saber algo, sin en realidad saberlo, su sabiduría consistía «en saber que no sabia nada».
En primera instancia el falló del jurado, fue de 281 votos de culpabilidad, y 220 en contra. Y el Tribunal condenó al acusado elegir entre una multa pecuniaria, o amonestación y destierro, a efecto de que el acusado se abstuviera de seguir importunado a los ciudadanos prominentes con su interrogatorio. Y debido a que Sócrates inconforme, apelara el falló, en segunda instancia, la votación del jurado fue de 360 votos a favor de la culpabilidad, y de 142 en contra, y la sentencia fue la de la pena capital, debido a que Sócrates en lugar de solicitar clemencia, interpelo la fuerza del vulgo (Aristófanes: Las Nubes) que a causa de su ignorancia, sofocaba la llama de la verdad condenando a pena muerte a los promotores del cambio de ideas entre generaciones. Platón en su obra «El Critón», narra las replicas del dialogo que sostuvo Critón con Sócrates, tratando de persuadir a su amigo de aceptar su ayuda para que fugara de la prisión, en las que sostiene la creencia de la dignidad que lo obliga a vivir una vida justa y abnegada en el bien y la verdad, respetando el marco legal, las instituciones y sus representantes que rigen el orden social, Entre otras convicciones expone la creencia de que exista vida después de esta vida, y la relación de los actos de esta vida, respeto a la felicidad o sufrimiento en el hades, y el ejercicio de la «no violencia», cuando Sócrates interpela a Critón, a contestar: «si es justo o injusto», por civilizado, que el que sufre un daño, lo devuelva. Todo lo cual, se relaciona con las falsas certezas de Dios que tienen los deístas, que los lleva por ateos y subversivos a los libre pensadores, y descalificar las enseñanzas de los filósofos griegos.
Aristóteles criticó la teoría de las ideas de Platón debido a que las ideas eternas e inamovibles son incapaces de explicar la existencia del movimiento y el cambio continuo de los seres y las cosas, sin embargo admitió la existencia esencias que son inmanentes a los seres y las cosas individuales y son capaces de plasmar en la materia su estructura y forma particular, o sustancia; introduciendo el topos Urano de Platón a nuestro mundo interior, facilitando la comprensión de los universales, a partir de los cuales, todos los objetos del conocimiento han de someterse al juicio de la razón y la experiencia controlada. El doxa o percepción de los sentidos que había sido etiquetada como conocimiento impreciso y engañoso por Platón, para Aristóteles es punto de partida necesario y obligatorio, no solo de la filosofía, sino de la ciencia. Esto hace posible hacer ciencia de las esencias inmanentes en los seres y las cosas o ciencia de los primeros principios, y categorías que fundamentan las teorías que explican los fenómenos que se dan en los seres y las cosas.
Dando inició un movimiento filosófico y científico al dudar de las hipótesis no confirmadas por la experiencia; lo cual revolucionó el campo de la teoría del conocimiento al fundamentar la filosofía y la ciencia en la experimentación, originando el empirismo; es decir la recopilación, el estudio y la interpretación de los datos que se obtienen a partir de la experiencia.. EnOrganón expuso los principios filosóficos del raciocinio que fundamentan la lógica y garantizan el acceso del conocimiento a la realidad, lo cual permite perfeccionar el conocimiento científico y a la vez demostrativo y convalidadamente verdadero. Al mismo tiempo que fue el creador del empirismo epistemológico, fue gestor del realismo metafísico al exponer que «Hay un realidad exterior que puede ser accesible al conocimiento empírico debido a que las esencias de las cosas tienen una realidad dual; en su sustancia: materia y forma, y en sus relaciones: causa y efecto»; así: no hay causa sin efecto, ni efecto sin causa. El principio de causalidad es el cimiento del edificio de las ciencias experimentales, y el principio de la relación entre la materia y la forma, es el fundamento de la antropología filosófica donde el cuerpo es la materia y la forma es el alma. Principio sobre el que se desplanta la psicología, la sociología y la política. En su Filosofía 1ª: (Metafísica, el Tratado del Alma), y Éticas: (Eudemo y Nicómaco), expone el concepto del Absoluto como: «causa de todas las causas que es el origen y el motor del universo», y define al alma como «primer principio, fuerza o energía que da origen a la vida, a la sensación y a la intelección», y explica los principios de: «esencia y existencia, sustancia y accidente, acto y potencia, materia y forma, causa eficiente y causa final», y aborda las cuestiones existenciales reflexionando en la armonía, extensión, diversidad y orden existente en la naturaleza, considerando que: «cada cambio el la naturaleza, es la realización de una posibilidad inherente a las potencialidades inmanentes en los elementos, seres y cosas que conforman el cambio; luego entonces: si el hombre quiere cambiar y dejar de sentirse insatisfecho e infeliz, lo que procede es avocarse a desarrollar las potencialidades inherentes a él, para realizarse y ser feliz». Y al abordar el problema del alma truncada; consideró, que: «los defectos no existen incrustados en el fondo del alma, solo son síntomas de la falta de desarrollo de una cualidad determinada; y para remediarlo, es necesario aplicarnos a practicar las virtudes opuestas a los defectos observados, fincando la base científica de la teoría de la trascendencia humana».
Dentro del periodo helénico que comienza con la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) y termina con el final de la república romana. Las teorías sobre las esencias (ousia) y las categorías o atributos del ser continuaron desarrollándose a través de otros pensadores como Antístenes fundador de la escuela cínica. Los cínicos eran objeto de escarnio debido a su excentricidad, débil aspecto físico y austeridad, y siendo adultos se dedicaban a practicar el ascetismo, en lugar de dedicarse a un oficio productivo (Aristófanes: Las Nubes). Aristípo abordó la teoría del placer, origen de la elevada filosofía de Epicurio, cuyos seguidores tenían la firme convicción de que: La completa felicidad no depende de las cosas fortuitas y vulnerables; luego entonces se puede prescindir de ellas. Y precisamente porque la felicidad no depende de las cosas fortuitas y vulnerables, todo mundo puede alcanzar la felicidad, si dejamos por un momento de preocuparnos por las cosas materiales, y aplicamos nuestro tiempo libre a conocernos a nosotros mismos, siguiendo la máxima Lacedemonia: «NADA EN DEMASÍA». Corriente del pensamiento que dio origen al estoicismo, representada por Diógenes (413-327 a.C.), quien fue celebre por su desprecio por los bienes materiales y los convencionalismos sociales, y por sus excentricidades __ya que tratando de descifrar hasta sus últimas consecuencias la discusión de Platón sobre la máxima ancestral » es difícil llegar a ser justos, pero más difícil es devenir justos»__ sosteniendo su lámpara de aceite encendida a plena luz del día, buscando encontrar entre la multitud al hombre justo de devenir perfecto, cuyo nacimiento había sido profetizado por videntes, desde oriente hasta occidente. Los estoicos pregonaban el dominio de la mente sobre los sentidos, ya que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades materiales y la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad o ataraxia). La doctrina estoica que consideraba a cada persona como parte de Dios y miembro de una familia universal ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y preparar el camino para la propagación de una religión universal.
La escuela estoica, deriva su nombre del pórtico pintado (stoa poikile) con que el se conocía la casa donde fue fundada en Atenas hacia el 300 a.C. por Zenón de Citio, cuyas enseñanzas quedaron plasmadas en sus obras (De la vida conforme a la naturaleza, De los universales, Argumentos dialécticos, De las pasiones). A Zenon le sucedió Crisipo quien estableció el canon del estoicismo sistematizando las enseñanzas de Zenon y perfeccionó las investigaciones lógicas, El estoicismo representó la escuela más importante en el mundo grecorromano y en ella coincidieron escritores y personalidades tan importantes como Epicteto y el propio emperador romano Marco Aurelio Antonino, conocido tanto por su sabiduría como por la nobleza de su carácter. Uno de los más relevantes filósofos estoicos del Imperio romano fue Séneca, tutor del emperador Nerón, que mantuvo las tesis fundamentales del estoicismo antiguo con un importante tono moral y una concepción de la sabiduría como benevolencia. La doctrina estoica de la ley natural, que convierte la naturaleza humana en norma para evaluar las leyes e instituciones sociales, tuvo mucha influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente. Marco Tulio Cicerón utilizó la doctrina estoica de la ley natural como fundamento de su tratado de las obligaciones: (Los oficios) para con la verdad, la justicia y la sociedad, con el fin de inculcar la responsabilidad civil, moral y espiritual a su hijo Marco, quien al igual que su padre estudiaba esta doctrina en la secta Académica, nombre del gimnasio ateniense donde se reunía la secta desde tiempos de Sócrates, cuyos catedráticos después de Platón fueron: Espeusipo, Jenócrates, Polemón, Cratetes, Crator, Arcesilas y Carneades..
El Humanismo secular helénico
El perfil moral del humanismo secular tiene una banda muy ancha debido a la ausencia de dogmas pero no de principios que enaltezcan la dignidad humana. Su mayor virtud es la búsqueda intensa y apasionada del bien y la verdad, utilizando la razón y el libre pensamiento. Porque la sabiduría y la bondad son el norte que orienta su vida y sus actos, para encontrar la salida a los laberintos mentales que mantienen perpleja a la humanidad en el oscurantismo medieval religioso, utilizando el pensamiento crítico. El humanismo secular y su etiqueta de ateo, se debe a que los libre pensadores, concientes de la dignidad humana estamos en contra de la manipulación y enajenación que promueve la religión organizada, y seguimos la directiva que expuso Protágoras al analizar el ethos y el pathos de los dioses del Olimpo y caer en cuenta que las narraciones sagradas eran una mitología producto de la fantasía humana, a fin de explicar los portentos. Conclusión que lo llevó a señalar que el hombre es la medida de todas las cosas, abrogando el culto a los dioses del Olimpo, aún el dios desconocido. A partir de entonces, los pueblos herederos de la cultura helénica intentamos construir un mundo mejor cimentado en la ciencia, las humanidades y la educación laica de las multitudes en los valores del humanismo secular que tiene como polos la trascendencia humana y la sociedad perfecta, a fin de desarrollar las potencialidades interiores ejercitando el altruismo y el activismo social intensos, imitando a Cristo. El movimiento secular cristiano iniciado por los sabios alejandrinos en el primer siglo, tiene su raíz en el misticismo secular helénico practicado antes de Cristo por cínicos epicúreos y estoicos. Comprende solo los valores espirituales que enaltecen la dignidad humana, dejando de lado los relatos de las divinidades y el culto. No solo reconoce la importancia de la dimensión espiritual humana sino que promueve la divulgación del conocimiento espiritual, a fin de que la humanidad trascienda el subdesarrollo espiritual en el que se encuentra, a causa de los errores de la fe; y por ello, desde un punto de vista aquo, utiliza la razón para disolver los fundamentalismos perniciosos de creyentes y ateos, mediante un juicio justo.
Educar en y para la virtud, es el significado que encierra el término griego Paideía, encargada de trasmitir los hábitos, usos y las costumbres idóneas mediante las cuales un individuo puede llegar a ser virtuoso. El beneficio o aplicación más grande de la virtud, consiste en estar bien consigo mismo y estar bien con los demás, cualidades necesarias para administrar el Estado y guiar las acciones de las polis hacia el bien de la sociedad. La paideía es un proceso educativo que propicia comportamientos (pathos) adquiridos que inducen trasformaciones en los individuos a fin de que se realicen personal y colectivamente, involucrándose en la superación de si mismos, la familia, la sociedad, el Estado y el cosmos. La finalidad de la paideía es la trascendencia humana y la sociedad perfecta. De allí, que la educación en los verdaderos valores, sea de máxima importancia para el perfeccionamiento de los individuos, la sociedad y el Estado __Platón, dividió la educación en los valores en dos dominios. El dominio de la educación como técnica (Techné: el adiestramiento de las técnicas propias de cada profesión) y el dominio de la educación como virtud o arte (Areté). Es en el dominio del Areté donde radica la problemática de la enseñanza__ Hablando de la excelencia, de la maestría, del virtuosismo. En Agamenon, Sócrates cuestiona ¿Existe virtud o dominio que no sea comunicable o transferible de maestro o tutor a educando, ni pueda por todos ser adquirido? ¿Agamenon a su vez pregunta: respecto a la virtud, ¿puedes decirme Sócrates, si la virtud es un valor que se enseña, o es algo que se adquiere con el ejercicio; o si en lugar de ser objeto de enseñanza y ejercicio es un don natural de algunos hombres o si existe otra forma de adquirirla? Respecto al aprendizaje y la destreza Sócrates responde: es a través de la educación en los valores y el ejercicio de las virtudes excelsas que todo individuo llega a ser. Por eso el llegar a ser o trascender sus propias limitaciones constituye la finalidad de la educación apropiada para todos los hombres. Hablando de ideales: el maestro como imagen y el discípulo como materia moldeable. Hipócrates entusiasmado, buscó a Sócrates para informarle que planeaba seguir las enseñanzas del sofista Protágoras, que se encontraba de paso en esa ciudad. De inmediato, Sócrates previno al ansioso joven, formulándole la cuestión fundamental de la presente crítica al cristianismo: ¡Fíjate bien con quien quieres llegar a ser, a fin de que llegues a ser! ¡Fíjate bien que quieres llegar a ser, a fin de que logres ser lo que te propones! La primer prevención socrática tiene por objeto, hacer que el joven se fije bien a quien escoge por maestro, antes de seguirlo acriticamente. El maestro perfecto, además de la información, dominio y conocimiento requeridos, debe saber trasmitirlos a sus discípulos y ser un ejemplo a seguir; es decir ante todo debe de ser un formador. Porque si el discípulo escoge por maestro, un mal maestro, o un maestro cuya competencia no es en la que esta interesado el discípulo, difícilmente podrá llegar a ser lo que se propone. Cristo hombre de humanidad perfecta, trasformó a sus discípulos de rudos pesadores en médicos de almas. Era un formador, el ejemplo ideal a seguir; por ello los helénicos primero lo buscaron hasta encontrarlo y luego lo siguieron.
La segunda prevención socrática ¡Fíjate bien que quieres llegar a ser!, tiene que ver con el fenómeno de la transformación humana; lo cual nos permite dilucidar las probabilidades de poder adquirir la destreza o virtud; lo cual corresponde al dominio del areté. Platón no ignoró que para gobernar al Estado se requiere del poder; por ello, no desdeñó la ambición por el poder de los poderos y los potentados, que ve como una inclinación natural en algunos hombres, cuyo esfuerzo se sirve de la Retórica para conseguir los fines que se proponen. La retórica no coincide con la areté, se acerca más a la techné, porque en principio se trata de reglas generales y artificios orientados a persuadir a la asamblea o contestatarios; sin embargo no pertenece por completo a la techné, porque actúa al margen del conocimiento verdadero, a fin de lograr su objetivo engañando o halagando a sus seguidores, haciendo que los ciudadanos acepten como bien verdadero los halagos y las falsas promesas de sus gobernantes o candidatos. Origen de la oposición entre el bien aparente que propone la retórica con el bien verdadero que busca la paideía; ya que no persigue el poder, sino el bien verdadero del hombre y la sociedad. Esta finalidad queda ilustrada en Gorgias, cuando Polo manifiesta su desacuerdo porque Sócrates no consideraba como bien verdadero el poder absoluto. Y preguntó si Arquelaos, rey de Macedonia había alcanzado la verdadera felicidad que da el poder absoluto. Y Sócrates respondió: «No se, si Arquelaos alcanzó la finalidad que persigue la paideía. Desconozco si esta animado por el espíritu de justicia. Cualquier gobernante virtuoso que se afana por alcanzar la plenitud de los fines de la paideía, encuentra la paz y felicidad verdaderas sirviendo a sus semejantes. Mientras que el sátrapa, injusto y perverso, no alcanza la paz ni la dicha de si mismo ni la de sus súbditos, debido a los perjuicios que causan a la sociedad y al Estado, al no cumplir las promesas que hiciera para persuadir a sus seguidores y gobernarlos».
La doctrina estoica que consideraba a cada persona como parte de Dios y miembro de una familia universal, ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y preparo el camino para la propagación de una religión universal. Los estoicos escépticos profundizando en su crítica al conocimiento objetivo, considerando que mediante el raciocinio, no se puede alcanzar el conocimiento o la ciencia que conciernen a la realidad, debido a que mediante los sentidos físicos no captamos lo real, sino lo aparente. Y de acuerdo a la máxima escrita en el pórtico del templo de Delfos: «CONOCETE A TI MISMO», como un saludo de Dios a los hombres, y como requisito previo para acceder a Su divina presencia. Concluyeron que el camino hacia la felicidad interior se asienta en una absoluta suspensión del raciocinio, a fin de abrir nuestros ojos interiores y ver más allá de lo aparente; lo cual fue la causa de que los filósofos estoicos abandonaran la investigación científica de la naturaleza y la búsqueda de la felicidad en el mundo, y se preocuparan por el conocimiento interior, la inmortalidad de nuestro espíritu, y su salvación en otro mundo mejor. Propiciando que la filosofía y las ciencias que caracterizaban al helenismo, se dejaran de lado, y el oscurantismo cobijó a la humanidad durante un milenio y medio.
A partir de entonces los periodos de oscuridad por el rechazo a la realidad y la razón, se han alternado intermitentemente con periodos de luz del pensamiento neo platónico y neo aristotélico a favor de una metafísica de lo supra racional y una epistemología en favor de la razón. Revitalizando el escepticismo que surgió en la Academia platónica en el siglo III a.C. Auspiciada por Alejandro Magno. Propiciando el declive de la doctrina estoica basada en la ley natural que tomaba al hombre como la medida de todas las cosas, a fin de encontrar la verdad en los portentos que se dan en el hombre, la naturaleza y el cosmos abordándolo científicamente.
La helenización de Palestina propició que la lengua griega se extendiera por todos los pueblos de la Península, y por consiguiente el Antiguo Testamento se tradujo al griego. La tolerancia helénica hacia otras religiones, dejó intacta tanto el Libro de Israel como las creencias de los judíos; lo cual propició el choque entre las culturas judaica y helénica, perpetuándose hasta la fecha. Debido a que para los helénicos la verdad metafísica se halla en el mismo mundo, y el hombre puede descubrirla mediante la filosofía, que es la búsqueda de la sabiduría o ciencia de las cosas divinas y humanas y de sus causas A esta búsqueda debe agregarse el de la «virtud» por ello fue que los helénicos siguieron a Cristo como el mejor ejemplo a seguir para alcanzar la verdad metafísica y la virtud. En Cambio para los judíos solo Yahvé conoce toda la verdad del mundo, y el hombre no puede saber nada que no le haya sido revelado por Yahvé, por boca de sus profetas; por ello es que buscan la verdad y los dictados de Yahvé en la Torah». Esta diferencia de enfoque, ha prolongado hasta nuestra época el choque entre la cultura helénica y la judía, debido a la perpetua oposición judía a que los helénicos estructuren racionalmente la doctrina de la Iglesia; y por consiguiente la estructura racional sigue inconclusa, y hay necesidad urgente actualizarla, antes de que los enemigos de la razón sustituyan la plataforma racional del helenismo cristiano en donde se desplanta el futuro de la humanidad fincado en las ciencias, las humanidades, la justicia social, la pluralidad y la paz entre los hombres y las naciones de buena voluntad, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta; por la plataforma mítica del pacto del Sinaí en donde se desplanta el futuro de la humanidad fincado en la manipulación del nombre de Dios para sin escrúpulo alguno saquear, someter o exterminar a todos los pueblos y naciones, a fin de alcanzar la supremacía mundial de Israel.
El Helenismo cristiano
En la Era común, Alejandría seguía siendo el faro de la ciencia, la cultura y la filosofía griega que iluminaba al mundo antiguo, cuando las éticas de Platón y Aristóteles tenían su desarrollo natural en la polis griegas, y la educación propiciaba el interés por las artes, la filosofía y las ciencias; y era obligación de los ciudadanos participar en los asuntos públicos que se ventilaban en los tribunales; y obligación de los padres proporcionar una educación esmerada a sus hijos, de no hacerlo, los padres y sus hijos eran condenados a penas severas que incluían el destierro y confiscación de sus bienes. Su acervo cultural, constituía, incluso antes de Bizancio, un foco de sabiduría que tendería a teorizar la doctrina cristiana, helenizándola__ En un principio el cristianismo fue un movimiento laico. La Epístola apócrifa de los Hechos de Felipe, expone al cristianismo como continuación de la educación en los valores que persigue alcanzar la paideía griega, promovida por los sabios alejandrinos que fueron los primeros en percatarse del movimiento secular cristiano cuando se entrevistaron con Cristo (Jn XII, 20 al 24). Posteriormente enviaron al medico Lucas a dar testimonio escrito de los portentos, vida, ejemplo y enseñanza de Cristo, a fin de dar fe que es cierta la teoría de la trascendencia humana formulada por Aristóteles al abordar el problema del alma truncada que sostiene que el hombre puede trascender a sus propias limitaciones si practica las virtudes opuestas a sus defectos hasta alcanzar la supra humanidad. A partir de entonces, los pueblos helénicos siguieron el movimiento cristiano como el mejor modo de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta que pretende la paideía griega; por ello lucharon por helenizar el cristianismo a fin de estructurar la fe conforme a la razón. Lo cual propició el choque entre culturas ante la oposición radical e intransigente de los príncipes de la sinagoga tendente a evitar que se helenizara el cristianismo para judaizar el cristianismo y mantenerlo sujeto a los intereses judíos. Separando la fe de la razón __cuya unión inseparable, Cristo había revelado metafóricamente al ciego de nacimiento (Jn IX, 39)__ Provocando en los pueblos cristianos la estulticia generalizada y la entronización del oscurantismo, al olvidar las raíces helenistas de nuestra cultura; lo cual ha convertido las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes en rabinos, los cristianos en siervos del gobierno mundial judío, y el judeo cristianismo en religión chatarra. Así el movimiento cristiano dejó de ser laico y dejó de perseguir los fines últimos de la paideía (Werner Jaeger: Paideía); y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana.
Cuando Cristo predicó la doctrina de la trascendencia humana cifrada en la igualdad y fraternidad de todos los hombres y todos los pueblos sobre la tierra __lo cual coincidía no solamente con la pluralidad y tolerancia hacia las costumbres y creencias de otros pueblos que caracterizaba a los helénicos sino que la trascendencia humana cifrada en la persona, ejemplo y doctrina de Cristo venia a resolver importantísimos planteamientos de sus filósofos__ Lógicamente la doctrina de Cristo atrajo a los gentiles helénicos a las filas de sus seguidores.
Aristóteles en su tratado metafísico Acerca del Alma, al abordar el Problema del Alma Trucada, fundamentó la teoría de la trascendencia humana basados en la oscultación profunda, la fenomenología, la explicación o el diagnostico, el pronostico y la prescripción terapéutica conforman la praxis que siguen médicos, psicólogos y terapistas, la cual nos permite ir o pasar de los hechos a las ideas y de la ideas a los hechos, haciendo objetiva la identidad entre la praxis médica y la praxis mística, es decir entre la doctrina desarrollada por los místicos de todas las religiones y la teoría de la Trascendencia Humana desarrolladas por los filósofos y Psicólogos (médicos de almas). La trascendencia humana refleja en la persona de Cristo, es de interés genérico porque es el norte que orientan a la humanidad hacia el desarrollo espiritual y humano necesario para alcanzar la sociedad perfecta. Y la vida y ejemplo de Cristo da certidumbre a la doctrina y la teoría de la trascendencia humana que siguen místicos y teóricos en sus prescripciones terapéuticas enmarcadas en la descripción, explicación y aplicación del fenómeno espiritual de la trasformación humana, demarcando el sendero del desarrollo espiritual y humano con elementos objetivos de juicio e instrumentos de desarrollo humano y sanación espiritual; como la practica intensa del altruismo, el misticismo y el activismo social, detonadores de la experiencia personal e intima de nuestro espíritu. Cristo practicaba el ayuno, la meditación profunda y la reflexión de los textos sagrados para Israel, a medida que como médico de almas recorría las comarcas de su país curando el sufrimiento de los enfermos que le presentaban. Preparación remota necesaria para discernir y reflexionar, confrontando las ideas con la realidad, y hacer un juicio justo del judaísmo deslindando lo benéfico de lo perjudicial contenidos en la religión organizada. Y llegado el término del juicio del mundo, en calidad de magistrado excelso, condenó a los príncipes de la sinagoga por las pesadas cargas que imponían a los fieles con pretexto del culto, señalando como reos merecedores de pena eterna a los seguidores de la doctrina y ejemplo de Israel, a causa de los genocidios bíblicos perpetrados por el pueblo judío contra los pueblos gentiles. Fallo inapelable de un Magistrado excelso que por su bondad, virtudes, sabiduría y poder de hacer milagros, es ejemplo innegable de lo que es la Trascendencia humana y de las potencias espirituales que se esconden en el fondo del alma humana
La lengua griega introdujo en el movimiento cristiano, un mundo nuevo de conceptos, categorías intelectuales, metáforas y sutiles connotaciones helénicas, que propició el choque de culturas ante los esfuerzos del rabinato de Jerusalén para mantener la fidelidad a la Ley, libre de las contaminaciones paganas. A partir de entonces, la intransigencia judía triunfó sobre la benevolencia helénica para las creencias religiosas de otros pueblos. Y la teorización del cristianismo, nunca se llevo a feliz término, porque los esbirros de la Sinagoga nunca lo han permitido; así el movimiento cristiano dejó de perseguir los fines últimos de la paideía, y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana. A medida que se judaizaba el cristianismo, declinaba el esfuerzo helenista por estructurar racionalmente la doctrina de la Iglesia, a pesar de que las obras de notables autores greco romanos habían preparado el camino de la teorización del cristianismo: vg. Aristóteles como respuesta a la indagación existencial de los primeros principios y las primeras causas que explican la naturaleza del cosmos, los seres y las cosas del orden existente expuestas en la Metafísica y su Tratado: Acerca del Alma donde expone la teoría de la trascendencia humana al abordar la solución al problema de alma truncada, siguiendo los principios lógicos para integrar en un todo, las parcelas de conocimiento humano que han orientado el pensamiento del cristianismo helénico. Los clásicos romanos [Cicerón: Los Oficios, Seneca: Sobre la Providencia, Dionisio Areopagita: Teología Mística]. Tertuliano: Apologeticum inició la helenización del judeo cristianismo. Su obra evocó la continuidad perenne entre los auténticos valores humanos (la trascendencia humana y la sociedad perfecta) y los valores cristianos (La vida comunal, los mártires cristianos, la conducta moral, el amor al prójimo). En sus escritos apologéticos, Tertuliano se propuso comunicar el mensaje del Evangelio acorde al pensamiento helénico. Y dio un paso enorme con la explicación del dogma trinitario, utilizando el acervo cultural helénico para expresar este gran misterio, introduciendo los términos «una sustancia» y «tres personas». También son muy importantes sus textos sobre «el Espíritu Santo, la Iglesia, la vida futura». En el siglo II, San Clemente de Alejandría, padre de la Iglesia griega, contribuyó a preservar el acervo cultural helénico en su conversión al cristianismo, a través de sus escritos: Exhortación a los griegos: Protrepticus, Maestro:Paedagogus, y Misceláneas: Stronata. En el siglo III d. C. el filósofo romano Plotino recorría las provincias romanas, disertando sobre la tarea de los hombres en el mundo prescrita por la doctrina estoica para coadyuvar a alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Ilustrando como la practica de las virtudes excelsas activan la capacidad para la trasformación y mejoramiento del mundo. Causando tal la impresión a sus oyentes, que algunos de ellos dieron sus fortunas a los pobres, libertaron a sus esclavos, y dedicaron sus vidas al estudio y práctica estoica. Razón por la que el mundo helénico se volcara al cristianismo, no solo como la mejor forma de vivir la hermandad entre los hombres, sino a causa de que es Cristo el único ejemplo y prueba de la trascendencia humana, que confirmaba la tesis metafísica planteada por Aristóteles al abordar el problema del alma truncada.
En Alejandría el siglo II, d. C. las tradiciones de Egipto, India e Israel, se combinaron con la filosofía griega dando origen al neoplatonismo, fundado por Amonio Sacas y desarrollado por Plotino. Éste basó sus ideas en los escritos místicos y poéticos de Platón, los pensadores pitagóricos y Filón. Un milenio más tarde, después de un largo periodo neo platonista de fuerte oposición religiosa al cambio de ideas sobre la creación expuesta en el Génesis, los escolásticos del alto medioevo (Alberto Magnus) convencidos de la armonía fundamental entre razón y revelación propusieron un filosofía que se conoce por el nombre de escolasticismo o escolástica que pretendía amalgamar la visión racional Aristotélica del universo con la visión bíblica del Génesis, a fin de integrar un sistema ordenado del saber sapiencial de Grecia y Roma y el saber religioso del cristianismo (Donas E.R: Algunos aspectos de la experiencia religiosa desde Marco Aurelio a Constantino). Y aunque intuían que cualesquier oposición entre revelación y razón podía deberse al uso incorrecto de la razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación (San Anselmo), intentaron determinar el ámbito preciso de las competencias de cada una de estas herramientas del saber sin conseguirlo. San Agustín de Hipona: La Ciudad de Dios. Santo Tomas de Aquino: (Summa Theologiae, Escritos Catequísticos) convencido de que el pensamiento helénico podía probar algunas doctrinas procedentes de la revelación divina, abordo la filosofía aristotélica supeditando la razón a la fe, debido a que la doctrina de la Iglesia es un campo minado por fundamentalismos falaces e intereses creados imposibles de salvar si primero no se critica al profetismo judío; así que Aquino solo usó la razón para defender la fe y no para despejar el camino hacia la estructuración racional de la doctrina de la Iglesia. Para los cristianos de hoy, esto significa __escoger entre {el judeo cristianismo o entelequia teológica, fruto perverso de los esbirros de la Sinagoga para someter a los gentiles cristianos que siguen a Israel} -VS- {el helenismo cristiano o paideía: ciencia del conocimiento espiritual que promueve los valores trascendentales del activismo social, el altruismo y el misticismo intensos, necesarios para alcanzar la excelsa virtud, siguiendo a Cristo como el mejor modo de realizarnos en plenitud; no solo individualmente sin genéricamente. Requisito indispensable para poder ejercitar desinteresadamente la autoridad del Estado y guiar las acciones del Estado y la de los ciudadanos hacia el bien de la comunidad. La baja calidad moral de nuestros gobernantes y nuestros conciudadanos, nos permite darnos cuenta que los cristianos ignoramos la prevención que hiciera Sócrates ¡Fíjate bien con quien quieres llegar a ser! Misma prevención que hiciera Cristo a sus apóstoles advirtiéndoles que se cuidaran del fermento nocivo de los fariseos} El adagio popular «dime con quien andas, y te diré quien eres»confirma que escogimos un mal maestro, escogiendo a los esbirros de la Sinagoga en lugar de los filósofos helénicos. El Evangelio del joven rico nos ilustra las implicaciones de ambas prevenciones socráticas. 1º El joven se fija bien con quien quiere llegar a ser, y abordando a Cristo, dice: «Maestro bueno». A continuación indica lo que quiere llegar a ser. ¿Qué he de hacer para ganar la vida eterna? 2º Cristo indica al joven el requisito preliminar de su decisión ¡Ve y cumple los mandamientos de la ley moral! 3º El joven asevera que cumple con la ley moral. 4º Cristo prescribe el requisito fundamental, indicando al joven: Si buscas la vida eterna ¡Ve, vende lo que tienes; dáselo a los pobres; y entonces ven y sígueme! Directriz maestra señalada por Cristo en el sermón de la Montaña al cuestionar a sus seguidores: ¿De que le sirve al hombre ganar el mundo, a costa de su alma? ¡Busca primero el reino de los cielos, que las cosas de este mundo se os darán por añadidura! Aquí podemos inferir o darnos cuenta que los pueblos cristianos difícilmente podremos realizar las virtudes y los fines trascendentes que persigue la paideía, debido a que no tuvimos la fuerza suficiente para seguir a Cristo sirviendo desinteresadamente a nuestros semejantes.
La educación para trascendencia humana
La palabra trascendencia es muy rica desde un punto de vista semántico. Atesora en ella muchos significados que hay que saber distinguir debidamente para saber de qué se trata cuando se hace referencia a una educación para la trascendencia humana. Trascendente no solo significa lo que intelectualmente o moralmente alcanza gran altura sino lo que sobrepasa los límites de la realidad concreta. Trascender (de trans, más allá, scando, escalar) significa, primeramente, explorar los diferentes significados semánticos del verbo trascender y, posteriormente, explorar los mecanismos y las prácticas pedagógicas que pueden despertar en el educando el sentido de trascendencia. En este sentido, educar para la trascendencia humana, ir más allá, ampliar el universo del educando, enseñándole a comprender los diferentes niveles y estratos de la realidad a fin de superar el sub-desarrollo espiritual de la humanidad. La trascendencia humana se enmarca en el fenómeno espiritual de la transformación humana, e implica el cambio de los parámetros o ideas existenciales y relaciónales. Es decir el cambio de mentalidad que conforma nuestra manera de ser, de percibir la realidad y de reaccionar ante las percepciones de nuestros sentidos. Lo cual sucede practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos prescritas por los educadores y terapeutas basados sintomatología patológica de las disfunciones mentales revelada mediante una oscultación profunda, con el propósito de realizar el cambio de una personalidad egocéntrica a una personalidad socialmente responsable; es decir integralmente relacionada consigo mismo en sus tres dimensiones (cuerpo, mente y espíritu), la sociedad y la naturaleza. La tarea del educador tiene como función preparatoria el propiciar el encuentro entre el educando y la sabiduría interior a fin de descubrir la verdad en el estrato más profundo de su ser, de modo que sea capaz de vivir conforme a las directrices del espíritu. Es decir, educar para la trascendencia humana, es llevar al educando más allá de lo que ahora es, enseñándole a experimentar los tres planos de su existencia, moviéndose de un mundo a otro mundo, a través del umbral que separa , y . Ampliando su universo al comprender los diferentes niveles y estratos de la realidad; lo cual exige la crítica de las estructuras mentales y las estructuras sociales de nuestro tiempo, a fin de visualizar y superar de las barreras u obstáculos que obstruyen el crecimiento espiritual de nuestra generación y nos mantienen con el alma truncada. Esto implica adentrarnos en el fenómeno espiritual de la trasformación humana donde sucede la disolución del ego y el renacimiento prescritos por Cristo a Nicodemo. Cuando desarrollamos en un educando una nueva estructura mental, lo estamos conduciendo hacia un terreno que aún le es desconocido y, en este sentido está trascendiendo, se está moviendo hacia un nuevo proceso mental y nuevas potencialidades espirituales que desconoce. Posteriormente, el desarrollo y experiencia de la nueva manera de percibir la realidad, retroalimentara la nueva estructura mental, y el educando se sentirá llamado a ir más allá, a explorar nuevos horizontes, dando lugar a nuevos procesos, nuevas habilidades y nuevas experiencias trascendentales, renaciendo a una nueva forma de ser con habilidades y potencialidades paranormales; y así continuar indefinidamente el perfeccionamiento y trascendencia que indicó Cristo a sus seguidores diciéndoles: «Sed perfectos como mi Padre es perfecto…», hasta alcanzar la supra humanidad refleja en Cristo. Educar es, en este sentido, suscitar el movimiento perpetuo de superación continua, ampliando los límites de la conciencia indefinidamente, ya que la conciencia no tiene más límites que los que le fijemos, porque es infinita y no tiene fronteras. En su sentido mas amplio, la trascendencia humana implica la superación de los cuestionamientos existenciales y problemáticas que nos aquejan imposibles de superar debido a las limitaciones de nuestros sentidos, la información disponible, las ideas prevalecientes, la in-completitud de la ciencia; es decir, implica al superación de las paradojas utilizando las potencialidades ocultas inmanentes a nuestro espíritu; por ello la educación cristiana debe ser ante todo educación para la trascendencia humana refleja en Cristo.
Según este punto de vista, sino fuera por la trascendencia de Cristo, no alcanzaríamos a vislumbrar el alcance de la dignidad humana, debido a las incongruencias de las estructuras mentales que deforman la realidad que percibimos a causa de las falsas certezas de la fe chatarra judeo cristiana en la que nos han educado, que se reflejan en las incongruencias sociales que aquejan a la humanidad. Y por ello, es de vital importancia actualizar el helenismo cristiano, criticando el profetismo judío que nos ha desviado del camino ecuménico del desarrollo espiritual, y conducido al precipicio de la perdición eterna, y así rectificar el rumbo al que se dirige la humanidad; ya que el futuro no esta escrito, ni es fatalidad cósmica, sino que depende en gran parte de nuestra voluntad de cambio. Y por ello, no podemos perder de vista en la confrontación de los teólogos de la «Modernidad -VS- los conservadores», debido a que en la vida secular hay retos urgentes para los seguidores de Cristo que no se han satisfecho. Ya que a menos que queramos sacrificar la autenticidad de la fe cristiana, no podemos aplaudir acercamientos éticos a las teorías utilitaristas socioeconómicas y políticas que a la postre condenan a los pobres a formas de vida infrahumanas. Vg: como la teología de la liberación que promueve la lucha armada para implantar el socialismo totalitario aduciendo la opción por los pobres (J. J. Tamayo: Para comprender la teología de la liberación, G. Gutiérrez, Teología de la liberación).
La universalidad del mensaje de Cristo proclamando la paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, e ilustrando la doctrina de trascendencia humana y la sociedad perfecta, se opuso a la ideología supremaciíta de Israel y a su intolerancia y odio contra los gentiles. Y Cristo en su magistral diatriba contra la santidad hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Ley, condenó la opresión de los príncipes de la sinagoga por las pesadas cargas impositivas que imponían al pueblo y señaló como reos merecedores de la pena eterna a los seguidores de la doctrina y ejemplo supremaciíta de Israel, a causa de ser promotores de los genocidios seriales bíblicos, por ello fue que lo asesinaron. Justo después del asesinato de Cristo, el Sanhedrín siguiendo la ley de Israel contra los herejes, se dedicó a perseguir y exterminar a los apóstoles y sus seguidores; sin embargo continuaron creciendo las comunidades cristianas. Por lo que cambió de estrategia utilizando a San Pablo como caballo de Troya para infiltrar el movimiento cristiano y judaizarlo uniendo las enseñanzas cristianas escritas en los Evangelios con las enseñanzas judías escritas en el Libro de Israel, en un solo libro, como si fueran una misma cosa, siendo contrarias, a fin de que los judíos cristianos siguieran siendo Israel, y los gentiles cristianos se sometieran dócilmente y ayudaran a Israel a dominar a las demás naciones. Dando origen a la utopía judeocristiana en donde los valores y los efectos opuestos se mezclaron, originando un urdimbre producto de la imaginación y la fantasía (Vg. en un principio cuando el movimiento cristiano era exclusivamente judío, era cierto que los judíos cristianos también eran Israel; y ante el señalamiento de los judíos ortodoxos que habían dejado de ser judíos, proclamaron que eran el verdadero Israel). Lo cual se convirtió en mito con la llegada de los gentiles helénicos, cuando San Pablo proclamó en sus Epistolas que los gentiles helénicos también eran judíos, hijos adoptivos del patriarca Abraham; por ello dicen los rabinos que ante la falta de valores del cristianismo, nos traspasaron sus valores y que hasta el nombre les debemos, ya que adoptamos como nuestros el nefasto libro de Israel, sus costumbres, creencias, tradiciones y nombres judíos; y que hasta pretendemos adjudicarnos su nacionalidad (R. Hostie: El mito y la religión). Posteriormente la mitología judeocristiana se secularizó y difundió entre los pueblos helénicos, ocasionando que el proyecto de vida fincado en los valores trascendentales que habían propuesto los filósofos greco-romanos y los místicos de todas las religiones, como mejor alternativa a elegir a fin de alcanzar la trascendencia humana y sociedad perfecta, fuera menospreciado por el proyecto vida fincado en éxito, el dinero y el poder que ambicionan los imperios, los ladrones, los mercenarios y los potentados. Quizás debido a que en este mundo material de los sentidos, la religión es en última instancia una oferta de sentido en competencia con otras propuestas; y por consiguiente los hombres escogen la oferta más redituable en términos de la satisfacción de las necesidades humanas, y los representantes de la religión organizada, nuestros tutores y la sociedad nos lo imponen desde la infanciacomo una disyuntiva entre la salvación y la perdición eterna, coartando nuestra libertad de elección.
Después de dos milenios de debate entre los interlocutores de «la fe -VS- los de la razón» iniciado en el Areópago, donde los esbirros de la sinagoga han acaparado el uso de la palabra imponiendo el pensamiento único en cuestiones existenciales religiosas y silenciando los argumentos de la razón mediante el autoritarismo, los mandatos de mandatos de silencio y obediencia, de imposiciones arbitrarias dogmáticas, de amenazas de excomunión o expulsión de las iglesias o cátedras; de acusaciones de herejía, brujería o pactos con el diablo; o criminalizando a los disidentes que se atreven a criticar el supremacismo judío. Reanudaremos el debate donde toda la humanidad participa __bien sea como interlocutores o como espectadores__ por que es un asunto no resuelto que interesa a los individuos, pueblos y naciones cristianas.
Comenzando por señalar los elementos relevantes de juicio que nos permiten comparar los planteamientos, los procedimientos, los fines y los medios sujetos a un procedimiento de análisis de comprobada eficacia que oriente y ordene las ideas, los hechos históricos y los protagonismos acontecidos en cada una de las esferas del pensamiento relacionados con la paradoja planteada. Haciendo objetivas las identidades y antagonismos, las congruencias e incongruencias, los paralelismos y las desviaciones en diferentes planos y escenarios; a fin de volver al sendero del desarrollo espiritual señalado por Cristo, después de dos mil años de haberlo dejado, al desviarnos por el camino de los convencionalismos sagrados de Israel que fragmentan la concepción del mundo y la hermandad entre los hombres por cuestiones de ideología, raza y religión. Ya que ha llegado la hora de confrontar argumentos de la fe y de la razón en el Tribunal instalado en el Areópago, a fin de concluir el dialogo paradigmático. Y por consiguiente la crítica a la utopía cristiana y al profetismo judío, comienza por el deslinde del camino ecuménico por el que camina la humanidad hacia el desarrollo espiritual. Utilizando como marco científico el fenómeno espiritual de la transformación humana y los principios universales del conocimiento filosófico y espiritual, para deslindar el camino ecuménico. Haciendo objetivas las identidades tras la diversidad de creencias para abrir fronteras entre los hombres de buena voluntad, y las desviaciones que separan a la humanidad por cuestiones de raza, costumbres, religión o ideología y la dividen en oprimidos y opresores, aduciendo voluntad divina. Lo cual nos permite visualizar los errores y los obstáculos que nos han desviado del camino para alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Una vez deslindado el camino ecuménico, podemos diferenciarlo de los convencionalismos sagrados de Israel que demarcan objetivamente la desviación del cristianismo hacia la ecumene Abraham-ica. Formulada por los redactores bíblicos a fin de enajenar, manipular, saquear, someter o exterminar a sus seguidores gentiles (goyins: bestias humanas), aduciendo mandato divino. Lo cual nos permite realizar un análisis aquo de la utopía cristiana señalando lo bueno y lo malo que hay en las creencias, las doctrinas y las ideologías que estructuran el judeo cristianismo que profesamos. Confrontándolas con la realidad o praxis que nos permite pasar de las ideas a los hechos y de los hechos a las ideas para rectificarlos. Ajustándolos conforme a la razón, tendente a alcanzar el ideal que nos propusimos. El problema radica en que no estamos adiestrados a diferenciar con certidumbre: , , y , debido a los dogmas de la fe que nos impiden desarrollar nuestro espíritu criticó. Y por ello, la crítica a la utopía cristiana no se centra en la teología sino en la sociología de la religión, debido a las implicaciones sociales de nuestras creencias. Es decir, no solo aborda las disertaciones teológicas, la educación en los valores, el misticismo y la terapia espiritual, enmarcados en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana; sino que aborda la historia del cristianismo y la cuestión judía desde la Era común hasta nuestro tiempo. Debido a que las ideas prevalecientes condicionan a los individuos a partir del momento histórico en que nacen, haciendo que el mundo sea un condicionante natural, concreto y objetivo que cambia con el devenir, sin ser una condición inquebrantable. Lo cual resalta la importancia genérica de luchar por el cambio de ideas entre generaciones, a fin de rectificar lo que este mal, y corregir el rumbo o trayectoria catastrófica que sigue la humanidad. La disertación y resolución de la controversia entre «la fe -VS- la razón», deja al descubierto __tanto las semillas del bien (las virtudes que integran el perfil de humanidad perfecta o bien aventuranzas prescritas por Cristo a sus seguidores para disolver el egoísmo y alcanzar el perfil de humanidad perfecta necesario para alcanzar la sociedad perfecta donde no haya ni oprimidos ni opresores), como las semillas del mal contenidas en el Libro de Israel, que enaltece anti valores como si fueran valores dictados por Dios, para sin escrúpulo alguno hacer de Israel la principal de las naciones; engendrando en el corazón de sus seguidores: la codicia, el crimen, el despojo, egoísmo, la hipocresía, la mentira, la soberbia y la venganza__ Convirtiendo el judeo cristianismo en religión chatarra al suprimir la parte espiritual y sustituirla por ritos, ceremonias, cantos, símbolos y gestos espectaculares. Cambiando el eje de la reflexión existencial de la existencia antes y después de esta vida, por la existencia y pre-eminencia de Israel entre las naciones.
El Humanismo en Occidente
El humanismo es una actitud que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios básicos es que las personas son seres racionales que poseen en sí mismas capacidad para hallar la verdad y practicar el bien. La realidad presupone la existencia tanto al observador como al observado, aprehensión que da origen al principio de identidad: (es lo que es, soy el que soy, soy lo que ves). La existencia presupone la identidad distinta y separada de los seres y las cosas, y la conciencia presupone la capacidad de aprehensión e identificación de las cosas y seres con los que interactuamos en el devenir; es decir, «la existencia y la conciencia son hechos implícitos en cada estimulo y percepción». El estimulo, la aprehensión y abstracción, son la base del conocimiento que da origen al principio que establece: «la aprensión de las cosas no es producto de nuestra imaginación, sino de la naturaleza sensible de las cosas que observamos, lo cual es prueba de su existencia»; y por ello Aristóteles afirmó que: «el universo existe independientemente de la sensibilidad de la conciencia; ya que la función de la conciencia no es crear la realidad sino aprehenderla»; y por lo tanto «no existe proceso mental que sea capaz de cambiar las leyes de la naturaleza o desaparecer los hechos que se dan en la realidad; pero si alterarlos. El objetivismo sostiene que existe una realidad, y es en ella donde existimos y actuamos. Nuestra misión consiste en descubrirla, identificarla y experimentarla para conocerla y aplicarla en nuestro beneficio; y por lo tanto el objetivismo se opone al fatalismo de la religión judeo- cristiana que pregona que todo sucede por voluntad de Dios y al idealismo que pregona que todo es posible si uno cree en ello, y también se opone al relativismo que pregona el platonismo.
La metafísica y la epistemología están estrechamente unidas, juntas constituyen el fundamento de la filosofía y la religión. En la historia de las religiones y las filosofías los periodos de oscuridad por el rechazo a la realidad y la razón, se han alternado intermitentemente con periodos de luz del pensamiento aristotélico a favor de una metafísica de lo supra racional y una epistemología en favor de la razón, a semejanza de cómo se abordara Aristóteles el problema del alma truncada. Periodos de luz y sombra que se sobreponen en el vacilante y errático camino que ha seguido la humanidad en su devenir histórico. Para filósofo medieval cubierto con una visión del mundo religiosa e inamovible, enmarcada en la cosmogonía del Génesis, el tema dominante (tanto en los autores cristianos, como en los musulmanes y judíos) de esa época claro obscura fue el intento de conciliar la visión religiosa hebrea con las ideas filosóficas clásicas. En Alejandría el siglo II, D. C. las tradiciones de Egipto, India e Israel, se combinaron con la filosofía griega dando origen al neoplatonismo, fundado por Amonio Sacas y desarrollado III por Plotino. Éste basó sus ideas en los escritos místicos y poéticos de Platón, los pensadores pitagóricos y Filón. En su obra «Las Anéadas», supone la existencia de una Trinidad divina coronada por la Omnipotencia génesis de toda existencia, seguida por una Inteligencia infinita, cuyo pensamiento contiene el arquetipo perfecto del mundo. El Alma Universal continente de todas cosas y las almas de seres existentes en el universo. Es la inteligencia atributo del alma que en su afán de conocer y explicar el universo que la rodea, engendra el pensamiento que es atraído por los sentidos para experimentar el mundo físico o plano material y satisfacer las necesidades del ego de prevaler y perdurar, olvidando su naturaleza divina. Es sobre el alma, que la mente física proyecta las apariencias sensibles o imágenes unidas a los sentimientos asociados, captadas por los sentidos. Imágenes que el alma contempla como en un sueño. Sueño que es interrumpido, al ser atraído el pensamiento por el plano espiritual. Esta atracción divina, orienta el alma hacia el bien y la verdad en todas sus facetas; o sea: «el virtud, la justicia y la sabiduría» y la contemplación extática. Para Plotino, la principal razón de ser de la filosofía, es guiar a los individuos en la reflexión profunda hasta alcanzar la experiencia del éxtasis, y guiarlos en la explicación racional de los fenómenos que se dan en el hombre, la naturaleza y el cosmos.

Un milenio más tarde (siglo XI al XV), después de un largo periodo neo platonista de fuerte oposición religiosa al cambio de ideas sobre la creación expuesta en el Génesis, los estudiosos del alto medioevo (Alberto Magnus) convencidos de la armonía fundamental entre razón y revelación propusieron un filosofía que se conoce por el nombre de escolasticismo o escolástica que pretendía amalgamar la visión racional Aristotélica del universo con la visión bíblica del Génesis, a fin de integrar un sistema ordenado del saber sapiencial de Grecia y Roma y el saber religioso del cristianismo, y aunque intuían que cualesquier oposición entre revelación y razón podía deberse al uso incorrecto de la razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación, intentaron determinar el ámbito preciso de las competencias de cada una de estas herramientas del saber sin conseguirlo (San Anselmo). Santo Tomas de Aquino: (Summa Theologiae) convencido de que la razón podía probar algunas doctrinas procedentes de la revelación divina, abordo la filosofía aristotélica supeditando la razón a la fe, así usó la razón para defender la fe, sin exponer la teología a la luz de la razón. Los escolásticos posteriores (Juan Duns Escoto), limitaron cada vez más el campo de las verdades capaces de ser probadas a través de la razón e insistieron en que muchas doctrinas anteriores que se pensaba habían sido probadas por la filosofía tenían que ser aceptadas sobre la base única de la fe. Una de las razones de esta limitación fue que los escolásticos aplicaron los principios para la demostración científica expuestos en el Organon de Aristóteles, de una manera mucho más rigurosa que cualesquiera de los filósofos anteriores. Esos requisitos eran tan estrictos que el propio Aristóteles rara vez fue capaz de aplicarlos en detalle más allá del campo de las matemáticas. Esta tendencia propició la pérdida de confianza en la razón natural humana y en la filosofía, supeditando el pensamiento de los escolásticos al de las autoridades prestigiosas como San Pablo, San Agustin, San Anselmo, San Buenaventura, Enrique de Gante, Guillermo de Ocklam, Juan Duns de Escoto, Pedro Lombardo (Cuatro Libros de Sentencias), Pedro Abelardo, Roscelino de Compiègne, Roger Bacon, etc. En el intermedio hubo otros pensadores singulares, Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494) redactó novecientas tesis a favor de la razón y la realidad, ofreciendo defenderlas en foro público, posteriormente basado en el Génesis y el Timaeusescribió: (Hominis Dignitate Olatio) en donde exalta la dignidad humana: «Cuando Dios después de haber finalizado la creación del universo pensó en la posibilidad de crear al hombre, pero al buscar un modelo apropiado con el fin de que percibiera, admirara y amara la creación, dirigiéndose a su primer prototipo humano, reflexionó: La naturaleza, limites, forma y función especifica de las demás criaturas, la he dado de acuerdo a Mi deseo, pero tú tendrás la naturaleza, forma y función especifica que desees. No te haré mortal ni inmortal, ni de la tierra ni del cielo, de tal forma que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Te colocaré en el centro del universo a fin de que tengas un panorama completo de la creación, para que puedas definir tus límites de acuerdo a tu libre albedrío, de modo que puedas descender a la forma más baja de las bestias o puedas remontar mas allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus que son divinos». El alto clero al percatarse del peligro que para la moral ortodoxa representaban las tesis y pensamiento humanista de Mirandola, lo hicieron retractarse de sus tesis humanistas, abortando la tesis de la trascendencia humana antes de convertirse en ciencia.
El término humanismo se usa con gran frecuencia para describir el movimiento literario y cultural que se extendió por Europa durante los siglos XIV y XV. Este renacimiento de los estudios griegos y romanos subrayaba el valor que tiene lo clásico por sí mismo, más que por su importancia en el marco del cristianismo. Las academias más notables de la antigüedad fueron la fundada por Platón hacia el año 187 a C., la Academia Media fundada por Arcesilao y la Academia nueva fundada por Carneades. Los romanos fundaron academias a principios del siglo I, y en 872 Carlo Magno utilizó este término para designar a un grupo de eruditos en su corte. En la Edad Media los musulmanes radicados en España, fundaron asociaciones artísticas y literarias en Córdoba y Granada, en las que Averroes, Avicena, Alfarabí y Al-Kindi tradujeron al latín y al hebreo las obras clásicas grecolatinas que ejercieron una gran influencia en las letras y las artes españolas, sentado las bases del Renacimiento. El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griegas emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la cultura griega Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la luz los manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini. Los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años.
Tras la toma de Constantinopla por los turcos otomanos en 1453, en Italia con la llegada de los estudiosos bizantinos, se generalizó entre el alto clero y la nobleza la recopilación y la traducción de los clásicos, fundándose en 1490 la Academia de Bellas Artes en Florencia, y en 1558 la Academia della Fama en Venecia, dedicada a la música, y en 1603 la Accademia Nazionale dei Lincei en Roma a la que asistía Galileo. En 1575 Felipe II fundó la Academia de las Ciencias Matemáticas, y en 1713 se fundó la Real Academia Española, posteriormente se fundaron la Academias de Medicina, Ciencias Exactas, Física, Ciencias Naturales, Farmacia, Jurisprudencia y legislación, sobre saliendo el humanista y filósofo Luis Vives. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), en México y en Lima (1551). En Francia los clásicos fueron divulgados por Erasmo, Fisher, Grocyn, Linacre y Montaigne y en 1635 se fundó la Academia Francesa de la Lengua, en 1648 la Academia de de las Bellas Artes, en 1666 la Academia de las Ciencias y en 1795 el Instituto de Francia. Entidades culturales, educativas y de investigación que retomaron el pensamiento grecolatino sobre las últimas causas que explicaban racionalmente los fenómenos naturales; lo cual propició la investigación científica y el desarrollo tecnológico En Inglaterra la Sociedad Real de Londres, fundada en 1662, tuvo una gran incidencia en el desarrollo de la ciencia, gracias a su apoyo a la investigación y a la publicación de sus resultados. Progreso y desarrollo que no alcanzó la filosofía y la teología medieval; es decir, la teología permaneció inamovible no obstante, la filosofía hizo escasos progresos durante el periodo renacentista, que normalmente es considerado como un interregno entre la filosofía medieval y la filosofía moderna.
El pensamiento expuesto en las obras de Francis y Roger Bacon, Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Tomás Hobbes, Nicolás Maquiavelo, Paracelso, Miguel Server, Erasmo de Rotterdam, Versalio, etc., se caracterizó por el desplazamiento del pensamiento medieval fideísta hacia el pensamiento humanista. En el siglo XVIII, en Alemania y en el noreste de Europa el humanismo greco latino divulgado por Erasmo, Melanchthon, Reuchlin y Sturm compenetró la educación y la teología, y la invención de la imprenta por Johann Gutenberg hizo posible editar bíblias, otros libros y panfletos en gran cantidad y a bajo coste, y en consecuencia los nuevos conocimientos podían llegar a más gente; lo cual preparó el terreno intelectual para la Reforma. En 1520, Lutero redactó tres panfletos exponiendo noventa y cinco tesis que declaraban su creencia en la libertad de la conciencia cristiana, formada sólo por la Biblia (fincando la disidencia luterana en el fideísmo al descalificar la razón para alcanzar la verdad Teológica; contraviniendo la libertad de conciencia), el sacerdocio de todos los creyentes y una Iglesia mantenida por el Estado. Lo cual, convirtió la Reforma en una lucha de intereses materiales, en lugar de una lucha de interés espiritual, a causa de que las tesis de Lutero atacaban de raíz la autoridad eclesiástica, y los príncipes sajones que ambicionaban el poder y los bienes de la Iglesia, vieron en la Reforma la oportunidad de arrebatar a la Iglesia lo que ambicionaban, por eso apoyaron la Reforma. La Iglesia antepuso a la Reforma, el humanismo de la Contra Reforma amordazado por el fideísmo. Y Calvino para dar significado al fideísmo, visualizó el poder y la respetabilidad como premio a la virtud revestida de puritanismo, por ello los magnates y potentados lo siguieron; lo cual ha propiciado que los cristianos católicos y protestantes, permanezcamos en el oscurantismo espiritual.
Planteamientos Trascendentales de la Filosofía Moderna
El comienzo de la filosofía moderna suele ser delimitado a partir de la obra de René Descartes: «Discurso del Método». El método se basa en la objetividad y persigue la certeza en las conclusiones a las que llega la razón en sus juicios; dando inicio a la ciencia empírica.. La investigación científica parte del supuesto que el mundo es objetivo, es decir que existe independientemente de su conciencia y conocimiento, y que además es cognoscible, y por lo tanto se pueden inferir o descubrir las leyes de causa-efecto que originan y gobiernan los fenómenos que se dan en él. Es por ello, que método científico implica recorrer un largo camino en el que se vinculan diferentes niveles de abstracción __se siguen determinados principios, procedimientos y protocolos__ y se utilizan diversos instrumentos, herramientas y técnicas requeridas para obtener evidencias y datos empíricos significativos que nos permitan en primera instancia conocer y evaluar objetivamente el asunto, fenómeno o problemática en estudio. En segunda instancia se requiere compilar, ordenar y sistematizar la información recolectada, para mediante un proceso de abstracción, analizarla y sintetizarla, tratando de encontrar un sentido que nos permita comprender la problemática y formular las hipótesis, modelos o tesis que relacionando causas y efectos nos lleven a dilucidar o resolver las incógnitas del asunto que persigue la investigación. En tercera instancia, se procede a confrontar la veracidad de las hipótesis, modelos y tesis con la realidad, para comprobar si es cierto que resuelve la problemática planteada. Si los resultados de la experimentación revelan que la hipótesis no es correcta; entonces ajustamos los modelos, formulamos nuevas hipótesis y procedemos a experimentarlas hasta tener la certeza de haber llegado a la hipótesis correcta que resuelve o explique la verdadera relación existente entre las causas y los efectos de la problemática o fenómeno en estudio; lo cual equivale a haber encontrado las leyes o principios de referencia indubitables que gobiernan el fenómeno estudiado. Es decir, el método científico parte de: lo objetivo (los fenómenos, los hechos, etc.), hacia lo subjetivo (las leyes o normas, los principios, los procedimientos)__ y de los subjetivo (los análisis, las síntesis, las conclusiones, las hipótesis, los modelos), hacia lo objetivo (la comprobación empírica de la realidad de nuestras conclusiones, hipótesis y modelos).
Entre los precursores de la filosofía moderna destacan las obras de George Berkeley, Gottfried Leibnis: «Teoría del Ama», John Locke, Nicolás Malembrache, Baruch Spinoza, etc. Emmanuel Kant: «Critica de la razón pura», plantea el problema crítico de la filosofía. Tratándose de cuestiones existenciales, el planteamiento critico de la filosofía nos lleva a inquirir.¿que limitaciones tienen nuestras facultades para conocer?, ¿cuándo podemos estar seguros de conocer la verdad?, ¿cuál es el criterio de verdad o modo seguro de diferenciar lo verdadero de lo falso o erróneo?,¿cómo podemos trascender nuestros sentidos, mente, conciencia y capacidad cognoscitiva mas allá de lo evidente ?. Sintetizando en una sola las repuestas de las diferentes escuelas filosóficas, podemos decir que todo conocimiento está basado en la experiencia cognitiva captada mediante los sentidos, la razón o la conciencia; lo cual nos permite percatarnos «si un determinado evento tuvo lugar, que de poder verificarse nos da la evidencia de que si ocurrió». Nuestra capacidad cognitiva en toda su estructura, a través de los sentidos, la razón o la conciencia, capta los objetos, las ideas o las esencias, de los fenómenos o cambios que acontecen en el mundo físico, mental y espiritual, nos ofrece datos capaces de ser validados científicamente, de la realidad sustente en los tres mundos o planos paralelos en los que existimos a un mismo tiempo, que constituyen los elementos de juicio o información que son la base del conocimiento del universo físico, mental y espiritual en que existimos. Y aunque algunas veces para captar la realidad sustente sea necesaria una instrucción y un adiestramiento previo, una técnica o instrumento; como lo son el misticismo, la inducción sugestiva, y la meditación trascendental. No por eso vamos a dejar de lado los datos que así se obtienen, aunque no haya testigos que hubieran visto las vivencias de los místicos, ni testigos de la fenomenología observada en la atmósfera circundante en el momento de la experiencia, y tengamos que conformarnos con la narración y descripción de estas; este o no documentada. Y cuando hubiere testigos idóneos, que hayan captado las vivencias, imágenes, las trasfiguraciones, y los prodigios o fenómenos que se dieron en la atmósfera circundante; tampoco por ello vamos a dejar de analizarlas para comprenderlas
Basados en la confianza de la capacidad de la razón para llegar a la verdad, las ideas racionalistas y empiristas de los filósofos del siglo XVIII, dieron como fruto las obras de los autores de la Ilustración: Augusto Comte, Montesquieu, Juan Jacobo Russeau, y Francisco María Voltaire, etc. En Alemania destacaron los filósofos Johan Gottlieb Fichte, Goethe Friederich Wilhelm Schelling, Arthur Shopenhauer. Wilhelm Friederich Hegel: concibió la historia de la filosofía como un sistema cambiante de ideas. En su magistral obra: «La Fenomenología del espíritu», concibe al ser como razón o mente individual integral relacionada con sus contenidos, y su continente. La mente universal, es el origen de la realidad integrada por sub continentes que son una creación de la actividad mental universal; esto hace que todo lo Real sea racional. La mente colectiva es el subcontinente, integrado por mentes o seres individuales interrelacionados pero independientes que funcionan como una totalidad; o sea que el hombre es un ser social, producto de la sociedad a la que pertenecen, pero independiente; por ello, los individuos no pueden comprenderse como seres aislados, ni encontrar su propio sentido hasta que se relacionan con el universo al que pertenecen. Para Hegel, el motor del universo es el cambio perpetuo o dinámica evolutiva del ser que experimenta al mundo y así mismo, y afirma: (tesis)__ después encuentra las contradicciones o deficiencias de su nuevo arreglo pasajero: (contratésis) __ y confirma experimentando su nueva forma de ser y reaccionar ante nuevos desafíos: (síntesis), iniciando así un nuevo ciclo evolutivo que se repite eternamente. Cada generación es la conformadora, destructora y superadora de la cultura que le antecede; proceso dialéctico que se retroalimenta con las experiencias del devenir. Teoría hegeliana que origino la corriente evolucionista representada por Charles Darwin: «El origen de las especies por medio de la selección natural», Teoría que al igual que la heliocéntrica dejo en entredicho la cosmogonía del Génesis. A esta corriente perteneció Herber Spencer: Las bases de la moral evolucionista, y Pierre Theilhad de Chardin
En las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX surgió un conjunto de corrientes filosóficas denominado neoescolasticismo. Uno de sus orígenes se encuentra en la polémica que vivieron algunos países europeos en el último tercio del siglo XIX, que enfrentaba a los «tradicionalistas ortodoxos» con los «modernistas». El Papa León XIII intentó dirimir esta polémica en la encíclica Aeterni Patris (1879), planteando la necesidad de construir una nueva filosofía cristiana que exigía volver a los valores de la antigua filosofía escolástica en un intento por rescatar el valor de la metafísica frente a las críticas del positivismo, recuperar el valor de la objetividad frente al relativismo, destacar el valor del realismo frente al idealismo y promover el valor del personalismo. Sobresaliendo dos corrientes principales: El primer afluente es nutrido por una investigación historiográfica en un intento de revitalizar (mediante el análisis histórico y doctrinal) la antigua tradición de la escolástica medieval y de sus conceptos fundamentales. El segundo afluente es nutrido por los intentos de la Iglesia católica para realizar nuevas síntesis doctrinales de la fe cristiana congruentes con la racionalidad del pensamiento moderno, otorgando una gran importancia a la revitalización las tesis de la filosofía de santo Tomás de Aquino. En la primera mitad del siglo XX se crearon importantes escuelas neotomistas, entre las cuales destacan las de Lovaina (Bélgica), Laval (Canadá) y Washington (Estados Unidos), destacando el cardenal Désiré Joseph Mercier, Jacques Maritain y Étienne Wilson, Jaime Balmes y Clarence Finlayson
El interés por abordar problemas específicos de la condición humana, originó el vitalismo, representado por Henri Bergson, Wilhelm Dilthey, David Hume, Sören Kikergaad, Fridrich Nietzsche, etc., corriente que dio lugar a la escuela fenomenológica representada por Edmund Hursserl. Max Scheler: La naturaleza de la simpatía: Partiendo del método de Hursserl de la descripción fenomenológica, distinguió las esencias, de lo intangible; lo cual lo llevo a afirmar la independencia de los valores eternos detallar las emociones que relacionan a los seres humanos, en especial el odio y el amor. En su obra: «El Formalismo en la Ética y la Teoría Material de los Valores» critica el enfoque formal de Kant y lo sustituye por un estudio de valores específicos tal como se presentan de un modo directo a la conciencia. A efecto de restaurar la dignidad de la persona, se propuso quebrantar los prejuicios naturistas del siglo XIX, planteando la necesidad de distinguir: «el animal, el hombre natural (niño salvaje de Avayron), y el ser humano». En los tres casos existe una estructura psicosomática, conformada por órganos somáticos en los que se dan reacciones químicas específicas provocadas por estímulos sensoriales al sistema nervioso central, que se expresa en sentimientos, emociones tensiones y reacciones, generados por una estructura psíquica. En el animal la estructura psicosomática es un circuito cerrado que responde a los estímulos de los sentidos mediante un mecanismo automático de respuesta llamado instinto. En cambio en el ser humano la estructura psicosomática es un circuito abierto que responde a los estímulos de los sentidos, pero no automáticamente, sino que los instintos son regulados por una estructura psíquica, que es un arreglo pasajero, que al devenir __se ajusta y desarrolla __o desajusta__pues esta conformada por la conciencia reforzada por la experiencia, la información y el pensamiento; es decir, si la conciencia no es reforzada con el conocimiento y la inteligencia, estamos hablando de hombre natural. La experiencia nos ha demostrado que a mayor refuerzo de la conciencia, mas fuerte será, y más humanos seremos; por ello, es importante educar transmitiendo cada día más conocimientos, experiencia, información humanista y valores trascendentales a los hombres, a efecto de que sean cada vez, más humanos. Para la conciencia, los valores son como los colores para los ojos, un modo de apreciar, diferenciar y resaltar, que embellece a quien los posee; es decir que no son meramente subjetivos, sino que radican en el sujeto observado y/o en el observador, y por ello es atraído o repelido. Es decir que puedo ser atractivo, para una persona; pero repelido por la diferencia de valores; de allí, la química o magnetismo empático de las almas gemelas, y el antagonismo de las almas antípodas, que nace cuando los sentidos impulsan pero los valores atraen o repelen. Lo cual, deja al descubierto el error freudiano que considera al placer erótico o libido como el impulso primordial del hombre, ya que son los valores los que anulan o acrecientan dicho impulso. Y cuando el hombre persigue solo el placer o su realización sin tomar en cuenta los valores, degrada al otro o se degrada a si mismo, asemejándose a bestias pervertidas.
Nikolai Hartman: Sostuvo que la realidad es anterior al proceso reflexivo, y adoptó el método crítico de considerar los problemas desde puntos de vista divergentes e incompatibles antes de intentar una solución. En su «Ontología dimensional», distingue diferentes estratos en la estructura interior: físico, orgánico, anímico y espiritual, y señala la potencialidad del espíritu para proyectarse y plasmar en los estratos inferiores las directrices del pensamiento. Lo cual finca la existencia en la realización de las potencialidades inherentes, o gozo de querer vivir para experimentar nuevas formas de ser, relacionarme y sentir nuevas emociones. Esto nos ayuda a comprender la angustia existencial del hombre moderno en su afán de tener para ser, en lugar de ser para merecer o tener. Problema que aborda magistralmente Martín Heidegger: «El ser y el tiempo», haciendo una clara distinción entre el ser y los entes, el ser humano y ser cosa. Las cosas son, el ser humano existe. Existir significa lanzarse fuera de una situación degradante, esclavizante o indigna. Este arrojo libertario, convierte al animal en hombre común, al hombre común en humano, y al humano en supra humano; por ello, opina, que «el hombre es una posibilidad arrojada al mundo». La posibilidad de llegar a ser humano, comienza al lanzarse fuera de la situación contraría a la dignidad humana; lo cual sucede cuando el hombre saliéndose de si mismo, se solidariza con los que sufren; por lo tanto, ser uno con los demás, es el modo especifico del humano. Por lo contrario el que encierra en si mismo, ve a las personas que lo rodean como cosas que pueden ser utilizadas o desechadas a su arbitrio, y como a toda acción corresponde una reacción en sentido contrario y de igual magnitud, se convierte en victima de su propio egoísmo, o proceder impropio. Como ser y proceder son una misma cosa, el ser impropio experimenta la angustia existencial que abre un abismo sin fondo en su alma, donde no tiene sustento su existencia, y pide a gritos la muerte; entonces su poder, riquezas y personas que consideraba cosas suyas, van perdiendo su importancia, sentido y valor, demostrando la crudeza de su absurdo proceder.
Jean Paul Sartre: El Ser y la nada: Ontología fenomenológica que se articula alrededor de la interrogación del fenómeno conciencia y el fenómeno mundo, replanteando la pregunta del Ser formulada por Heidegger: «Que Es el ser y como dar sentido al concepto de la nada» utilizando el método de Husserl para desechar la idea del Ser como opuesto a la apariencia, centrando su análisis en el ser humano concebido como existencia y compromiso con el mundo, lo cual permite distinguir dos modos del Ser: La conciencia de algo que constituye el Ser para si, cuya cualidad fundamental es la intencionalidad. El otro es el mundo que es lo que es, y se define por su plenitud perfecta que constituye el Ser en si; pero la conciencia puede negar el Ser en si, esta otra cualidad característica es la libertad que al ser absoluta lleva al Ser para si a experimentar la angustia existencial ante la responsabilidad de Ser el fundamento de sus actos. Angustia de la que deviene la contingencia del Ser para si; la cual de define su facticidad de Ser arrojado al mundo, pero también define su carencia cuya expresión más inmediata es el deseo que impulsa la posibilidad de llegar, sin llegar nunca a coincidir consigo mismo como el Ser en si, de lo cual deviene la Temporalidad característica de lo que el Ser para si ha sido y lo que es posible del En SI para SI, que es la trascendencia que deviene de la relación del En SI para SI con el mundo, donde encuentra la necesidad de Ser para otro, ante cuya mirada se siente impulsado a: hacer, tener y ser, dando origen a la disyuntiva: ser para tener-o- tener para ser. Decisión me avergüenza y cosifica –o- me lleva a ser libre y responsable no solo de mí mismo, sino del mundo.
Al ser tratados como cosas, sentimos que no somos nada. Si se quiere comprender que es la nada, no hay que partir del Ser en si, pues la nada no puede concebirse a partir de un Ser que es plenitud, sino solo en el estadío del desaliento a través de los sentidos, es presentada a la mente la inexistencia o inconciencia del ser para si; pues la existencia del ser en si se caracteriza por la capacidad espiritual de trascender cualesquier situación, de allí la ineludible responsabilidad de los hombres concientes de adoptar sus propias decisiones, reconociendo la absoluta libertad, cómo generadora de la autentica existencia humana;. En La Critica a la Razón Dialéctica: Sastre afirma que la influencia de la sociedad de consumosobre el individuo que produce la estandarización, también produce el conformismo, la enajenación, la mediocridad, pérdida de identidad, la superficialidad; pero también produce la frustración y el resentimiento, generadores de actos delictivos. Y cuando esta energía negativa se generaliza, conviene encausarla correctamente a recuperar la capacidad de auto realización de los pueblos, avocándose a la acción revolucionaria que reivindique los derechos humanos de las mayorías abrogados por las potencias y los potentados supremacistas; ya que si no hay cambio revolucionario mundial a favor de la justicia social y distributiva entre los pueblos del orbe, el panorama futuro será el imperio del caos; tal como lo demuestra la segunda ley de la termodinámica aplicada a la sinergia social, y las teoría matemáticas del juego y del caos. Lo cual, abroga el determinismo físico, filosófico y psicológico, al demostrar que el hombre no esta determinado por su problemática psíco física y social, cuando hay voluntad de cambio, como lo confirma: «el principio de indeterminación de lamateria» que descubrió el físico Werner Heissenberg, «el principio de la autodeterminación propia del existente» formulado por Heidegger, «el principio de la sinergia social generado por el altruismo» que sostienen los biólogos Darwin, Hamilton, Osborne, Smith, y «el principio de la auto trascendencia» que formuló Victor Frankl.
Respuestas de la Psicología a los planteamientos trascendentales
El pensamiento freudiano expuesto en el «Estudio sobre la histeria», » Esquema del psicoanálisis», «Algunas observaciones sobre el concepto de lo inconsciente», «Las pulsaciones y sus destinos»,»Mas allá del principio del placer», «El Ello y el Yo» sostiene que dado que todos los fenómenos naturales son explicables en función de procesos físicos y químicos, y que la conciencia depende de una base física [el cerebro, el sistema nervioso y los sentidos]; entonces cualesquier pensamiento tiene lugar en la mente, surge a consecuencia de cambios químicos o reacciones somáticas cerebrales que ante el estimulo exterior se transforman posteriormente en dos principios o impulsos interiores: deseo de placer (asociado al libido) o de agresividad (asociado a la represión). El deseo de placer se enfrenta con la realidad, y cuando la realidad es desagradable; entonces el deseo de placer se convierte en impuso agresivo. Por ello es que para los freudianos las neurosis y las psicosis tienen su origen en lo reprimido o rechazado inconscientemente en el Ello. Es decir el estudio de nuestra vida anímica tiene como punto de partida el fenómeno de la conciencia. Lo psíquico es lo inconsciente que se infiere o extrae de la experiencia de uno mismo por introspección, e identifica la realidad con el mundo ante el cual se enfrenta el Yo. Como el deseo de placer y la agresividad son inmanentes al Ello que se enfrenta a la realidad, entonces el inconsciente dirige esa represión hacia sí mismo, vía el «Super Yo». En resumen: Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, fue quien presentó por primera vez evidencia convincente de que nuestra psique no se limita a los procesos que nosotros percibimos, sino que existen vastas regiones que permanecen detrás del umbral de la con ciencia la mayor parte del tiempo. Freud llamó a esta dimensión de la psique «el inconsciente». Descubrió que los recuerdos reprimidos y olvidados de la infancia y períodos posteriores a ésta pueden salir a la superficie en pesadillas perturbadoras. También son una fuente importante de distintos desórdenes emocionales y psicosomáticos y pueden causar diversas formas de comportamiento irracional e interferir con el desarrollo satisfactorio de nuestra vida. Durante el proceso terapéutico —al que Freud llamó psicoanálisis—, las asociaciones libres del paciente y las interpretaciones brindadas por el psiquiatra ayudan a traer este material inconsciente a la conciencia y a reducir su influencia perturbadora en la vida cotidiana. La contribución de Freud a la psicología y a la psicoterapia fue revolucionaria y precursora. Sin embargo, su modelo teórico quedó limitado a la biografía postnatal: él intentó basar la explicación de todos los procesos psicológicos en la vida después del nacimiento. De la misma manera, su técnica terapéutica de intercambio verbal era una herramienta relativa mente débil para penetrar en el inconsciente, y un método lento que in sumía una gran cantidad de tiempo para curar y transformar.
Carl Gustav Jung en sus investigaciones cosechó conclusiones tan asombrosas y revolucionarias que aún no han sido completamente asimiladas y aceptadas en los círculos académicos. Jung llegó a la conclusión de que el inconsciente humano contiene más que lo derivado de la historia individual. Además del «inconsciente individual» freudiano, también hay un «inconsciente colectivo», que contiene los recuerdos y la herencia cultural de toda la humanidad. De acuerdo con Jung, los patrones universales y primordiales del inconsciente colectivo o «arquetipos» son de naturaleza mitológica. Las experiencias que tienen que ver con esta dimensión arquetípica de la psique imparten un sentido de lo sagrado o «numinoso», en los términos de Jung. Cuando se permite que los contenidos altamente cargados emocionalmente del inconsciente salgan a la superficie, se experimenten en plenitud y se asimilen a lo consciente, pierden el poder de influir sobre nosotros en forma negativa. Este proceso es la meta principal de las psicoterapias profundas. Algunas de las escuelas más antiguas obtienen este logro a través de un diálogo terapéutico; las innovaciones más recientes incluyen acercamientos que facilitan la experiencia física y emocional del material previamente inconsciente. Algo similar ocurre durante las emergencias espirituales, pero en forma espontánea y a menudo por causas desconocidas. En ocasiones, la cantidad de material inconsciente que emerge de los niveles más profundos de la psique es tan grande que una persona puede llegar a tener dificultad para manejarse eficazmente en su vida diaria, a pesar de sus manifestaciones dramáticas, este acontecimiento tormentoso es esencialmente un intento del organismo de simplificar su funcionamiento, dejar de lado viejas fijaciones yprogramas negativos y curarse a si mismo. Una persona que comprende esto y cuenta con un buen sistema de apoyo es capaz de cooperar con el proceso y beneficiarse con el.
En sus numerosas obras aborda desde los métodos analíticos y las relaciones entre psicoterapia y creencias religiosas, hasta el paralelismo entre la evolución psicológica de los individuos y la evolución social de las tribus, pueblos y naciones donde se ha desarrollado el individuo. La tendencia de Jung hacia el misticismo lo llevó a profundizar la estructura interna distinguiendo diferentes estratos: la mente consciente, el inconsciente individual, el inconsciente colectivo, y el meta consciente. El inconsciente contiene además de los recuerdos, las cuestiones normativas como la costumbre, la cultura, la religión. El inconsciente individual, contiene traumas pasados que no han cicatrizado, por que no han sido explicados, ni satisfecho las necesidades pasadas; por ello, la conciencia herida nos impulsa desde adentro sin darnos cuenta. El inconsciente colectivo contiene las experiencias históricas de la humanidad en su lucha por sobrevivir y superar las enfermedades, las epidemias, los desastres naturales, las hambrunas, las guerras, etc. Memoria genética que nos impulsa a través de los instintos para satisfacer nuestras necesidades primarias. El meta conciente contiene las esencias de todos los seres y cosa del universo existencial, y nos impulsa inconscientemente hacia el bien y el discernimiento. Jung utilizaba el termino numinoso para describir una experiencia de lo sagrado, lo santo o lo extraordinario, que es idéntico al término iluminación que emplean las religiones orientales. El enfoque terapéutico de Jung, trata de hacernos conscientes de esos impulsos interiores para reconciliar los distintos estados de la personalidad. Profundizando los diferentes estratos de nuestra estructura interior, mediante el relajamiento, la meditación, la sugestión y el cuestionamiento existencial, accedemos a la información vivencial que allí se aloja; lo cual nos ayuda comprender que es lo que pasa en nuestro interior e impulsa sin darnos cuenta; lo cual ayuda al terapeuta, diagnosticar y prescribir la terapia curativa que nos armonice de alma, mente y cuerpo.
La psicología individual de Adler, sostiene que: debido a que siendo la representación el punto medio que oscila entre el recuerdo de la imagen pasada y la imagen presente, es en menor o mayor grado inconsciente, dependiendo de la carga afectiva o emocional con la que se vivió cierto hecho doloroso y que no fue adecuadamente descargada. Por lo tanto, la gran mayoría de los procesos neuróticos deben de tratarse psíco analíticamente antes de recurrir al psiquiatra. En su obra «La inferioridad orgánica y la compensación», expone que la lucha por la sobre vivencia consiste en la adaptación al ambiente, y que la búsqueda por satisfacer los instintos primarios (auto estima, preservación y seguridad), junto con la de los instintos sociales (aceptación, reconocimiento y supremacía), impulsa al hombre al compararse con los integrantes de su grupo, a sobreponerse a sus carencias intrínsecas o extrínsecas, fijando sus propias metas y orientándose a su logro. Fundamentando en la búsqueda de poder de logro, el sentido de la vida. Es decir, que lo psíquico no comienza a partir de lo orgánico: (somático), sino de lo social. El proceso neurótico comienza cuando el individuo siente que su deseo de logro se ve frustrado por un medio hostil conformado por sus propias limitaciones y las personas que lo rodean. Cuando este sentimiento de frustración se repite, fija y agudiza, se trasforma en un complejo de inferioridad, que puede ser causante de impotencia física y mental, o de hostilidad disfrazada de personalidad egocéntrica, desadaptada o antisocial. O sea que la hostilidad en cualquiera de sus modalidades y la minusvalía funcional, son una mascarada o simulación producto del proceso neurótico derivado del complejo de inferioridad. Lo cual da lugar a que haya enfermos que sanan milagrosamente, y personas aparentemente sanas que logran el éxito, prestigio y auto estima, mezcladas con ambición, desconfianza, envidia y falta de escrúpulos para conseguir sus metas a cualquier precio; lo cual los convierte en psicópatas peligrosos, que de un momento a otro pierden el juicio, sin que se explique por que. Luego entonces la terapia de la psicología individual, trata de que los individuos se quiten las mascaras, acepten sus carencias y potencialidades, sean auténticos y establezcan sus propias metas realistas y se avoquen al proceso creativo de su propia adaptación y desarrollo; ya que el hombre, no es un ser pasivo que dependa de poderes o fuerzas externas; sino que es un ser autónomo e independiente que acepta o rechaza ciertas experiencias desarrollando así un patrón único de percepción en relación con el mundo; o sea que para Adler cada individuo representa tanto una unidad de personalidad, como personalidad individual de esa unidad que escoge representar sus propios papeles.
Viktor Frankl desarrolló los conceptos expuestos en la logoterapia, conjuntado su experiencia médica a la observación de las transformaciones que se dieron entre sus compañeros recluidos en los campos de concentración, unida a la reflexión filosófica moderna; por ello, para seguirlo en su pensamiento hay que leer entre líneas los aportes de la antropología de de Max Scheler, la ontología de Nikolai Hartmann, la angustia existencial expuesta por Martin Heidegger, la trascendencia y el existencialismo según Sastre, y Kart Jarpers: Filosofía, aclara la relación que se da entre la filosofía trascendental y la psicología para sentar las bases de la psicología existencial que tiene por objeto dar un sentido trascendente a la vida y la existencia que de solidez a nuestra decisión ante el mundo que nos permita ser nosotros mismos, y, orientados por la ética derivada de la antropología médica. En su obra «El Psicoanálisis y existencialismo», Frankl ejemplifica tres modos distintos de reaccionar ante el infortunio de ser despojados de toda pertenencia hasta quedar con la existencia desnuda de toda dignidad y derecho, entre la población recluida en los campos de concentración, tratando de demostrar, que: lo que las teorías reduccionistas llaman el «destino biológico», el «destino psicológico» y el destino «sociológico», es superado cuando las personas están orientas por valores espirituales que dan esperanza de un futuro mejor y un sentido al devenir, ayudándoles a sobrevivir y soportar la furia de las calamidades que escaparon de la caja de Pandora en ese momento crítico de su vida, acrecentando su dignidad, entereza y espíritu de lucha que los lleva a olvidarse de sus propios problemas, consolando y sirviendo a los desvalidos y enfermos. En contraste con la conducta derrotista, observada por la gran mayoría de la población, y la conducta agresiva, criminal y opresiva de otra parte de la población, debido , o ante el infortunio. Lo cual nos permite comprender que el hombre se auto despoja de toda dignidad ante el infortunio transformándose en cosa, si no tiene un norte que lo oriente existencialmente en el devenir, hacia un futuro prometedor; ya que en el infortunio, sentir que la vida carece de futuro, hace insoportable la existencia del desdichado.
Teoría de la Trascendencia Humana
Para definir el significado de la palabra trascendencia, es necesario distinguir entre y , así podemos definir el concepto «trascendencia» oponiéndolo siempre a «inmanencia», , . Algunos investigadores, entienden la trascendencia como lo absolutamente coincidente consigo mismo, la pura no-dualidad, sin que ello suponga ningún tipo de panteísmo __no es que la Realidad verdadera se identifique con todos y cada uno de los entes del mundo, sino que, en rigor, sólo hay la ecuación «Realidad =Realidad» o «Dios = Dios», de manera que las demás cosas no poseen sino un ser ilusorio__ Otros, sin embargo, sostienen que la trascendencia «primordial» no establece un abismo insalvable con el mundo. Semejante idea de la trascendencia no va ligada a ningún tipo de emanacionismo, sino que está en el origen del mundo en virtud de un «dejar ser» que hace posible el surgimiento de aquél a través de un acto que posibilita la génesis del mundo. No se trata de una simple alteridad, sino de su positiva «vocación al ser». Es decir, el reino de la inmanencia no está simplemente llamado a un «saber» acerca de la Trascendencia, sino a una efectiva «participación» o «comunión» con ella. «Comunión» que adquiere su más perfecta expresión en el cristianismo, basado en la unión trascendencia-inmanencia que se hace presente en Cristo y que no se limita a ser una «coniunctio oppositorum», en la que uno de los opuestos anularía al otro o sería absorbido por él, sino una conjunción en la que el ámbito divino interpela a la humanidad y hace posible una relación dialogal.
En el pensamiento griego, el concepto de trascendencia va ligado a la pregunta por la realidad última, ya se trate del Bien platónico (fuente del conocimiento y del ser), ya se formule como el «ser en cuanto ser», al modo de Aristóteles. Así, la trascendencia rebasa al ente y constituye la plena identidad del ser, a la vez que se manifiesta en tres esferas ónticas: el cosmos, la polis y el ámbito de lo divino. No nos encontramos ya con una trascendencia sólo accesible en la revelación, como ocurría en el hebraísmo, sino con una integración de la Totalidad, con una «unificación» de la multiplicidad y una superación de la diferencia en la identidad. Una doctrina en la que se perciben reminiscencias de las concepciones «primordiales», pero que se distingue de ellas en un punto fundamental: la trascendencia aparece como accesible al «logos», quedando así disminuida respecto de su absolutez. Nos las habemos, pues, con una trascendencia que se predica unívocamente del «Theós» y del mundo, de manera que ya no cabe señalar un hiato radical entre ellos, como el que exigía la noción de «creación». La concepción medieval de la trascendencia nace del encuentro del hebreo-cristianismo con la filosofía griega. Dos fases lo caracterizan: en un primer momento, la irrupción de la trascendencia auto revelada produce un desplazamiento de los esquemas filosóficos en las mentes de los creyentes y una desconfianza hacia ellos. Semejanteactitud, anunciada ya en el discurso de Pablo en el Areópago, pone de manifiesto la distancia entre el «logos» griego y la «pistis» cristiana, a la vez que subraya la diferencia entre la divinidad «de cuyo linaje somos» y el Dios encarnado en Cristo. Por otra parte, la figura de S. Ireneo señala un hito importante en el modo de concebir la trascendencia cristiana, deslindándola fundamentalmente de los excesos de la «sofía» gnóstica y de todo intento de hacerla accesible únicamente a través del conocimiento. Posteriormente, San. Agustín, en la confluencia de las intuiciones más válidas del platonismo con la concepción paulina del «hombre interior», desarrolla la noción de trascendencia en un nuevo horizonte. Con todo, continúa predominando el polo cristiano sobre el griego, lo que confirma la teología negativa de Dionisio. Sólo el fides quaerens intellectum inaugura una nueva etapa, que culmina en el equilibrio tomista entre fe y razón. A partir de aquí, el ser como identidad del mundo, característico del pensamiento griego, viene integrado desde la óptica cristiana, transformándose en el ser análogo, que hace posible la concepción de la trascendencia como Ipsum esse per se subsistens. Equilibrio que no puede ser sino momentáneo, habida cuenta de la heterogeneidad de «logos» y «pistis», que sólo pueden confluir a partir de la analogía del ser cuando ésta es capaz de superar la mera identidad entre inmanencia y trascendencia no sólo del lado de ésta última (en el sentido de un «dejar ser» a la inmanencia), sino también del lado de aquélla (a través de un reconocimiento de la distancia). De ahí que la confluencia entre fe y razón sólo se mantenga durante un tiempo, y se rompa definitivamente en la época moderna. Acontecimiento que ocurre gradualmente y que es desencadenado por el bifronte proceso de «emancipación» de la razón: como racionalismo recibe su impulso primordial en Descartes y abre la puerta a una disolución de la trascendencia en la inmanencia; en tanto que empirismo, renuncia a cualquier racionalización de la realidad concreta, lo que concluye en una inmanencia depauperada, para la que la cuestión de la trascendencia apenas si se plantea.
El intento kantiano de mediar entre ambas concepciones trata de «poner límites a la razón para hacer posible la fe», pero la crítica de Fichte inaugura el idealismo y desemboca en la definitiva disolución de la trascendencia en la inmanencia, no obstante la apariencia contraria, es decir la supuesta absorción de la inmanencia en el «Absoluto» del que «emana». Tras el idealismo absoluto de Hegel, tentativa verdaderamente gnóstica de fusionar inmanencia y trascendencia, la reacción no puede ser otra que una reivindicación paroxística de la inmanencia. La cual es abordada desde varios frentes, situados bajo la rúbrica del llamado «pensamiento negativo». Así Kierkegaard, que subraya el escándalo vinculado a la revelación de la trascendencia en Cristo y anticipa el existencialismo en el que se distinguen varias nociones de trascendencia irreductibles entre sí: la sartriana (inmanentizada, en virtud de su actitud atea), la heideggeriana (centrada en la espera de la auto revelación del ser) y el trascender como un movimiento infinito hacia un ser más, característica de los existencialismos cristiano y personalista. Otro frente lo constituye Nietzsche, su lucha contra el cristianismo por el cristianismo no tenía por objeto destruirlo sino trascenderlo a causa de que el dogma judeo cristiano ha convertido en una «fábula», el precepto moral de Cristo de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, requisito sine qua non para alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Su célebre «Dios ha muerto» quiere ser la constatación del hundimiento de la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, no porque habiéndose seguido se haya constatado que es imposible alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta sino porque al ensayarse se desecharon antes de haberse comprobado su realidad. El tercer frente del pensamiento negativo lo constituye Marx, que otorga a la trascendencia un sentido inmanente, centrado en la construcción de la «nueva humanidad», en la que solo los judíos son humanos y los no judíos son bestias serviles. Más allá de las corrientes neopositivista y cientifista, el pensamiento postmoderno, se empantana, por lo general, en un agnosticismo nivelador, en tanto que la «new age» pugna por una visión neopagana de la trascendencia.
En el ámbito abarcado por el pensamiento occidental y su zona de influencia, el «eclipse» de la trascendencia esta por terminar, dando paso a una nuevo redescubrimiento de la misma, y todo parece augurar que una nueva manifestación de la trascendencia se cierne sobre nosotros dando principio a la «era del Espíritu». Ya las tentativas de «retorno al origen» que afloran en la fenomenología trascendental, la hermenéutica, las filosofías personalistas proporcionan pistas válidas para un nuevo acceso al umbral de la trascendencia: puesto que el «eclipse» de ésta implicó, sobre todo en Occidente, una degradación progresiva del ideal de conocimiento, de acuerdo con la sucesión sabiduría-filosofía-ciencia-técnica, se impone la necesidad de invertir la marcha, a fin de preparar el «lugar» adecuado para su reaparición. Por otra parte, la doble dimensión «fascinante» y «tremenda» del misterio, subrayada por R. Otto, pone de relieve la doble dirección en la que ha de ser buscado. De un lado, en su presencia inmanente, y aquí el pensamiento personalista puede servirnos de guía en la medida en que ha reconstituido motivos que pertenecen a la esencia misma del cristianismo, como son la iluminación del espíritu en la mismidad (el tema cristiano y agustiniano del «intimior intimo meo», con frecuencia olvidado y que hoy despierta con nuevos bríos con ocasión del encuentro con Oriente), y en la alteridad, en el diálogo y el compromiso con el prójimo, en la búsqueda de su verdadero rostro. De otro, en su insalvable distancia, que vuelve vano todo intento de reducir la trascendencia a cualquier forma de identidad con el mundo, tanto desde la vertiente cósmica y humana __(una cuestión de especial actualidad en el encuentro con las filosofías y religiones orientales y también con el esoterismo y que, en último extremo, se reduce a ésta:¿Puede un cristiano aceptar la experiencia de Dios como «Suprema Identidad»?)__ como desde la divina, que quedaría así limitada en su relación con la creación, como si la trascendencia implicase obligatoriamente la aniquilación del hombre y no más bien la solicitud amorosa hacia él, que lo convierte en interlocutor asociado a su eterno misterio. Y, en este punto, los esfuerzos por ajustarse al nuevo horizonte teológico, no marcado ya primordialmente por el diálogo y el conflicto entre -creencia VS incredulidad- o -cristianismo VS materialismo- sino por la confrontación entre fe cristiana y corrientes espiritualistas, han de moverse en la línea de una redescubrimiento de la trascendencia y de los símbolos en que se manifiesta.¿Cómo abrirse a semejante simbólica?
La gradación kierkegaardiana entre el hombre estético, el ético y el religioso adquiere aquí una recurrencia inesperada: caracterizada la «postmodernidad» por el primer estadío, marcado por el agnosticismo, las mentes más lúcidas se aprestan a abordar el segundo, estableciendo las bases para una mostración ética de la trascendencia. Pero queda el tercer estadio, en el que la aproximación a la trascendencia, de índole religiosa, se enfrentará a una opción final: acceder a una trascendencia que disuelve al hombre en pura ilusión o abrirse al misterio de un Dios «cuya gloria es el hombre viviente», para hablar con San Ireneo. Pero, para realizar esto último, hemos de comenzar por incorporar lo más válido del «ensimismamiento» oriental» y su aguda comprensión de la inmanencia. Sólo así dejará de ser mero tópico la afirmación según la cual «el cristianismo es más que una religión» y estaremos en libertad para experimentar la trascendencia de Dios como la distancia creadora que posibilita la existencia humana. Una existencia que se realiza en la indisolubilidad de mismidad y projimidad, y en la que la afirmación de la dualidad y de la diferencia no es más que la condición previa para el amor que todo lo reúne. No en vano el «circuito» amoroso en que Dios consiste necesita de un «bipolo» a través del cual va y viene la corriente del Espíritu para, a partir de aquí, insertar a la humanidad (como dicen tantos místicos) en el seno de la Trinidad.
8,1: La objetividad científica y las ideas religiosas
Gracias a que los filósofos griegos se avocaron a la búsqueda y estudio de los principios universales que sirven de normas de referencia indubitables en las indagaciones de la verdad (v.g. el principio de certidumbre fincado por Platón en la objetividad, la racionalidad y la no contradicción de todos los objetos auténticos de conocimiento, que los juristas utilizan como: Principios Generales de Prueba). Y los rigurosos requisitos o restricciones de la demostración científica expuestas por Aristones: (Organon); es posible llegar a conclusiones ciertas producto de una deducción objetiva: (objetividad científica), _y no a meras: conjeturas, especulaciones, interpretaciones u opiniones personales, sobre los asuntos en cuestión. La objetivad científica se usa para dictaminar técnicamente, y por lo mismo no se basa en interpretaciones, ni en conjeturas, ni opiniones, sino que deja de lado la subjetividad y utiliza los procedimientos de prueba generalmente aceptados, y las especificaciones, estándares, leyes, normas, o principios universales que gobiernan el fenómeno estudiado, anteriormente encontrados por el método científico, para que al comparar los planteamientos teóricos __v.s.__ los hechos, nos permita discriminar y dictaminar de manera incontrovertible, cuales de esos elementos de juicio de un asunto o problemática, concuerdan o violan dichos estándares, leyes, normas, principios o procedimientos generalmente aceptados. Y una vez de emitido un dictamen o conclusión, su veracidad se comprueba objetivamente confrontándolo con la realidad.
La búsqueda de los principios y procedimientos universales, que gobiernan un fenómeno y su aplicación practica, constituye el objeto de la ciencia; pero tratándose de cuestiones existenciales, la ciencia deja el fenómeno espiritual en manos de la religión, lo cual es un error gravísimo que hay que corregir; porque en el espíritu se encuentran mas de el noventa por ciento de nuestras potencialidades a desarrollar. Y la religión organizada, titular responsable del conocimiento espiritual, no se ha avocado a estudiar el fenómeno espiritual, ya que sobretodo le interesa el triunfo de la iglesia sobre individuos y sociedad, y solo se ha limitado a difundir y resguardar como sagrado, los hechos que protagonizaron los ancestros del pueblo de Israel que son sagrados para Israel sin ser cuestiones genéricas espirituales. Perpetuando las explicaciones y creencias que de ellas se derivaron, elevándolas a dogmas o verdades incuestionables de la fe, debido al fundamentalismo de San Pablo que tuvo como propósito unir la religión de Israel-con la vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo, con la intención de que los judíos convertidos al cristianismo siguieran siendo Israel, y los gentiles cristianos ayudaran a Israel sin darse cuenta. Es decir, que la tríada pre teológica origen de la religión, integrada por la descripción neutra de experiencia extática, la explicación, y la aplicación de la experiencia, nunca ha sido expuesta a la luz de la razón; y por ello, nunca se han discernido los relatos teológicos del Antiguo Testamento y averiguado la verdad que hay al tenerlos como cuestiones espirituales que sirven para educar a los creyentes a fin de que lleguen a ser hombres de bien, sin ser cierto; lo cual nos lleva a señalar las semillas del mal que hay en los hechos del Antiguo Testamento que engendran el mal en el corazón de los seguidores del libro de Israel, en contraposición de las semillas del bien contenidas en la doctrina de la trascendencia humana instruida por Buda e ilustrada por Cristo, cuya certidumbre, utilidad y vigencia, ha sido ratificada por los planteamientos de la filosofía griega, la filosofía moderna y las conclusiones comparables de la ciencia para efecto de transformarnos en seres de humanidad perfecta y así alcanzar la sociedad perfecta.
8,2: El mundo virtual de nuestra mente y las vivencias extáticas.
El anhelo de explicación nace del fondo del alma por la necesidad fundamental que tenemos de comprendernos a nosotros mismos en relación al universo que nos rodea; y esto, es lo que impulsa nuestra mente a hacer una abstracción primaría de la realidad objetiva circundante, mediante la información que captan nuestros sentidos. Y el hombre en su afán de explicar lo inefable, partiendo de la esfera objetiva a su alcance, se eleva lo mas alto posible en la esfera subjetiva, tratando de vislumbrar la causa última que hace que las cosas sean lo que son. Y conjuntado la idea del Absoluto con la idea de lo que son las esencias, las aterriza en las imágenes mentales que no son en si mismas la Realidad Absoluta, solo la representan, para unirlas a las emociones, sentimientos y expectativas asociados; porque en los contenidos de nuestra mente nada puede quedarse sin representatividad, ni aún el Absoluto. La idea que tenemos de Dios, no solo es una abstracción de nuestra mente plasmada en una imagen, que trata de expresar la inconmensurable grandeza, orden y belleza del universo manifestado e in-manifestado; sino el origen y sustento de nuestro pensamiento existencial y religioso. Y no obstante, que en nuestro fuero interno intuimos que esta abstracción es imperfecta, ansiosos de encontrar el significado de la vida y la existencia, la hacemos el centro de todas nuestras ideas. Es por ello, que en el mundo de imágenes virtuales de nuestra mente, la Imagen de nuestra idea de Dios, ocupa el centro de nosotros mismos; lugar íntimo y oculto a nuestros ojos donde reside nuestro propio espíritu, que lleva en sí mismo la imagen refleja de Dios. Y ante la necesidad de conocer y reflexionar sobre Dios y lo divino, nos cuestionamos y argüimos a nosotros mismos, auto-convencidos de la verdad de nuestras creencias. Estableciendo un dialogo entre nuestro ego y nuestro espíritu, con la finalidad de satisfacer la necesidad que tenemos de Dios y encontrar las respuestas a nuestros interrogantes existenciales. Para establecer este dialogo hay dos caminos: uno interior que nos lleva a practicar la disciplina mística, y otro exterior que nos lleva a la práctica del culto, los ritos y la lectura de los libros sagrados. Es decir, que tanto el misticismo como la religiosidad nacen del impulso inconsciente que nos mueve a satisfacer la necesidad de explicarnos para dar respuesta a nuestros interrogantes existenciales y entender el sentido de nuestra vida, y así poder proyectarnos.
El problema radica en que aparentemente, estamos impedidos a dar respuesta a nuestros interrogantes existenciales, no solo debido a nuestras propias limitaciones sensoriales y cognitivas, sino también debido a que nuestra capacidad de profundizar en lo más hondo de nuestra conciencia, y traspasar hasta supra conciencia, está bloqueada por resistenciasexternas y externas al hombre que nacen de la imposibilidad de abordar y dialogar de tú a TÚ con Dios, porque no venimos a este mundo a conocer a Dios, sino a vivir en EL (semejando una célula humana, que quisiera establecer un dialogo de tú a tú con el hombre que la contiene). Este problema no solo nos preocupa, sino que nos atormenta, porque lo que esta discusión no es Dios que es irreducible, sino la naturaleza intima del hombre, fuente de todos los valores morales y humanos; lo cual, no solo nos ha llevado a concepciones y puntos de vista diferentes, sino también a posiciones radicales e intransigentes que nos separan en diferentes religiones. Es precisamente el fundamentalismo radical e intransigente sobre cuestiones de fe, lo que lleva a las autoridades prestigiosas y dominantes de nuestro núcleo familiar, escolar y religioso, a ejercer presiones desde nuestra infancia para efecto de imponernos las creencias ancestrales sin discernirlas ni discutirlas, sin que importe el daño que nos hace la falta de lógica y veracidad de la fe que nos inculcaron; y cualesquier intento de discernimiento es calificado de irreverente, amoral, ateo o demencial. Sin embargo cuando crecemos y nos emancipamos, tenemos la responsabilidad de perfeccionar las creencias que nos inculcaron sobre Dios y lo divino __discerniendo la teología, base de nuestra fe__ para desechar lo que nos hace daño o es irrelevante, y aplicarnos a practicar lo que predican las semillas de verdad, a efecto de romper las resistencias tanto exteriores como interiores que nos impiden interiorizar profundamente dentro de sí mismos en busca de los datos de la vertiente espiritual del conocimiento humano. Y una vez liberados de las resistencias que nos impiden profundizar hondamente, podremos avocarnos a inducir la experiencia de la Realidad subyacente de la que formamos parte, accediendo a la red espiritual existente entre todos los todos los seres y todas las cosas que integran el Continente Universal. Y mediante este enlace con la red espiritual, podemos ser uno con lo Real de todos los seres y cosas que nos interesa conocer para comprenderlas, al mismo tiempo que nos permite conocer nuestras propias potencialidades y dar respuesta a los interrogantes existenciales que nos preocupan. Y con la experiencia de la común unión de la realidad existente en el mundo de las esencias, perfeccionamos la imagen que tenemos de Dios y lo divino.
8,3: Procesos mentales que dan lugar a las explicaciones
Cuando nuestros sentidos son estimulados por algún agente externo, captamos solo lo aparente, más no su realidad; ya que los agentes causantes de los estímulos, no se presentan directamente ante nuestra mente, sino a través de la sensación e impresión de los sentidos. Así, si no hubiera más que sensaciones, jamás llegaríamos al conocimiento de la realidad, porque nuestros sentidos son imperfectos y limitados, y muchas veces presentan alteraciones orgánicas y disfuncionales que los afectan. Sin la facultad de pensar, el mundo que captaría nuestra mente seria una serie de impresiones desconectadas entre si; pero nuestra mente al captar las impresiones trata de comprenderlas, ordenándolas y relacionándolas con los contenidos de su memoria. Porque característicamente los humanos tenemos una necesidad apremiante de explicación; y por ello, sentimos el impulso natural de encontrar identidades y diferencias entre unos hechos y otros, para poder reducir su diversidad y comprender cual es la relación existente entre unos y otros. Del impulso que orienta nuestra mente a buscar identidades detrás de la diversidad, nace la tendencia a atribuir a los hechos más generalidad de la que en realidad tienen. Esta simplificación excesiva, lleva la mente a hacer conjeturas, atribuyendo a una parte del fenómeno espiritual la representación del Todo, dando origen a las concepciones de Dios y lo divino de las diferentes religiones. Y del impulso que orienta la mente a buscar diferencias detrás de la diversidad, nace la tendencia a la exploración y profundización de los hechos para comprenderlos. Es decir, que de la necesidad de explicación y de los impulsos que nos mueven a explicar, han nacido los diferentes cuestionamientos existenciales que se ha plateado el hombre para poder explicarse a sí mismo, los cuales han dado lugar a las diferentes conjeturas de la religión organizada que tratan de explicarnos existencialmente, y a las diferentes hipótesis que son la base de las ciencias humanas que tratan de descifrar al hombre mediante la investigación científica; pero también dichos impulsos inconscientes han llevado al hombre a indagar en los contenidos del inconsciente individual, colectivo, y meta consciente en busca de las respuestas a sus interrogantes existenciales.
Esto nos permite distinguir tres vertientes del conocimiento humano: el mundo de los sentidos, el mundo de la mente y el mundo del espíritu; vertientes que se unen en el punto en que concurre la explicación con la realidad. Es decir, que cuando hay incongruencia entre los datos y explicaciones de la ciencia y de la religión, es porque alguna de ellas dejo de lado los datos aportados por la tercer vertiente; y es entonces cuando ante la discrepancia es necesario avocarse a conseguir los datos faltantes, para caer en cuenta, cual es el error. Porque en los procesos mentales, el interés que despiertan en el lector las Escrituras Sagradas, da lugar a conjeturas que tienen el fin de ayudarnos a encontrar una gama infinita de significados paralelos, y ofrecernos nuevos puntos de vista; y al escuchar los relatos cada quien extrae de ellos una nueva interpretación aplicable a las circunstancias del momento. Y no es que los relatos puedan significar cualesquier cosa, sino que las conjeturas son las que expresan una realidad cambiante basadas en las expectativas del momento y en la propia experiencia. Es decir, que la mente utiliza la analogía para enfrentar la incertidumbre, basándose en las pasadas experiencias y en los viejos modelos que originaron los viejos puntos de vista, para cambiarlos por nuevos modelos que originan nuevos puntos de vista acordes a los nuevos hechos y circunstancias.
Las conjeturas y las interpretaciones, no solo representan una forma de expresión entre otras muchas, sino que son parte fundamental del proceso del pensamiento humano para encontrar explicaciones a sus interrogantes; por ello, es que desde la infancia adquirimos la destreza necesaria para hacer comparaciones, conjeturas e hipótesis. Lo común es que en los momentos difíciles o significativos de nuestra vida, leamos Las Escrituras para disponer de conjeturas a cerca de Dios y lo sagrado, y al leerlas automáticamente pensamos sobre el paralelismo o semejanza existente entre un hecho presente y un hecho pasado, y a la vez ser diferente. Integrando dicho paralelismo dentro de la comprensión del devenir afectada por los contenidos de nuestra mente, unidos a los sentimientos y emociones que los hechos nos provocan. Es por ello, que siempre encontraremos textos o pasajes, citas o narraciones bíblicas, que evoquen las imágenes del repertorio común de referencia, paralelas a las experiencias, expectativas, sentimientos y emociones que tratamos de evocar; es decir que utilizamos los textos sagrados como repertorio común de imágenes. Y aunque ese repertorio es común a cristianos y judíos, no es patrimonio universal, sino que es privativo a la comunidad que comparte nuestras creencias y tradiciones; por ello, es que cada pueblo, ve y siente las cosas desde su propio contexto y cultura, y así fe datamos las creencias y visión del mundo prevaleciente en nuestra propia religión y cultura, y descalificamos la visión y la fe de los pueblos ajenos. Y ocasionalmente, cuando la mente se encuentra empantanada en la resolución de una problemática intensa, y es conciente de sus limitaciones cognitivas que le impiden resolver los cuestionamientos existenciales que se plantea; es cuando de improviso la mente cae en la tercera vertiente, y experimenta las vivencias relacionadas con sus cuestionamientos. Estas vivencias fruto de la casualidad, puede ser que no encajan con la visión y explicación prevaleciente en nuestra sociedad, y no alcanzamos a comprender su significado; y es entonces cuando intuimos que la visión del mundo prevaleciente en nuestra comunidad, no concuerda con la realidad, porque no se tomó en cuenta los datos aportados por los místicos de otras religiones en sus experiencias.
8,4: La necesidad del conocimiento interior
En cuestiones formativas religiosas o seculares, es necesario desarrollar en los jóvenes el espíritu crítico y valores fincados en la trascendencia humana, a efecto de inducirlos a aplicar su inteligencia a la consideración de su propia existencia proporcionándoles las herramientas del conocimiento interior, de modo que sean ellos mismos los arquitectos de su propio desarrollo espiritual y humano. El conocimiento interior es necesario, porque nadie puede proceder inteligentemente respecto a aquello que se ignora. Y para dejar de ser ignorantes de lo que sucede en nuestro interior, primero deberemos proceder a liberarnos de los atavismos del pasado heredados a través de la religión, porque son parámetros internos que no condicionan y hacen reaccionar superficialmente sin haber profundizado lo suficiente en la estructura de nuestro pensamiento, para allí conocer el origen y naturaleza de las fuerzas que nos impulsan desde adentro sin darnos cuenta. Es importantísimo la introspección del fundamento donde se desplanta la estructura de nuestro pensamiento existencial y religioso, porque de allí proceden las conclusiones y expectativas sobre el sentido de la vida y nuestra existencia; y al estar desplantado sobre el error o la ignorancia, nos adentrarnos en el proceso fantástico del pensamiento, donde somos gobernados por automatismos e impulsos inconscientes, que nos impiden percatamos de lo que acontece; porque al no concordar nuestras conclusiones con la realidad, la rechazamos debido a que nos confunde, conflictua, enajena y mantiene atados al proceso fantástico del pensamiento.
El proceso fantástico se inicia o arranca, cuando estando inmersos en una problemática intensa que nos afecta, al tratar de explicar y encontrar un sentido a lo que nos acontece, partimos de datos erróneos que llevan a la mente a generar un sin fin de conjeturas que sin darnos cuenta mantiene a la mente todo el tiempo ocupada, siguiendo automáticamente todas y cada una de las conjeturas generadas; mientras tanto somos gobernados por automatismos inconscientes, hasta en tanto no se encuentre la respuesta a nuestros cuestionamientos. Esto quiere decir, que no podemos liberarnos de nuestros automatismos, ni alucinaciones, ni aplicar la mente a encontrar las respuestas correctas a nuestros cuestionamientos existenciales; mientras tanto la mente se mantenga ocupada en el proceso fantástico, porque la mente no puede efectuar dos procesos diferentes al mismo tiempo. Una vez que arranca el proceso fantástico, la mente continua en ese modo, hasta terminar de procesar lo encomendado; o sea que la mente «no» puede aplicarse al proceso racional, si esta ocupada en el proceso fantástico __y arrancado el proceso racional, continua en ese modo hasta terminar de procesar lo encomendado, así no puede pasar al modo supra racional, si está ocupada con el proceso racional__ y terminado el modo supra racional, la mente puede regresar al modo racional: por ello; es necesario discernir primero la teología para eliminar los errores alojados en la base de la estructura de nuestro pensamiento a cerca de si mismos, de Dios y lo divino, que cuando estamos en medio de una grave crisis personal arrancan el proceso fantástico del pensamiento y dan lugar a las conjeturas y alucinaciones que nos enajenan. Las crisis graves pueden deberse a traumas olvidados que ante una tensión emocional se hacen presentes y pueden ser tratados clínicamente por los psiquiatras mediante el psicoanálisis; pero las crisis causadas por el surgimiento del fenómeno espiritual de la trasformación humana, deben ser tratadas por métodos alternativos que no interrumpan el ciclo natural de una trasformación espiritual, proporcionando a los pacientes la descripción neutra y la explicación racional de la fenomenología que presentan; lo cual ayuda no solo a mitigar las crisis durante el tiempo que dure la trasformación sino atravesarlas rápidamente, y ya que la mente al partir de datos ciertos, sin temor alguno arranca el proceso supra racional en busca de las vivencias de mundo interior de la mente y el espíritu, necesarias para ayudarnos a resolver los cuestionamientos existenciales planteados, iluminando la penumbra de la oscuridad que nos rodea lo suficiente para dar el próximo paso en la dirección correcta hacia el desarrollo espiritual, y al concluir el ciclo de la transformación espiritual, la mente se aquieta, armoniza y sincroniza, en un todo coherente ordenado y relacionado que eleva su nivel de energía sutil.
La parte densa (Yo enterico o ego) de lo que aparece como «sombra» en el interior de la psiquis humana contiene el instinto animal, y la parte sutil contiene las potencialidades del espíritu. El hecho de que el conocimiento intimo de sí mismo, pueda darse mediante la exploración de las imágenes de nuestra mente, la experiencia de nuestro Yo virtual o ego, o la experiencia virtual de nuestra esencia o espíritu, podría arrojar luz sobre las fuerzas latentes del alma, las cuales se perciben rara vez, es verdad, mientras todo vaya bien, a menos que se induzca clínicamente la experiencia profunda mediante la retrogresión sugestiva o mediante la disciplina mística. Se trata de posibilidades de máxima potencialidad dinámica, y sólo de la preparación remota y la disciplina de la mente depende el que la irrupción de tales fuerzas y de las correspondientes emociones tenga lugar por cauces constructivos y no por erupciones violentas y destructivas. El medico de almas parece ser el único que sabe por experiencia lo precaria que es la preparación psíquica del hombre actual, por ser también el único que se ve obligado a buscar en la naturaleza del individuo las fuerzas y simbología que desde siempre a éste le han permitido encontrar la senda justa en medio de la oscuridad y el peligro. Para esta labor, que requiere ante todo paciencia, no puede limitarse a generalizaciones en las que uno deja el esfuerzo a los demás y se contenta con el cómodo papel de espectador impasible.
En lo general, la transformación espiritual de la humanidad se opera casi imperceptiblemente, al paso lento de los milenios, y no puede ser ni acelerada ni detenida por procesos de consideración racional, ni menos llevada a cabo en el lapso de una generación; pero en lo particular, el fenómeno espiritual de la trasformación humana puede emerger inesperada e inconteniblemente por exigencias individuales del espíritu que hacen contraproducente inhibirlo mediante sedantes. Error que comenten los psiquiatras al confundir el surgimiento de la fenomenología de la trasformación espiritual con un caso de histeria; lo que sí está a su al alcance es el seguimiento de las crisis emocionales que provoca la emergencia del fenómeno espiritual de la trasformación. En lo particular los educadores los educadores y los médicos de almas pueden transformar a algunos individuos que puedan influir en una comunidad, como lo hizo Cristo con sus apóstoles. No me refiero a persuasión ni a predicación, sino a la experiencia empírica del que mediante el ejercicio del altruismo y misticismo intenso prescrito por Cristo para transformar los hombres en hombres de humanidad perfecta, haya alcanzado a comprender su propio desenvolvimiento interior, reflejo en su imagen exterior, ejerciendo sin proponérselo un influjo sobre cuantos tienen trato con el renacido o transformado. Se trata de un influjo involuntario sobre el inconsciente ajeno, algo así como un prestigio inconsciente, el cual sólo es operante, es verdad, mientras no venga a interferir con el la intención. La profundización y el ensanchamiento de la conciencia mediante la inducción de la experiencia mística, producen el efecto que los primitivos denominan «mana». El esfuerzo tendente al conocimiento profundo de sí mismo vale la pena, por otra parte, porque existe un factor hasta ahora totalmente pasado por alto que es propicio al logro de nuestro propósito: el darse cuenta del espíritu inconsciente de la época que permanece ciego a lo que acontece en nuestro espíritu, nihilismo que fue señalado por Nietsche como la mayor calamidad de nuestro tiempo, porque propicia los automatismos inconscientes que causan la histeria y la paranoia, y en el mejor de los casos el surgimiento del fenómeno espiritual de la transformación humana, anticipado intuitivamente los cambios venideros.

El divorcio entre la fe y la razón es sintomático del desdoblamiento de la conciencia que caracteriza la perturbación del estado mental de los tiempos modernos. Es como si dos personas cohabitaran dentro de nosotros y se manifestaran alternativamente; pero además del modo padre, el modo niño, que alternan con el modo adulto, el ello se manifiesta en múltiples personalidades completamente distintas a la personalidad habitual dominada por inusitados automatismos que son ignorados por el paciente desasociado consigo-mismo y la sociedad. Fenómeno fe-datado en los Evangelios que recurrentemente ha enlutado las comunidades con actos incruentos cometidos por pacíficos ciudadanos adultos yadolescentes en estados alterados de la mente, que compiten en crueldad con los actos cometidos por psicópatas (Jack el Destripador), esquizofrénicos responsables de crímenes seriales, rituales y actos terroristas. Este fenómeno también ha inspirado las obras de muchos autores clásicos, como: El Lobo Estepario: Hermann Hesse, El Exorcista: Meter Blatty, El Silencio de los Inocentes: Thomas Harris, La Metamorfosis: Franz Kafka, El Hombre Pentafisico : Ema Godoy, etc . Si ponemos en lugar de la persona a la sociedad moderna en general, resulta que ésta está aquejada de disociación mental, esto es, de un trastorno neurótico. No se puede fingir o ignorar la lucha milenaria que de origen sostiene «el judaísmo -VS- elcristianismo» porque el instinto se revela ante el peligro de ser exterminado o sometido y la psiquis se desdobla. Así ocurre en toda psiquis neurótica, la incongruencia en las estructuras de su pensamiento es la causa que la lleva al médico.
Según se ha expuesto en forma sumaria, el médico de almas debe relacionarse con ambas fases en que está desdoblada la personalidad del hombre actual, pues sólo con ambas, y no tomando una e ignorando la otra, puede constituir un hombre entero y pleno. Todo individuo, por cierto, ha venido reprimiendo e ignorando concientemente una de sus dos fases, por ser éste el único expediente que le ofrece la noción imperante. Los automatismos inconscientes y el mundo de imágenes de la mente constituyen un a priori que nadie ha de desconocer sin grave riesgo. La inhibición o interrupción del surgimiento del fenómeno espiritual de la trasformación, mediante sedantes, trae penosas consecuencias fisiológicas y psicológicas, cuya terapia requiere la ayuda profesional del médico de almas. Desde hace dos milenios y medio los helénicos sabían que existe un inconsciente opuesto a la conciencia e intuían la importancia de su exploración para conocerlo, las iniciaciones mistéricas contenían un simbolismo ritual que orientaba y alentaba a los iniciados a explorar las profundidades de su conciencia. El misticismo y la psicología clínica han proporcionado al respecto todas las pruebas empíricas y experimentales necesarias, de que existe una realidad psíquica inconsciente, la cual inesperadamente demuestra su existencia derramando sus contenidos sobre la conciencia provocando automatismos, psiquismos y trasformaciones inauditas en las personas que los experimentan inconscientemente. A pesar de que se sabe esto, no se ha sacado conclusiones generales de esta fenomenología. Se sigue pensando y obrando como si el hombre no fuese doble, sino simple. Es así que permanecemos ciegos a nuestras propias imperfecciones, debilidades y móviles de nuestros actos. No se nos ocurre pensar que a nuestra interioridad no se le pueden ocultar los verdaderos móviles de nuestras acciones por mucho que las justifiquemos y disfracemos, ni cuestionarnos sobre cuál es la actitud de nuestra ser interior ante lo que hacemos en la faz exterior. En realidad, empero, es una ligereza, una superficialidad y hasta una insensatez, pasar por alto la reacción y actitud del inconsciente, por cuanto ello conspira contra la salud psíquica. Aunque uno considere igualmente importantes para la salud todos los sistemas fisiológicos del organismo humano, generalmente ignoramos nuestra salud psicológica. Así las deficiencias psíquicas y sus consecuencias creemos poder subsanarlas con meros concejos, reproches y charlatanerías mágicas o mojigatas, pues lo «psíquico» es tenido por algo así como intrascendente. Sin embargo, nadie puede negar que sin la psiquis el género humano no se diferenciaría de los seres instintivos. Prácticamente la dignidad humana depende del alma humana y sus funciones. Ella merece toda nuestra atención, particularmente en nuestra época en que el futuro individual y colectivo puede ser amenazado por alteraciones psíquicas de los hombres. Basta con una casi imperceptible perturbación del equilibrio de algunos dirigentes para que el mundo se hunda en un infierno de sangre, fuego y radiactividad.
Nuestra filosofía se desentiende de la cuestión de si la parte inefable de nuestro otro Yo, que por el momento sólo hemos designado con el término peyorativo «sombra», está de acuerdo con nuestras creencias y conducta conscientes. Por lo visto ignora que el hombre tiene una sombra de verdad, cuya intimidad aloja al mismo tiempo la naturaleza privativa del instinto y la naturaleza trascendente del espíritu. Cuando el pensar y el sentir han extraviado el camino de la interioridad, y la postura religiosa se ha vuelto inoperante, ni Dios se atreve a poner dique al desbordamiento de los impulsos psíquicos incontenibles. El anquilosamiento de la conciencia en nuestro mundo se debe sobre todo a la pérdida del sentido común y adormecimiento del instinto, y tiene su raíz en la enajenación generalizada. Conforme se ha hecho dueño de la naturaleza, el hombre ha exaltado su saber y dominio sobre la materia y menos-preciado lo meramente natural y contingente, esto es, los instintos y los impulsos de la psiquis inconsciente. En efecto, la psicología en general sigue siendo todavía la ciencia que investiga los contenidos del inconsciente y sus manifestaciones en cuanto evaluables sobre pautas colectivas, a fin de diagnosticar las causas de disfunciones psicosomáticas y prescribir terapias; es decir se funda en fenómenos genéricos íntimos, ya que a diferencia del subjetivismo y lógica racional con que se maneja lo conciente, el inconsciente se manifiesta analógicamente en forma imágenes holográficas vivas que llevan adheridas los sentimientos relacionados con la problemática o necesidad que los impulsa hacia la superficie; aunque el conciente los reprima porque no los entiende, llega un momento en que el desbordamiento de las fuerzas del inconsciente es incontenible, colapsando la estructuramental trabajosamente edificada, postrando al individuo. El delírium trémens destruye la vida intima y social del individuo debido a que la interioridad individual, que en definitiva es la única real, ha quedado degradada a fenómeno marginal contingente, y a pesar de los signos de paranoia manifiestos el inconsciente, que sólo puede manifestarse incomprensiblemente, ha sido pasado por alto completamente, y no por simple negligencia, ni por mera ignorancia, sino por deliberada resistencia a la sola posibilidad de que además del Yo exista otra instancia psíquica además del conciente. En los estadios alterados de conciencia, hasta le parece peligroso al Yo conciente poner en tela de juicio su monarquía, basta que dude un poco, para que la ciencia declare su insanidad mental y lo someta a su tutela y tratamiento psicoterapéutico por tiempo indefinido.
8,5: Diferencias fenomenológicas y terapéuticas entre las crisis provocadas por las psicosis provocadas por los traumas olvidados, y las crisis provocadas por el surgimiento del fenómeno espiritual de la transformación humana.
Las enseñanzas místicas de todos los tiempos giran alrededor de la idea de que la sola búsqueda de bienes y metas materiales no expresa en absoluto el potencial del ser humano, debido a que la humanidad es una parte integral de la energía creadora y la inteligencia del cosmos, y es de alguna forma es parte del holograma espiritual de Todo que refleja laimagen de Él en cada ser individual. El descubrimiento de la propia naturaleza espiritual puede conducir a una forma de ser, tanto a escala individual como colectiva, incomparablemente superior a lo que se considera normal. Para comprender la fenomenología del surgimiento o emergencia de la transformación espiritual, uno debe verlo como la activación de unproceso natural de evolución que lleva a una forma de vida más madura y realizada. La palabra espiritualidad debería reservarse para situaciones que entrañan una experiencia íntima de la realidad espiritual de la que formamos parte, que le dan a la propia vida y existencia una cualidad numinosa. Desde este punto de vista, la espiritualidad es algo que caracteriza la relación del individuo con el universo y no requiere necesariamente de una estructura formal, un ritual colectivo o la mediación de un sacerdote. La palabra moderna para designar la experiencia directa de las realidades espirituales es «transpersonal», lo que significa que trasciende la forma usual de percibir e interpretar al mundo desde la posición de un individuo o cuerpo-ego separado de aquél. La psicología transpersonal, se especializa en experiencias de este tipo y lo que estas implican. Las conclusiones del estudio de los estadíos transpersonales de conciencia son de vital importancia para el concepto de emergencia o surgimiento del fenómeno espiritual de la transformación humana.
Los estadíos que entrañan un encuentro personal con las dimensiones numinosas de la existencia pueden dividirse en dos grandes categorías. En la primera hallamos las experiencias de lo «Divino inmanente», o percepciones de la inteligencia divina que se expresa a sí misma en el mundo de la realidad diaria. Toda la creación __gente, animales, plantas y objetos inanimados__ aparece permeada por la misma esencia cósmica y luz divina. Una persona, en este estado de éxtasis, de pronto ve que todo en el universo es una manifestación y una expresión de la misma energía cósmica creadora, y que la separación y los límites son ilusorios. Las experiencias de la segunda categoría representan una percepcióndiferente de lo ya conocido que revelan una gama más amplia de dimensiones de la realidad ocultas a las percepciones humanas e inaccesibles en un estado normal de conciencia. Nos referiremos a éstas como experiencias de lo «Divino trascendente»; que iluminan la negra noche de la conciencia esbozada por la mística pluma de San Juan de la Cruz, con la experiencia del espejo del alma, el viaje de la mente a través del espíritu, la común unión de todos los seres y todas las cosas, etc. Para las personas que han comenzado a experimentar el surgimiento o emergencia del fenómeno espiritual de la trasformación humana __el sufrimiento y la angustia de la negra noche, la disolución o necrosis del ego viejo, el renacimiento o surgimiento del ego nuevo que como el ave fénix renace de sus cenizas__ la existencia de lo inmanente y trascendente divino no es una cuestión de creencias infundadas sino un hecho basado en una experiencia directa. Lo que nos interesa en este punto son las consecuencias prácticas de los encuentros personales con las realidades espirituales. Tales estados transpersonales pueden ejercer una influencia benéfica de transformación en aquellos que los experimentan. Es probable que alivien diferentes desórdenes emocionales y psicosomáticos, así como también dificultades en las relaciones interpersonales. Asimismo, son capaces de reducir las tendencias agresivas, mejorar la auto imagen, incrementar la tolerancia hacia los demás y elevar la calidad de vida.
Entre otros efectos posteriores positivos se halla una profunda sensación de conexión con la gente y la naturaleza. Estos cambios de actitud y comportamiento son consecuencias naturales de las experiencias transpersonales que se dan en medio de las crisis provocadas por el surgiendo del fenómeno espiritual de la trasformación humana; el individuo los acepta y abraza voluntariamente, sin ser forzado por mandatos, preceptos, órdenes o amenazas de castigo externas. Una espiritualidad de este tipo, basada en una revelación directa personal, es muy usual en las ordenes místicas de todas las grandes religiones que utilizan la relajación, la meditación, los mantras, la oración y otras prácticas clínicas para inducir estos estados transpersonales de la mente. Hemos visto en repetidas ocasiones cómo las experiencias espontáneas durante una emergencia espiritual tienen un potencial similar si se dan en un contexto de comprensión y apoyo.
A pesar de que existen muchas excepciones, la psiquiatría y la psicología en general no distinguen entre misticismo y psico patología. Esta miopía se ve impulsada aún más por el hecho de que, en gran parte, nuestra cultura no reconoce la importancia y el valor de lo místico en el interior del ser humano. En las presentes circunstancias, tiene mucho más sentido preguntar qué características de un estado alterado de conciencia sugieren que se pueden esperar mejores resultados con estrategias alternativas que con un tratamiento basado en el modelo médico. Una de las preguntas que se realizan con mayor frecuencia al hablar de las crisis que se presentan cuando esta ocurriendo una emergencia o surgimiento del fenómeno espiritual de la transformación humana, es: ¿Cómo hace uno para distinguir entre una emergencia del fenómeno espiritual de la transformación humana y una psicosis? Como hemos señalado, el término psicosis no está definido con exactitud y objetividad en la psiquiatría contemporánea. Hasta que esto ocurra, será imposible brindar una delimitación clara entre estas dos condiciones. El primer criterio importante es la ausencia de una enfermedad detectable con las herramientas de diagnóstico existentes. Esto elimina aquellos estados alterados en donde la causa primaria se encuentra en una infección, una intoxicación, desórdenes metabólicos, tumores, perturbaciones circulatorias o enfermedadesdegenerativas. La gente que sufre de estados paranoicos graves, alucinaciones acústicas hostiles («voces») y fantasías persecutorias, recurrentemente cae en proyecciones de este tipo, y actúa bajo su influencia. Los cambios en la conciencia de las personas que entran en la categoría de emergencia espiritual son cualitativamente diferentes de aquellos asociados a psicosis de origen patógeno, y pueden ser reconocidos con facilidad cuando se cuenta con la suficiente información y experiencia. Como lo sugiere el término emergencia del fenómeno espiritual de la trasformación humana, las características de una crisis causada por los cambios que se operan en la personalidad o forma de ser de la persona que se ve envuelta en ella, permiten intuir que el proceso de trasformación está relacionado con cuestiones espirituales críticas de la vida, y el contenido transpersonal de sus vivencias esta relacionado con el proceso de trasformación. Otra particularidad importante es la habilidad del paciente de diferenciar hasta un grado considerable entre las experiencias internas y el mundo de la realidad consensuada.
La característica más notable del surgimiento del fenómeno espiritual de trasformación, es que demarca un parte-aguas que divide la vida del sujeto en antes y después iniciar el proceso de trasformación. El individuo en medio de una profunda crisis causada por los cambios de su forma de ser, es arrastrado irremisiblemente por las fuerzas interiores de la transformación, mientras todo parece conspirar en su contra, cambiando no solo su modo de vida, su personalidad, sus prioridades y valores, sino su vida misma hasta que termina la extinción o necrosis del ego viejo, y renace un nuevo ego integralmente relacionado con su entorno y relaciones fundamentales. La interpretación errónea de esta fenomenología, es la causa por la que la mayoría de las personas que están atravesando por una emergencia del fenómeno espiritual de la transformación humana son vistos como casos patológicos de origen desconocido, a pesar de que exámenes clínicos y de laboratorio no ofrezcan evidencia alguna que apoye esta conclusión, y son tratados con métodos psiquiátricos tradicionales, como la medicación supresiva y la hospitalización en especial si sus experiencias causan una crisis en su vida y crean dificultades a sus familiares. En las crisis causadas por el proceso de emergencia de fenómeno espiritual de trasformación, tanto en las personas que lo sufren como los que lo rodean, junto con sus manifestaciones más dramáticas, el enfoque freudiano se limita a descubrir las experiencias penosas prenatales, de la lactancia, la niñez y el pasado resiente que han sido olvidadas, pero que son causa probable de traumas actuales en los individuos conflictuados, sin distinguir ni darse cuenta que las emergencias espirituales son parte de un proceso natural y curativo que favorece eldesarrollo espiritual de las personas que los experimentan, y que las crisis son causadas por el cambio radical de personalidad del paciente y no por traumas olvidados. Los elementos espirituales inherentes a una transformación personal parecen extraños y amenazadores para los que no están familiarizados con ellos. Por ello podemos criticar al psicoanálisisde miope y excluyente de las verdaderas causas de la sintomatología de la transformación de los individuos, de que consume una enorme cantidad de tiempo y de que es poco eficaz. Ya que un sujeto elegible debe llenar ciertos requisitos según un criterio especial, y muchos pacientes psiquiátricos son automáticamente excluidos como candidatos potenciales. El uso sistemático del mecanismo de la proyección —rechazar las experiencias internas como naturales y atribuirlas a traumas o influencias provenientes de otras personas y circunstancias externas— es un grave obstáculo para interpretar correctamente la fenomenología de la transformación aquí descrita. El sacrificio de tiempo, energía y dinero es inmenso en comparación con los resultados; ya que aquellos que son seleccionados como sujetos apropiados tienen que comprometerse a tres años de sesiones terapéuticas de 50 minutos, de tres a cinco veces por semana, y no hay garantía de curación, ni garantía de que la curación se puede alcanzar con las nuevas estrategias. Es difícil comprender por que un sistemaconceptual que parece tener todas las respuestas teóricas no brindaba resultados más espectaculares al ser aplicado en problemas clínicos reales; por esto es extremadamente importante dar un tratamiento distinto al que el actual modelo médico prescribe para inhibir las emergencias espirituales, aclarando el concepto de emergencia espiritual y desarrollado acercamientos eficaces y englobadores en su tratamiento, así como sistemas de apoyo adecuados para cuando se presentan fenomenologías altamente conflictivas.
Si examinamos las vivencias que se dan en los estados alterados provocados por la emergencia del fenómeno espiritual de la trasformación humana, la aparición de los síntomas parecería ser el comienzo de una enfermedad, y su intensidad indicaría la seriedad de la situación; pero aun en el contexto del modelo médico, una estrategia que se limite a suprimir los síntomas no sería considerada satisfactoria, si una alternativa más específica y eficaz, fuera conocida y estuviera disponible. Lo importante es, entender y aceptar la verdadera naturaleza de la psique y descubrir cómo cooperar mejor con ella, no bloquearla; ya que la función de la terapia consiste suprimir las causas que activaron la crisis, no en apagar la alarma de la sintomatología sin suprimir las causas que activaron la crisis. Esta interpretación se ve impulsada aún más por el hecho de que, en gran parte, nuestra cultura no reconoce la importancia y el valor de lo místico en el interior del ser humano. Aun si se descubrieran cambios biológicos relevantes, éstos solamente explicarían porqué diversos elementos salen a la superficie en un momento dado desde el inconsciente, pero no explicarían los contenidos en sí mismos. Además, encontrar un factor desencadenante específico de estos episodios no excluye necesariamente la posibilidad de que el proceso sea curativo. Muchos estados alterados que las principales corrientes de la psiquiatría consideran extraños e incomprensibles son manifestaciones naturales del funcionamiento profundo de la psique humana. Su aparición en lo consciente, tradicionalmente considerada como síntoma de la enfermedad mental, es en realidad un esfuerzo radical del organismo para liberarse de los efectos de distintos traumas, simplificar su funcionamiento y curarse a sí mismo. La primera aparición de los síntomas es el comienzo del proceso curativo, y su intensidad indica la rapidez de la transformación. El denominador común en todas las crisis de transformación es la manifestación de diversos aspectos de la psique que antes eran inconscientes. Sin embargo, en cada emergencia individual hay un surgimiento único de contenidos del inconsciente. Algunos de ellos son biográficos, otros perinatales y otros aun transpersonales. No existen fronteras dentro de la psique, ya que todos sus contenidos forman un continuum con varios niveles y muchas dimensiones. Por lo tanto, uno no debe dar por sentado que las emergencias espirituales vienen en tipos o formas con fronteras bien delimitadas como para distinguirlas claramente. No obstante, es posible y útil definir ciertos tipos de emergencia espiritual característicos que las diferencian.
8,6: La fenomenología espiritual, la auscultación profunda y la inducción clínica de los estados alterados de la mente
Aristóteles al abordar el problema de truncada enmarcó científicamente el fenómeno de la trasformación humana expuesto en la mitología de Proteo, sentando las bases de la psicología, la psicoterapia, el desarrollo humano, y empatando, <> <>. Porque la trascendencia humana deviene del hecho que el hombre no es simplemente un ser que decide, sino que en cada caso, él hombre decide lo que es; ya que aunque somos en el mundo de las cosas, es evidente que: «buscamos una existencia iluminada, autentica que gire básicamente sobre nuestra decisión de ser libres para ser nosotros mismos»; lo cual es la meta de Buda y Cristo __o «acostumbrados a lo mundano decidimos ser cosa, buscando el valor de las cosas que den valor a nuestro ser en el mundo de las cosas». Es obvio que la diferencia característica entre el humano, la bestia y la cosa, es cuestión de flexibilidad, rigidez y sensibilidad anímica. El humano como la veleta opone la menor resistencia a cambio, por ello es flexible y siempre esta dispuesto a cambiar. La cosa es rígida como las piedras, y por ello no cambia, aficionándose a los pasatiempos enajenantes o recurriendo a drogas, los tranquilizantes y somníferos. La bestia es adicta a los estimulantes y la violencia extrema, siente placer ante su poderío y el terror de sus victimas (vg.: inclinación de Israel por aterrorizar a sus victimas), por ello es insensible al dolor y sufrimiento ajeno; en contraste con la sensibilidad de los humanos que a medida que crece en sutilidad, crece en armonía y espiritualidad.
Porque el Ser en si, no es una cosa acabada, estática, determinada o forjada de antemano, sino que es un modelo dinámico, que cambia cada instante con el devenir, porque se esta haciendo, amoldándose a cada situación. El modo de reaccionar y enfrentar las situaciones difíciles que se dan en el devenir, anteponiendo el cumplimiento o incumplimiento del deber para si mismo y para con los demás, y el ejercicio de la libre responsabilidad, es lo que humaniza o deshumaniza al hombre. En la bestialidad no hay futuro humano, pues no solo petrifica conciencias sino que entroniza el caos generalizado paralizando las instituciones del Estado y las organizaciones sociales, a causa del: crimen, demencia, depredación, desenfreno, insensatez, paranoia, sometimiento, que sufren las masas. En esta situación la posibilidad de un futuro humano comienza a emerger, cuando el ser impropio (Ser para si) en su agonía (disolución del egoísmo o Ser para si), sacando fuerzas de la flaqueza busca una salida (Katharsis: catarsis: liberación terapéutica de los obstáculos y heridas psicológicas que causan angustia existencial), impulsado por la dignidad del (Ser en si), que lo lleva a poner remedio al caos o disfunción generada por su impropio proceder. El sincero reconocimiento de su culpa y arrepentimiento, activa un mecanismo de salvación (llamado renacimiento por los místicos) que arranca cuando la actitud y el comportamiento del ser propio (Ser con los demás), comienza a emerger, induciendo al (Ser en si) a relevar en la batalla al (Ser para si), para poder trascender la adversidad y el sufrimiento, encontrando dentro de su propia estructura interna, la fuerza necesaria para vivir; ya que el futuro es el punto en el horizonte lejano, que le da forma al presente, por que el presente se derrumba cuando pierde su perspectiva futura; entonces los pensamientos giran obsesivamente sobre el pasado. Y la evocación de los pormenores de lo vivido, emergen en medio de sombras, transfigurados en aterradoras visiones que reviven profundas heridas que no han cicatrizado, y al sangrar nos hacen sufrir terriblemente. Es en la agonía del Ser en el mundo, cuando el Ser impropio debe morir o renacer de sus cenizas y trascender el sufrimiento, siendo uno con los demás, comportamiento propio del Ser en si__ La diferencia se encuentra en los valores del doliente, que lo llevan a buscar, no su fin, sino la finalidad de su vida; porque en el momento en que al hombre no le es posible visualizar la finalidad de su vida, tampoco puede trazarse ninguna meta, ni proponerse ninguna misión, ni sostener la estabilidad de propia estructura mental, derrumbándose moralmente; lo cual, permite al análisis existencial aportar al paciente los siguientes elementos de convicción para dar respuesta positiva a la angustia existencial:
Mediante la comprensión, la fe y la sabiduría se puede superar el dolor. La terapia del dolor comprende tanto acontecimientos psíquicos como ideas espirituales. Quienes son enterados de su muerte eminente o la muerte eminente de un ser querido, suelen pasar por un proceso de duelo que se inicia con el desconsuelo llorando su propia muerte o la de un ser querido mucho antes de que ocurra, experimentando sentimientos de enojo, desesperación, frustración e impotencia. El pesar puede convertirse con facilidad en depresión aguda. El moribundo o sus allegados se sienten irremediablemente abatidos, desesperanzados e indefensos. El dolor psicológico se hace agudo e insoportable. Se pierden el sueño, la capacidad de concentración, el apetito y los niveles de energía. Quienes han sufrido perdidas de seres queridos y/o tenido experiencias de cuasi-muerte, regresiones a vidas pasadas, experiencia del bardo o vida entre vidas, viaje astral, contacto con personas muertas y otros psiquismos, generalmente no sienten una profunda pena por que intuyen que hay vida después de esta vida. En general, sacerdotes, médicos y terapeutas saben muy poco acerca del dolor, el sufrimiento, el duelo y la muerte; por lo general sus conocimientos se limitan a mitigar el dolor físico y para mitigar el trauma mental se limitan a describir las etapas de la muerte sin explican que ocurre en los que pasan de la agonía a la muerte y más allá. Latanatología además de estudiar los efectos que produce la muerte en los cuerpos sin vida se interesa por aliviar el duelo utilizando la ciencia complementándolos con los datos que la religión ha aportado tanto en oriente como en occidente, (vg. El «Bardo Thodol Chenmo» o Libro Tibetano de los muertos: Papiros de Ani, de Hunefer y de Anhai o El Libro Egipcio de los muertos).
La soledad es otro componente intrínseco de una emergencia espiritual. Puede ir desde una vaga percepción de la lejanía de otras personas y del mundo, hasta un sumirse profundamente en la alienación existencial. Algunas de las sensaciones de aislamiento interno pueden relacionarse con el hecho de que la gente que enfrenta estados inusuales de conciencia en una emergencia espiritual, no ha escuchado a nadie describir algo así y lo siente distinto de las experiencias cotidianas de su familia y sus amigos. No obstante, la soledad existencial parece tener poco que ver con las influencias personales o externas. Muchas personas en un proceso de transformación se sienten aisladas de los demás por la naturaleza de las experiencias que tienen. Al volverse más activo el mundo interior, es probable que uno sienta la necesidad de retirarse temporalmente de las actividades cotidianas y sumirse en los intensos sentimientos, pensamientos y procesos internos. Es factible que las relaciones con los demás pierdan importancia y que la persona se sienta desconectada de la sensación conocida de quién es. Cuando esto ocurre, uno siente una envolvente sensación de separación de sí mismo, de otra gente y del mundo que lo rodea. Para quienes están en este estado, hasta el calor humano familiar y la reafirmación están fuera de su alcance. Hemos escuchado a muchas personas en una emergencia espiritual decir: «Nunca nadie ha vivido algo así. ¡Soy la única persona que ha sentido esto!». No sólo sienten que su proceso es único, sino que además están convencidos de que nadie jamás ha sentido lo que ellos sienten. Quizás porque se sienten tan especiales también creen que sólo el terapeuta o el maestro en quien confían es el único capaz de comprenderlos y ayudarlos. La fuerza de sus emociones y sus percepciones desconocidas los llevan tan lejos de su existencia previa que con facilidad dan por sentado que son anormales. Sienten que algo anda muy mal en ellos y que nadie los comprenderá. Si sus terapeutas también están perplejos, su sensación de intenso aislamiento aumentará. Aun cuando la gente en esta etapa conozca los distintos mapas teóricos y los sistemas espirituales que describen estados como éstos, encontrarán que es muy distinto estudiar una situación así a estar en medio de ella. Durante una crisis existencial, uno se siente desconectado de su ser más íntimo, del Poder Superior o de Dios, lo que sea de lo que uno de penda para proveerlo de fuerza e inspiración más allá de los recursos personales. El resultado es un tipo de soledad devastador, una alienación completa y total que permea todo el ser.
En esos momentos de agonía y soledad, en un intento de explicar hasta dónde llega este monumental sentimiento recordamos el reclamo de Cristo en la cruz: «PADRE MIO, PORQUE ME HAS ABANDONADO»; lo cual nos hace estremecer al reflexionar ¡Si Cristo siendo perfecto, no fue escuchado, que esperamos nosotros siendo pecadores!. No pueden encontrar ninguna conexión con lo Divino; por el contrario, soportan una constante y dolo rosa sensación de abandono divino. Aun cuando uno esté rodeado de amor y de apoyo, puede sentir una profunda y amarga soledad. Cuando una persona desciende al abismo de la alienación existencial, ninguna medida de calor humano podrá cambiar lo que siente. Los que enfrentan esta crisis existencial no sólo se sienten aislados, si no también impotentes ante la furia de la tormenta desatada por las fuerzas interiores. En esos momentos todo conspira en contra de ellos mientras el Todo permanece impasible. Ante los ojos del mundo somos sospechosos de todo y el universo mismo se pone a la expectativa y cualquier actividad humana resulta trivial, pues todo parece absurdo y sin sentido. Es probable que en medio de la tormenta existencial se desesperen renieguen de su suerte y hasta de Dios mismo, al no percibir ninguna salida de su crisis. Con frecuencia perciben que ni el suicidio es una solución, ya que sacando fuerzas de su ira se sobreponen al dolor con la esperanza de que algún día volverán los buenos tiempos. No es raro que la gente en un proceso de transformación cambie su apariencia y se aísle. Una comunidad espiritual abierta tolerará e incluso impulsará este tipo de comportamiento. Sin embargo, quien decide súbita mente adoptar expresiones tan obvias sin contar con apoyo externo se sentirá aún más aislado. Sin embargo, para mucha gente la transformación espiritual se da sin estas exteriorizaciones alienantes. En otros casos, pueden ocurrir cambios de conducta más obvios. Para algunos estas nuevas formas de comportarse son estadios transitorios en su desarrollo espiritual, mientras que para otros se convierten en un aspecto permanente de su nuevo estilo de vida.
Entre los componentes más problemáticos y alarmantes con los que se enfrentan quienes viven una emergencia del fenómeno espiritual de una trasformación, se encuentran el miedo, la soledad, las experiencias aterradoras y la preocupación por la muerte. Aunque estos procesos son una parte intrínseca y eje del proceso curativo, pueden volverse atemorizantes y abrumadores, en particular si no se cuenta con el apoyo de un médico de almas. Al abrirse las puertas del inconsciente, una amplia gama de emociones y recuerdos reprimidos puede pasar a la percepción consciente. Elementos de miedo, soledad, locura y muerte aparecerán a veces al mismo tiempo cuando uno enfrenta recuerdos específicos o experiencias de los dominios personales o transpersonales. La noche oscura del alma descrita por S. Juan de la Cruz: «La sombra de la muerte y los dolores y tormentos del infierno se sienten intensísimamente, y esto proviene de la sensación de haber sido abandonado por Dios… una aprensión terrible sobreviene (al alma) de que así estará por siempre… Se ve a sí misma entre males opuestos, imperfecciones miserables, la sequedad y el vacío de la comprensión, y el abandono del espíritu en la oscuridad». La descripción neutra de esta fenomenología enmarcada en el misticismo como la primera jornada del alma que atraviesa por una emergencia espiritual, es un elemento indiscutible de juicio que nos permite darnos cuenta que no es de origen patógeno por lo que hay que inhibirla o suprimirla sino una fenomenología de un proceso natural de desarrollo espiritual que es preciso completar soportando la disolución o necrosis del ego (muerte mística) para alcanzar la iluminación personal que nos permite renacer a otra forma más perfecta de ser al mostrarnos el siguiente paso en nuestro camino hacia la trascendencia humana. Esta iluminación es parte de una fenomenología genérica que es personal en razón de las particulares y circunstancias por las que atraviesa cada individuo en el momento en que se inicia la transformación como un poderoso impulso involuntario del interior. Este fenómeno conflictua profundamente al hombre cuando crece ajeno o ignorante de su naturaleza interna y al darse inesperadamente como sucede con los accidentes que ponen en peligro nuestra vida familiar, laboral y socialmente, nos hace sufrir intensamente. Los lazos familiares y afectivos se van debilitando al tiempo que somos despojados legal o ilegalmente de nuestras propiedades, posesiones y derechos por familiares, socios, colegas, amigos y extraños, y si tenemos suerte nos aferramos al amor sincero de nuestros hijos y sobre vivimos en la austeridad. Hay otros que antes de que todo se derrumbe, abandonan sus familias y solitarios sobreviven como vagabundos en las calles; así perdemos nuestra autoestima, fe y esperanza en Dios y la humanidad. Incomprendidos y difamados, profundamente conflictuados, dolidos imploramos la justicia, misericordia y providencia divina, sin ser escuchados.
La noche oscura del alma es la primera jornada del proceso espiritual de transformación, y durante su recorrido hay incidentes que conducen a ciertos estados característicos. Es muy importante para los que sufren esta crisis contar con la descripción fenomenológica de esta jornada y la secuencia de sus episodios característicos. A pesar de que hay muchas excepciones, la mayoría de la gente debe internarse en las zonas oscuras y atravesarlas antes de llegar a un estado de liberación, luz y serenidad. Teniendo esto en cuenta, surgen las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los oscuros territorios internos que una persona puede tener que atravesar? ¿Cómo se sienten? ¿Qué tipo de conflictos se puede esperar que surjan? Para alguien en una emergencia espiritual, ya sea suave o más dramática, la tarea de vivir su día o funcionar de una manera conocida puede convertirse en un desafío. Las actividades normales y aparentemente simples que forman parte de la vida cotidiana quizás se vean de golpe como problemáticas, o parezcan desafíos insuperables o insoportables. Con frecuencia, las personas en crisis viven experiencias internas tan dramáticas e impactantes que tienen dificultad para separar este vivido mundo interior de lo que ocurre en el mundo exterior. Puede que se sientan frustradas al encontrar que su nivel de atención es difícil de mantener, y es también posible que los cambios tan rápidos y frecuentes de su mente les causen pánico. Incapaces de funcionar normalmente, es probable que se sientan impotentes, ineficaces y culpables. Entre los componentes más problemáticos y alarmantes con los que se enfrentan quienes viven la crisis de una trasformación, se encuentran el miedo, la soledad, las experiencias aterradoras y la preocupación por la muerte. Aunque estos procesos son una parte intrínseca y eje del proceso curativo, pueden volverse atemorizantes y abrumadores, en particular si no se cuenta con apoyo de un médico de almas. El denominador común en todas las crisis de transformación es la manifestación de diversos aspectos de la psique que antes eran inconscientes. Sin embargo, en cada emergencia individual hay un surgimiento único de contenidos del inconsciente. Algunos de ellos son biográficos, otros perinatales y otros aun transpersonales. No existen fronteras dentro de la psique, ya que todos sus contenidos forman un continuum con varios niveles y muchas dimensiones. Por lo tanto, uno no debe dar por sentado que las emergencias espirituales vienen en tipos o formas con fronteras bien delimitadas como para distinguirlas claramente. No obstante, es posible y útil definir ciertos tipos de emergencia espiritual característicos que las diferencian. Al abrirse las puertas del inconsciente, una amplia gama de emociones y recuerdos reprimidos puede pasar a la percepción consciente. Elementos de miedo, soledad, locura y muerte aparecerán a veces al mismo tiempo cuando uno enfrenta recuerdos específicos o experiencias de los dominios personales o transpersonales. Muchos recuerdos nos hacen sentir miedo. Puede ser que una persona reviva en enfermedades graves o accidentes en los que corrió el riesgo de perder la vida, así como otros acontecimientos perturbadores de la infancia. También es posible que revivan las experiencias traumáticas del nacimiento biológico, con sus con su correspondiente sensación de ahogo y de amenaza a la propia vida, más si como feto el paciente vivió la inminencia de un aborto, natural o provocado, es probable que haya atravesado una crisis de supervivencia. Al revivir estos acontecimientos, no es raro que estas personas se sientan impotentes y en peligro, si creen que están perdiendo el contacto con la realidad.
Estas vivencias también llevan a que las personas se conecten con la experiencia de la muerte. Los recuerdos relacionados con la muerte surgen de las circunstancias que rodean al nacimiento. El encuentro con la muerte puede darse de muchas maneras en el nivel transpersonal. En lo que parece un recuerdo de una vida anterior, tal vez se reviva el haber sido muerto como un soldado, un mártir, o una madre en tiempos de guerra. Puede ser que el paciente experimente miedo, soledad, locura o muerte durante las secuencias transpersonales originadas en los dominios colectivos o universales. Enfrentarse con la cuestión de la muerte es una parte crucial del proceso de transformación y un componente que integra la mayoría de las emergencias espirituales. Suele formar parte de un poderoso ciclo de muerte y renacimiento en el que lo que en realidad muere es la vieja forma de ser que inhibe el crecimiento de la persona. Desde este punto de vista, todos morirnos de alguna manera muchas veces en el transcurso de una vida. En muchas tradiciones, la noción de «muerte antes de la muerte o muerte mística» es esencial para avanzar espiritualmente. Llegar a un consenso con la muerte como parte de la continuidad de la vida es considerado como algo que libera enormemente, ya que nos libera del temor a la muerte y nos abre a experimentar la inmortalidad. La mayoría de nosotros tiene asociaciones negativas en torno de la muerte; creemos que es el fin de todo, la desposesión última, la retribución final. Se ve a la muerte como lo desconocido, lo temible, y cuando aparece como parte de las experiencias internas uno se llena de terror. El encuentro con la muerte puede manifestarse de diferentes maneras. Una de ellas es enfrentarse con la propia mortalidad.
Quien ha evadido el tema de la muerte probablemente hallará difícil manejar una experiencia profunda que le muestre que su vida es transitoria y que la muerte es segura. Mucha gente retiene inconscientemente la idea infantil de que es inmortal y, al enfrentar las tragedias que nos presenta la vida, las ignora con la afirmación típica: «Eso les pasa a los otros. Nunca me pasará a mí». Cuando una emergencia espiritual trae a personas así a la comprensión esencial de su propia mortalidad, crea en ellas una gran resistencia. Harán lo imposible para evitar el tema, y quizás hasta traten de detener todo el proceso sobrecargándose de trabajo, charlando excesivamente, estableciendo relaciones cortas o tomando drogas depresivas o alcohol. Es probable que en las conversaciones procuren no hablar sobre la muerte, o se rían del tema y vuelvan en seguida a temas más seguros. En cambio, otros tendrán una mayor conciencia del proceso de envejecimiento, tanto del propio como del de los seres queridos. Hay quienes llegan a inesperadas conclusiones, como la descripción que el Swami Muktananda hace sobre su propio encuentro con la muerte en Play of Consciousness no sólo describe vívidamente su experiencia de la muerte sino también su paso a un renacimiento: Le tenía terror a la muerte. Mi prana (aliento, fuerza vital) cesó. Mi mente ya no funcionaba. Sentí que mi prana estaba saliendo de mi cuerpo… Perdí todo control sobre él. Como un hombre que va a morir, cuya boca se abre y extiende sus brazos, emití un extraño sonido y caí al piso… Perdí la conciencia por completo. Me levanté después de una hora y media y me pareció gracioso. Me dije, «Morí hace un rato, pero ahora ¡estoy vivo otra vez!». Al poner me de pie, sentí una profunda calma, amor y alegría. Me di cuenta de que había experimentado la muerte… Ahora que sabía lo que significaba morir, la muerte dejó de producirme terror. Y ya no tuve ningún miedo.
La experiencia de la muerte mística, señala la necrosis del ego viejo o proceso semejante al cambio de piel, necesario para renacer y poder pasar de una forma relativamente limitada de ser a una condición nueva de expansión durante el proceso de transformación. Este ciclo de muerte y renacimiento místico, no significa el fin del ego, que es necesario para manejarse en la realidad cotidiana __sino la muerte de las viejas estructuras egoístas de la personalidad y la cesación de los automatismos, condicionamientos impulsos inconscientes causados por los traumas mediante la curación de las heridas internas__ lo que es vital para el advenimiento de una existencia más feliz y más libre. Ananda K. Coomaraswamy escribe: «Ninguna criatura puede acceder a un nivel más alto de naturaleza si no cesa de existir». La extinción o necrosis del ego tal vez se dé gradualmente a lo largo de un extenso período de tiempo, o tal vez ocurra de golpe, con una gran fuerza. A pesar de que la disolución del ego es uno de los acontecimientos más benéficos y curativos en la evolución espiritual, puede parecer desastroso y doloroso. En este estadío, el proceso de la muerte del ego, parecerá muy real, como si no fuera ya una experiencia simbólica sino un desastre biológico. Con frecuencia, uno no es capaz de ver lo que le espera después de la destrucción total del ego viejo: un sentido del ser más amplio, más envolvente. Experimentamos vivencias en las que irremisiblemente somos desmembrados y mutilados parte por parte. Estas líneas de la poesía Fénix, de D. H. Lawrence, reflejan este pro ceso devastador pero transformador a la vez. ¿Estás dispuesto a ser lavado, borrado, cancelado, hasta la nada? ¿Estás dispuesto a ser hecho nada? ¿A sumergirte en el olvido? Si no, jamás cambiarás realmente.
Este tipo de comprensión súbita puede ser devastadora para la gente que no quiere o no puede enfrentar su miedo a la muerte; pero es liberadora para quienes están dispuestos a aceptar la verdad de su propia mortalidad, ya que la total aceptación de la muerte es capaz de hacernos libres de disfrutar cada momento corno viene. Otra experiencia común es la muerte de las formas restringidas de pensar o de ser. En la medida en que una persona crece, tal vez halle necesario dejar las limitaciones que le impedían desarrollarse. A veces esto ocurre despacio y casi a voluntad, a través de una forma muy regulada de terapia o Práctica espiritual que requiere que uno conscientemente suelte las viejas limitaciones; también puede darse automáticamente como parte del desarrollo. No obstante, para muchas personas que experimentan una emergencia espiritual, éste es un proceso rápido e inesperado. Repentinamente, sienten como si el confort y la seguridad les fueran arrancados y ellos arrojados en una dirección desconocida. Las formas de ser comunes ya no sirven, pero aún no han sido reemplazadas por otras nuevas. Una persona en medio de este cambio no es capaz de aferrarse a algún punto de referencia reconocible y teme que ya no le sea posible volver a las anteriores conductas, destrezas e intereses. Puede que sienta que todo lo que alguna vez le importó está muriendo, y es más que probable que la embargue una enorme tristeza por la muerte del viejo ser.
El estado de desapego con respecto a roles, relaciones, el mundo y uno mismo es otra forma de muerte simbólica. Es muy conocida en muchas disciplinas espirituales como la primera meta en un desarrollo interno El desapego es algo necesario en la vida, que se da naturalmente en el momento de morir, instante en que cada ser humano comprende plena mente que no podemos llevar nuestros bienes materiales, roles terrenos ni relaciones al más allá. La práctica de la meditación y otras formas de auto exploración permiten que los que las practican se enfrenten con esta experiencia antes de la muerte física, para liberarlos y poder disfrutar en plenitud lo que tienen en vida. San Juan de la Cruz escribió:»Para poseer lo que no posees. Debes recorrer el camino de la entrega», «Para llegar a lo que no eres. Debes recorrer el camino del no- ser». El apego, o el aterrarse al mundo material, es considerado por el budismo como la raíz de todo sufrimiento, y desprenderse de él es la clave de la liberación espiritual. Esta idea también aparece en otras tradiciones, y la menciona Patanjali en los Yogas Sutra: «Por la ausencia de toda auto indulgencia en este punto, cuando las semillas de las ataduras al dolor son destruidas, se llega al ser puro». El desapego más o menos violento se da durante el surgimiento del fenómeno espiritual de la trasformación humana, y tal vez su aparición resulte un tanto confusa y perturbadora. Cuando en una persona emerge el fenómeno espiritual de la transformación, su relación con sus seres queridos, actividades y roles en la vida comienzan a cambiar. Un hombre que da por sentado que su familia le pertenece descubrirá que el apego a su mujer y sus hijos sólo le trae un gran dolor. Hasta quizás llegue a sentir que lo único que es constante en la vida es el cambio y que con el tiempo perderá todo lo que cree poseer. Darse cuenta de estas cosas llevará a comprender que la muerte es la gran igualadora y que, aunque uno niegue esta realidad en su vida, no dejará de cobrar lo que le toca. Durante la transición hacia esta experiencia, las personas deben atravesar el doloroso proceso de desprenderse de las preocupaciones mundanales que las mantienen atadas y perpetúan su sufrimiento. El proceso del desapego es en sí mismo una forma de muerte, la muerte del apego. En algunas personas el impulso hacia el desapego es tan fuerte que, literalmente, temen estar preparándose para la muerte física inminente. Quienes atraviesan esta etapa del desapego suelen tener la necesidad de alejarse de las relaciones importantes de su vida cotidiana, y confunden su nueva necesidad de desapego interno con la frialdad exterior. Tal vez tengan una insistente urgencia de liberarse de las condiciones que los limitan, y si no comprenden que el proceso del desapego puede ser completado internamente, querrán llevarlo a cabo también en la totalidad de sus manifestaciones hacia el mundo externo.
Cuando una persona está inmersa en el proceso de la extinción del ego o necrosis del ego, a menudo se siente arrasada y devastada, como si todo lo que es o alguna vez fue, se derrumbara sin ninguna esperanza de renovación. Como la identidad de una persona así parece estar desintegrándose, ya no está segura de cuál es su lugar en el mundo, ni de la validez de su paternidad, de su empleo, o de su humanidad. Exteriormente, los viejos intereses ya no importan, cambian los sistemas éticos y los amigos, y se pierde confianza en la capacidad para funcionar en el mundo de todos los días, social ni profesionalmente, pues pierde uno la autoestima y la confianza en si mismo. Por dentro, se puede llegar a experimentar una pérdida gradual de la identidad: se siente que inesperadamente el ser físico, emocional y espiritual está siendo destruido con fuerza inusitada. Hasta se sentirá que se muere realmente, y de golpe uno se verá obligado a enfrentar temores más profundos. La gente en esta situación experimenta la sensación interna que algo en ellos debe morir. Si la aprensión interior es lo suficientemente fuerte y no se comprende el proceso y utilidad de la necrosis del ego, se pueden malinterpretar estos sentimientos y, de hecho, adoptar conductas autodestructivas. O tal vez se hable incesantemente de cometer el suicidio, preocupando en extremo a los que se tiene alrededor. Con una terapia, una práctica espiritual y otras formas de autoexploración, es posible completar esta experiencia simbólica de morir internamente sin llevarse al cuerpo consigo. Uno puede morir por dentro y permanecer activo y saludable.
Enfrentarse con la propia mortalidad y con la muerte o disolución del ego se da en un nivel individual y personal. No obstante, a veces la misma sensación de aniquilación inminente se extiende a lo transpersonal. Uno de los encuentros más envolventes con la muerte es el experimentar la destrucción del mundo o del universo: uno es capaz de vivir experiencias de la destrucción de toda forma viviente sobre la tierra, o la del planeta mismo. Se confundirá este acontecimiento interior con la realidad exterior, y es factible que se llegue a temer que la existencia del mundo esté en peligro. Lo que es más, esta misma experiencia puede llegar a incluir la destrucción de todo el sistema solar, o de todo el cosmos. Se tendrán, entonces, visiones de estrellas en explosión, y se dará la identificación física con toda la materia que se disuelve en un agujero negro. Es muy común sentirse impotente, que los esfuerzos para contrarrestar este enorme desastre son fútiles En los últimos tiempos, convivimos con la realidad de que nuestro planeta está amenazado por la destrucción nuclear, y es lógico que se sienta un gran temor por esta situación. Sin embargo, una persona en una emergencia espiritual puede llegar a vivir una experiencia interna muy vívida de la catástrofe nuclear, y el miedo que surge en este momento parecerá algo más que un temor personal. Si uno se enfrenta con un acontecimiento interno tan apocalíptico vg. San Juan: El Apocalipsis, es común que a esto le siga una secuencia de reestructuración planetaria o universal. Se entra en un mundo nuevo, reintegrado y radiante, y el cosmos ha retornado a un orden amoroso y benévolo.
El miedo a lo desconocido, hasta cierto punto, es común a muchos seres humanos. Algún tipo de miedo siempre acompaña a una emergencia espiritual, ya sea sólo la preocupación por los sucesos de todos los días o un terror enorme que flota libremente sin estar atado a ninguno de los aspectos normales de la existencia. Es común sentir algún grado de ansiedad en una situación así: no sólo se desmorona el sistema conocido de creencias sino que, además, se está especialmente sensible. El cuerpo parece deshacerse con molestias físicas desconocidas y dolores perturbadores. Gran parte de los miedos parecen completamente ilógicos, como si poco tuvieran que ver con la persona en cuestión. A veces, quien sufre una crisis puede manejar con relativa facilidad sus diversos temores, pero en otras ocasiones el miedo se convierte en un pánico totalmente incontrolable. En todo ser humano existen diferentes tipos de miedo, desde lo obvio, como el terror a la muerte y al daño físico, hasta lo sutil, que se siente al pedirle alguien que nos ayude cuando se ha perdido la confianza en los demás. A pesar de sus temores, la gente es capaz de funcionar bien en la vida de todos los días sin que éstos la desborden. Durante muchas emergencias espirituales, sin embargo, los temores cotidianos se intensifican y concentran, y suelen volverse incontrolables. Quizás se conviertan en una ansiedad que lo permea todo o se cristalicen en diferentes tipos de temor. Cuando nuestras vidas toman un rumbo incierto, a menudo respondemos de forma automática desarrollando una aprensión y luego una resistencia. Puede que algunos se lancen a lo desconocido sin problemas, con lo que parece ser un coraje envidiable; pero la mayoría, si es que llega a explorar territorios desconocidos, lo hace en contra de su voluntad, o con prudencia en el mejor de los casos. Para aquellos que están en una emergencia espiritual, el miedo a lo desconocido puede aumentar enormemente. Sus estados internos cambian a tal velocidad que empiezan a temer qué es lo que vendrá después. Están siendo constantemente introducidos en reinos internos insondables, nuevas percepciones y posibilidades inimaginables. Un hombre que viva súbitamente una compleja secuencia visual y emocional que parezca provenir de otro tiempo y lugar empezará a pensar en la reencarnación, una idea totalmente extraña para él hasta ese momento. Es muy normal que este tipo de acontecimientos abruptos resulten muy atemorizantes para quienes no están preparados. Tales personas no saben adónde terminarán, o cómo se sentirán, y tantos cambios bruscos los llevan a temer por la pérdida del control sobre su vida. Quizás hasta añoren su antigua y segura forma de ser, por su tranquilidad y menor exigencia, aunque hayan sido infelices.
Cuando una persona desarrolla una enfermedad terminal, su vida torna una dirección muy distinta de lo planeado. Su sueño se ha hecho pedazos, y el estrés emocional es capaz de iniciar en él un proceso de transformación. Con mucho dolor, se dará cuenta de que no tiene control sobre la vida y la muerte, que está sujeto a fuerzas que están más allá de su control. Las personas que han trabajado muchos años para llevar una vida familiar exitosa; tiene una idea muy clara de su futuro y se siente a cargo de su existencia, se pasan años creyendo que su mundo está en orden y que tienen una completa autoridad sobre su vida. Algunos, ante el infortunio, al descubrir que no están enteramente a cargo de su trayectoria de vida, se asustan mucho si están muy identificados con estar a cargo de todo. Probablemente se pregunten: «Si yo no tengo el control, ¿quién lo tiene? Y ¿Es él o ello digno de confianza? ¿Puede abandonarme a una fuerza desconocida y estar seguro de que se me cuidará?». Al enfrentarse con el miedo a perder el control, la mente y el ego se vuelven muy ingeniosos en sus esfuerzos por seguir a cargo de todo; la gente en una situación así tiende a crear un complicado sistema de negación, diciéndose que está muy bien como está y que no necesita un cambio, o que los cambios que siente son ilusorios. Es factible que se intelectualicen los estados de conciencia y se creen elaboradas teorías para explicados de alguna manera. O quizás simplemente se traten de evitar. A veces la ansiedad misma se convierte en una defensa; quedarse pensando en el propio miedo puede evitarnos crecer muy rápido.
Otra forma de perder el control en las crisis que se dan en una transformación, es cuando por momentos se llega a perder completamente el control sobre el propio comportamiento causa de episodios desbordantes. Tal vez se tengan explosiones de rabia y de llanto, se sacuda uno violentamente o grite en una forma en que jamás lo hizo. Esta liberación emotiva no inhibida puede resultar inmensamente liberadora, pero antes provocar en uno un miedo tremendo y una gran resistencia a la fuerza de estos sentimientos. Después de este tipo de explosiones, es normal sentir miedo o vergüenza al darse cuenta de la fuerza de la exteriorización. En algunos casos de emergencia espiritual, las sensaciones físicas o reacciones pueden ser acompañadas por extrañas y potentes explosiones de energía, tales como descargas eléctricas pulsantes, temblores incontrolables o la sensación de que una fuerza desconocida recorre el organismo. Tal vez aumenten las pulsaciones y se eleve la temperatura corporal. ¿Por qué ocurre esto? Estas manifestaciones a menudo acompañan fisiológicamente a los cambios de conciencia; también pueden ser características específicas de una cierta forma de emergencia espiritual como el despertar de Kundalini (Dr. Lee Sandella: The Kundalini Experience: Psychosis or Trascendence). La conciencia espiritual de un ser humano no ha despertado a menos que surja Kundalini. Se hallan descripciones de esta variante de emergencia espiritual en la antigua literatura de la India; sus manifestaciones se atribuyen a la activación o al despertar de una forma sutil de energía llamada «el poder de la serpiente», o Kundalini.
De acuerdo a los yoguis, es la energía que crea y sustenta al cosmos. En el cuerpo humano, reside en forma latente en la base de la espina dorsal. Tiene el potencial para purificar y curar a la mente y al cuerpo mediante la apertura espiritual y así elevarnos a un nivel más alto de conciencia. La Kundalini durmiente es tradicionalmente representada como una serpiente enroscada tres veces y media alrededor del lingam, el símbolo fálico del poder masculino regenerador. Entre las situaciones que pueden producir el despertar de Kundalini se hallan la meditación intensa, la intervención de un maestro espiritual o gurú avanzado, y ciertos movimientos o ejercicios del yoga Kundalini. En algunos casos, se da el despertar espontáneo de Kundalini: ocurre inesperadamente, en medio de las tareas cotidianas, sin un factor desencadenante claro. La energía Kundalini o Shakti, y sube por la columna, fluyendo a través de los conductos del cuerpo sutil, un campo incorpóreo de energía que penetra y rodea al cuerpo físico. Al limpiar los efectos de viejos traumas, abre los siete centros espirituales llamados chakras, que se localizan en el cuerpo sutil a lo largo de un eje que se corresponde con la espina dorsal. Además de varias experiencias difíciles asociadas a este proceso de limpieza, quienes viven el despertar de Kundalini suelen hablar de estados extáticos relacionados con alcanzar un nivel más alto de conciencia. Entre éstos, merece ser mencionado el samadhi, o unión con lo Divino, que ocurre cuando el proceso llega al séptimo centro, el de la «corona» (Sahasrara). La energía Shakti que se mueve a través del cuerpo trae a la conciencia una amplia gama de contenidos anteriormente inconscientes: recuerdos de traumas psicológicos y físicos, secuencias perinatales y distintas imágenes arquetípicas unidas a las emocionales relacionadas llamadas kriyas. Sienten una intensa energía y un calor que les recorre la columna en dirección ascendente, y a menudo sus cuerpos se sacuden y hacen movimientos espasmódicos y torsiones. Es probable que su psique se vea inundada por profundas oleadas de emociones tales como la ansiedad, la ira, la tristeza, y también la alegría y el éxtasis. Un desbordante miedo a la muerte, a la pérdida del control y a la locura, son de las manifestaciones más extremas del despertar de Kundalini. Tal vez estas personas encuentren difícil controlar su comportamiento; durante las oleadas de la energía Kundalini puede que emitan sonidos involuntarios y que sus cuerpos se muevan de forma extraña e inesperada. Las manifestaciones más comunes en este caso son llorar o reír sin motivo, hablar en lenguas extrañas, cantar canciones antes desconocidas y cánticos espirituales, tomar posturas y gestos del yoga, e imitar una variedad de sonidos y movimientos de animales.
Las manifestaciones sensoriales de Kundalini son de una gran variedad y riqueza. Suelen describirse visiones coloridas de hermosos diseños geométricos, luces brillantes de una belleza sobrenatural y complejas escenas de deidades, demonios y santos. Se experimentan sonidos internos que van desde zumbidos y cantos de grillos hasta música celestial y coros de voces humanas. En ocasiones se huelen perfumes y bálsamos exquisitos; hay quienes hablan de la fragancia increíblemente dulce de un néctar divino. Son especialmente comunes la excitación sexual y la sensación del orgasmo, que pueden ser tanto placenteras como dolorosas. En algunos casos la profunda conexión entre Kundalini y la energía sexual es utilizada como un vehículo para inducir experiencias espirituales. Un estudio cuidadoso de las manifestaciones del despertar de Kundalini confirma que, aunque intenso y devastador, este proceso es en esencia curativo. En conexión con experiencias de este tipo, hemos observado en repetidas ocasiones el alivio o la limpieza total de un amplio espectro de problemas físicos, incluyendo la depresión, distintas fobias, jaquecas y asma. No obstante, en el curso del despertar de Kundalini, distintos síntomas antiguos pueden intensificarse temporariamente, y también manifestarse los que estaban latentes. En ocasiones parecerán problemas médicos y psiquiátricos y hasta serán mal diagnosticados como tales. A pesar de que en las escrituras de la India se encuentra la expresión más sofisticada y elaborada de la idea de Kundalini, existen importantes paralelos en muchas culturas y religiones en todo el mundo. En la cultura cristiana las manifestaciones del despertar del kundalini, frecuentemente es diagnosticada como síntomas de posesión diabólica. La gente no está preparada y desconoce estos fenómenos se desesperara al ver cómo se convierten en parte de su vida diaria. Como están acostumbrados a cierta normalidad de sensaciones corporales, es usual que sientan ansiedad cuando aparecen estas extrañas sensaciones nuevas; con frecuencia se las confunde con el miedo en sí.
Durante una emergencia espiritual, a menudo la mente lógica se ve sobrepasada por el colorido y rico mundo de la intuición, la inspiración la imaginación. La razón se vuelve restrictiva, y la verdadera percepción lo lleva a uno más allá del intelecto. Para algunas personas, esta excursión a las regiones de lo visionario será espontánea y creativa, aunque es más frecuente que, por implicar estados de conciencia que no se consideran normales, mucha gente de por sentado que se está volviendo loca. Cuando ocurre, la disolución de la racionalidad como parte del desarrollo espiritual en muchas ocasiones trae aparejada la muerte de viejas restricciones y prejuicios mentales, lo que a veces es inevitable para que una nueva y expandida comprensión y una mayor inspiración puedan abrirse paso. Lo que en realidad desaparece no es nuestra capacidad de razonar, aunque así parezca por un tiempo, sino las limitaciones cognitivas que a uno lo mantienen constreñido y sin posibilidad de cambio. Mientras esto ocurre a veces el pensamiento lineal se hace imposible, y la persona siente una agitación mental al ser bombardeada su conciencia por el material inconsciente que ha sido desbloqueado. Aparecen emociones extrañas y perturbadoras, y la racionalidad familiar de antes es incapaz de explicarlas. Este puede ser un momento muy atemorizante del desarrollo espiritual. No obstante, si una persona está realmente compro metida en un proceso de apertura espiritual, es solamente transitorio y será un paso muy importante en la transformación. A veces ocurre que un patrón de coincidencias extrañas parece gobernar el funcionamiento del mundo, reemplazando el orden conocido y predecible que en apariencia siempre es más manejable, por el caos. Por momentos, la gente experimenta un caos interno total; su forma lógica de estructurar la realidad se viene abajo, y les queda una falta de continuidad confusa y desorganizada.
Al estar por completo a merced de su dinámico mundo interior, lleno de emociones amenazantes de vívido dramatismo, no pueden funcionar de forma objetiva y racional. Tal vez sientan que es la destrucción de su último vestigio de salud mental y teman pensando que se dirigen hacia la locura total e irreversible. Las regiones transpersonales contienen elementos de luz y de oscuridad por igual, y tanto lo «negativo» como lo «positivo» son capaces de inspirar temor y locura. Algunas tradiciones espirituales ofrecen una visión alternativa de este tipo de «locura». La «locura santa» o «locura divina» es conocida y aceptada por varias tradiciones espirituales y se la diferencia de la locura común; se la considera una forma de intoxicación por lo Divino que trae aparejadas habilidades extraordinarias y enseñanzas espirituales. En la antigua Grecia y sus países vecinos, abundaban las religiones mistéricas y los ritos sagrados. Los misterios de Eleusis son un símbolo de las batallas espirituales del alma, aprisionada y liberada periódicamente de la materia. Otro ejemplo es el culto órfico, que giraba en torno de la leyenda del bardo y luego dios Orfeo el músico y cantante incomparable que visitó el reino de los muertos para liberar a su amada Eurídice de las garras de la muerte, simbolizando la inspiración divina proveniente del éxtasis. En los ritos dionisíacos, los iniciados se identificaban con el dios muerto y renacido por medio de rituales iniciáticos que armonizaban el cuerpo y la mente para alcanzar el éxtasis. Otro mito famoso sobre un dios que murió es el de Adoniss. Su madre, Smyrna, había sido convertida por los dioses en un árbol de mirra simbolizando el poder de las aromas para ayudarnos a alcanzar el éxtasis. Platón en su diálogo «Fedro», distinguía dos clases de locura: una era el resultado de las dolencias humanas, la otra provenía de la intervención divina o, como lo diríamos en términos de la psicología moderna, de la influencia de los arquetipos originados en el inconsciente colectivo.
En esta segunda clase de locura distinguía otras cuatro subclases, adscribiéndolas a dioses específicos: la locura del amante a Afrodita o Eros, el éxtasis profético a Apolo, la inspiración artística a las Musas, y el éxtasis ritual a Dionisios. Platón brinda una vivida descripción del potencial terapéutico de la locura ritual, utilizando como ejemplo una variedad de los misterios griegos poco conocida: los ritos coribántícos. Según él, las salvajes danzas al ritmo de flautas y tambores, que culminaban en una liberación emocional explosiva, producían un estado de profunda relajación y tranquilidad. Aristóteles, fue el primero en afirmar explícitamente que la experimentación plena y la liberación de emociones reprimidas, que llamó catarsis (literalmente «purificación» o «purga»), eran un tratamiento eficaz para los desórdenes mentales. También expresó su creencia en que los misterios griegos brindaban un excelente contexto para este proceso. Coincidiendo con la tesis básica de los miembros del culto órfico, Aristóteles estaba convencido de que el caos y la locura de los misterios conducían eventualmente a un ordenamiento. Esta forma de comprender la relación entre estados de intensa emoción y la curación se acerca mucho al concepto de la emergencia espiritual y a las correspondientes estrategias de tratamiento. Los síntomas dramáticos no indican necesariamente una patología; en ciertos contextos es más correcto considerarlos manifestaciones de diversos contenidos y fuerzas perturbadoras que preexisten en el inconsciente. Desde este punto de vista, traerlos a lo consciente y enfrentarlos es algo deseable y curativo. La popularidad y la amplia distribución de los misterios en el inundo antiguo indican que los participantes los consideraban psicológicamente importantes y benéficos. Los famosos misterios de Eleusis, cerca de Atenas, se llevaron a cabo cada cinco años sin interrupción por un periodo de casi dos mil años. Visionarios reverenciados, místicos y profetas a menudo son descritos como inspirados por la locura.
El filósofo griego Platón describe la locura divina como un don de los dioses: la locura es un don divino cuando es dispensado por los dioses; así fue como las profetizas de Delfos y las sacerdotisas de Dodona lograron tanto cuando estaban dementes, cuando cuerdas, hacían poco o nada; por lo cual los Estados y las personas de Grecia están agradecidos. En el hinduismo la locura divina, es un periodo en el cual el espíritu de la persona sufre, una época de prueba durante la cual no puede funcionar racionalmente. La comunidad apoya a tales individuos, reconociendo que el estado de desvarío es un signo de que esa persona está cerca de Dios. Con posterioridad, tal persona es considerada alguien con una misión divina, quizás la de curar o enseñar.
Ya que quienes experimentan el fenómeno espiritual de la transformación humana también se encuentran con la luz, y con los dominios celestiales y divinos en su interior. Para quienes toman este camino, los sentimientos positivos parecen mucho más intensos e importantes en comparación con las dificultades que han vivido previamente. Así como un amanecer puede verse especialmente brillante y pleno de esperanza luego de una larga noche de invierno, así también la alegría será más poderosa luego del dolor. Aunque algunas personas se sienten bendecidas por tales experiencias y están dispuestas a aprender de ellas y a aplicar conscientemente las lecciones que les brindan en su vida cotidiana, estos estados místicos «positivos» no están exentos de problemas; hay quienes se debaten en ellos, y éstos pueden convertirse en parte de su crisis de transformación. Tanto las regiones de luz como las de oscuridad son aspectos normales e importantes de la apertura espiritual y, aunque utilicemos los términos «positivo» y «negativo», con esto no queremos decir que unos sean más valiosos que otros.
Ambas áreas son necesarias y se complementan como parte del proceso curativo. Hay quienes son capaces de conectarse con las áreas positivas o místicas con relativa facilidad en el transcurso de su existencia. Uno mismo puede experimentarlas en actividades simples o en ambientes naturales. Como cuando el velo que cubre las cosas es corrido por una mano invisible (H.B. Blavatsky: Isis sin velo). Por un segundo, todo tiene sentido. Quizás uno también descubra las regiones de lo trascendente sin esperarlo. Algunos tienen experiencias místicas durante la meditación, y otros como parte del proceso de transformación dramático y avasallador de una emergencia espiritual. Estos estados sobrevienen de manera súbita, exigen toda la atención y cambian radical y completamente la percepción de uno mismo y del mundo. Pero cualesquiera sean las formas en que lo Divino se introduce en la vida de una persona, comparten ciertas características generales. Tal vez esto se deba a la concentración focalizada en la actividad, al esfuerzo corporal o a una aceleración del ritmo respiratorio; los mismos elementos se utilizan en técnicas desarrolladas por muchas prácticas de meditación que nos permiten ir más allá del mundo común y lógico. Hay momentos de gloria que van más allá de la expectativa humana, más allá de la habilidad física y emocional del individuo. Algo inexplicable se apodera de uno y sopla vida en la vida conocida… Llamémoslo estado de gracia, o acto de fe… o un acto de Dios. Está ahí, y lo imposible se hace posible… La mente va más allá de sí misma; trasciende lo natural. Toca un pedazo del cielo y se convierte en recipiente de un poder cuya fuente es desconocida.
Las emociones y sensaciones asociadas a los reinos interiores celestiales son en general totalmente opuestas a las que se encuentran en las regiones oscuras. En vez del dolor de la alienación, uno es capaz de descubrir una sensación envolvente de unidad e interconexión con toda la creación. En vez de miedo, uno se siente infundido por el éxtasis, la paz y una profunda sensación de ser contenido por el proceso cósmico. En lugar de experimentar la «locura» y la confusión, se hallan la claridad y la serenidad mental. En vez de una preocupación apremiante por la muerte, uno se puede conectar con un estado que se percibe como eterno, comprendiendo que uno es, a la vez, su cuerpo y todo el resto de lo existente. Debido en parte a su naturaleza inefable e ilimitada, los dominios divinos son más difíciles de describir que las regiones oscuras, aunque poetas y místicos de todas las épocas han creado hermosas metáforas para aproximarnos a ellos. En ciertos estados espirituales, uno es capaz de ver al medio ambiente habitual como una creación gloriosa de la energía divina, llena de misterio; todo en su interior parece formar parte de una red exquisitamente interconectada. El poeta Walt Whitman en Hojas de hierba escribe: Como en un desmayo, un instante, Otro sol inefable me deslumbra por completo. Y todas las órbitas que conocí, y órbitas más luminosas y desconocidas; Un instante en la tierra futura, la tierra del Cielo. A menudo estas experiencias van acompañadas por una intensa sensación de una fuerza espiritual de gran potencia que inunda el cuerpo. La gente percibe a las regiones místicas como permeadas de una esencia sagrada o numinosa de una belleza inimaginable, y suele tener visiones resplandecientes de una radiancia extraterrenal como las mansiones celestiales que refirió Cristo a sus apóstoles, luminiscencias y una luz brillante. Amén de estar llenos de una luz divina resplandeciente, los dominios trascendentes suelen ser descritos como algo más allá de lo percibido por los sentidos comunes. Se suele experimentar lo Divino como eterno, inmutable y atemporal, como fue caracterizado por el filósofo Lao Tse en su obra El TaoTe King: Existe algo inherente y natural, Que existió antes que el cielo y la tierra. Inmóvil e inapresable. Solo e inmutable; Lo penetra todo pero jamás se extingue. Puede ser considerado como la madre del Universo. Yo no conozco su nombre. Si me veo obligado a darle uno, Lo llamo Tao, y lo declaro supremo. Otras experiencias entrañan la revelación de dimensiones que trascienden el tiempo y el espacio como la peregrinación espiritual al templo del Monte Kailas. El poeta americano Henry David Thoreau escribe: Oigo más allá del alcance del sonido, Veo más allá del alcance de la vista, Nuevas tierras y cielos y mares alrededor mío, Y en mi día, sí, el sol empalidece su luz.

La inefabilidad es un rasgo característico del éxtasis místico. El psicólogo Abraham Maslow describió una categoría de experiencias místicas caracterizadas por la disolución de las fronteras personales y la sensación de ser uno con otras personas, con la naturaleza, con todo el universo y con Dios; acuñó para ellas el término «experiencias cumbre». Maslow demostró sin lugar a dudas que las experiencias cumbre ocurren en personas normales y bien adaptadas. También observó que si se les permite completarse natural mente es común que resulten en un mejor funcionamiento en el mundo y que conduzcan a lo que él llama «la autorrealización»: una mayor capacidad para expresar el propio potencial creativo. Unindividuo que vive una experiencia cumbre tiene la sensación de sobreponerse a la fragmentación y división cuerpo/mente, y alcanza un estado de unidad y completud interna total que usualmente resulta muy curativo y benéfico. Trasciende también la distinción normal entre sujeto y objeto, y vive un estado extático de unión con la humanidad, la naturaleza, el cosmos y Dios. Está asociado a una fuerte alegría, felicidad, serenidad y paz. Las personas que experimentan el éxtasis místico tienen la sensación de dejar la realidad ordinaria, en donde el espacio es tridimensional y el tiempo lineal para entrar en una zona mítica y sin tiempo donde ya no caben esas categorías.
En este estadío, la eternidad e infinitud pueden experimentarse en segundos del tiempo del reloj. Otra cualidad vivencial de la conciencia de la unidad es el sentido de numinosidad, un término que C. G. Jung utilizaba para describir un profundo sentido de lo sagrado que está asociado a ciertos procesos profundos de la psiquis. La experiencia de lo numinoso nada tiene que ver con creencias religiosas previas: es una percepción directa e inmediata del mundo espiritual. Es usual tener una comprensión instantánea del mundo espiritual, como los Upanishads lo exponen: «conocer Eso, el conocimiento que brinda el conocimiento de todo lo demás». Aunque las descripciones de estas experiencias están llenas de afirmaciones paradojales que violan las reglas básicas de la lógica, es posible referirse al éxtasis místico diciendo que es como estar vacío de contenidos pero contenerlo todo. Ya que no presenta nada concreto, nada parece faltar, porque contiene a toda la existencia en potencia. La persona que lo describa hablará de una completa ausencia del ego y dirá que su sentido deidentidad estaba tan infinitamente expandido que contenía al universo entero. Durante una experiencia mística tal vez se sienta que se accede al más alto conocimiento y sabiduría en cuestiones espirituales importantísimas. Este conocimiento de la verdadera naturaleza de la existencia se percibe en última instancia como mucho más real e importante que todas las teorías científicas o percepciones y conceptos de la vida cotidiana. Es un intercambio de cortesías entre el alma y Dios; como los yogis claman en el Brihad-Arankaya Upanishad: De lo irreal llevadme a lo real. De la oscuridad a la luz. De la muerte a la inmortalidad.
Mucha gente que experimenta estas dimensiones interiores las reconoce corno parte de la esencia expansiva e ilimitada de cada ser humano, que queda en la sombra a causa de los problemas y preocupaciones cotidianas. Por su claridad y vividez, los estadíos trascendentales con frecuencia se perciben como más reales que la realidad «común»; la gente suele comparar el descubrimiento de estas regiones con el despertar luego de un sueño, el corrimiento de velos opacos o la apertura de las puertas de la percepción. En ocasiones se adquieren nuevas ideas y un conocimiento complejo de los procesos vitales de fuentes que se encuentran en el interior de la persona a las que normalmente no se accede. Así como uno puede encontrarse en la zona desolada de la muerte del ego durante la noche oscura del alma, también puede encontrarse con un tipo de muerte del ego positiva en las regiones trascendentales. Aquí, las fronteras personales se disuelven temporalmente, y uno puede sentir la unión con el mundo exterior o el cosmos. Uno de los tipos más positivos de desintegración es aquel en el que uno se pierde en lo Divino inmanente, que se revela en lo que nos rodea. Quizás se sienta que la definición de individualidad se desvanece al fundirse con el mundo conocido de personas, árboles, animales o elementos inorgánicos. Durante otra forma que toma esta experiencia, es común sentirse unido a reinos divinos que trascienden la realidad de todos los días. Encontrarse con lo Divino en el curso de una emergencia espiritual es sumamente curativo. Al llegar a estos estados, uno siente emociones positivas tales como el éxtasis, el arrobamiento, el gozo, la gratitud, el amor y la dicha, que alivian o disuelven con rapidez estados negativos como la depresión y la ira. Sentirse dentro de una red cósmica que todo lo abarca le da a una persona que tiene problemas con su autoestima una imagen de sí expandida y fresca. Quienes tienen estas experiencias en su proceso suelen sentirse afortunados; desarrollan una visión optimista de las cosas que los acompaña en futuros desafíos. Sienten que aunque las cosas se pongan difíciles, al menos tienen una idea de adónde se dirigen. Es como vislumbrar la cumbre de la montaña: aunque se tenga que volver a la base para escalarla, se sabe que hay una recompensa que espera al final del viaje. Esto es preferible a pasarse meses atravesando emociones y sensaciones difíciles sin tener idea de cuál es la meta. Las experiencias positivas no necesariamente se dan como premio al final de una búsqueda difícil. Mucha gente descubre que debe limpiar problemas personales o bloqueos emocionales antes de que se abran estas zonas; pero otras personas se conectan espontáneamente con zonas trascendentales interiores a pesar de no haber trabajado duramente en los aspectos difíciles.
A pesar de las cualidades en general benévolas de los estados positivos, hay dos puntos en donde pueden surgir problemas cuando una persona tiene una experiencia mística: el conflicto de aceptar o manejar las regiones trascendentales y el dolor que causan las experiencias. Mucha gente no se siente preparada para el alcance de las regiones de lo sagrado. Estas son realidades y estadíos de la mente desconocidos. Permitirles la entrada en la propia conciencia suele significar suspender los conceptos conocidos de lo que es real. Tales personas pueden sentir también que no son lo suficientemente fuertes para soportar el profundo impacto de las manifestaciones sensoriales y físicas de las experiencias místicas y que no están lo suficientemente abiertas como para manejar su poder. La enorme carga, emocional, mental y espiritual resultará avasalladora, y retroceder será una reacción natural. Una respuesta similar puede darse durante una poderosa experiencia de luminosidad. Si bien el sufrimiento que se da en un encuentro místico puede sentirse como destructivo y violento al principio, con el tiempo la gente lo reconoce como el dolor de la apertura y del crecimiento espiritual. Quizás hasta lleguen a darle la bienvenida como un signo de su conexión con lo Divino, tal como lo describe Santa Teresa de Ávila: El dolor era tan agudo que me hacía emitir quejidos, pero el deleite de este enorme dolor es tan arrasador que a uno le es imposible desear que se vaya, ni ya nada satisface al alma más que Dios. Es un dolor espiritual, no físico, aunque el cuerpo torna parte de él, hasta una parte considerable: «En ese estado luminoso, se siente uno completamente libre, sin límites, rodeado y lleno de una luz brillante, inundado por una profunda paz. Cuando se comienza a volver al mundo ordinario, se siente que nuestro ser expandido se constriñe de vuelta en nuestro ser físico de todos los días. Se siente que nuestro cuerpo físico es una trampa de acero, que encarcela todas nuestras posibilidades. Comprendemos que el drama y el sufrimiento de la vida cotidiana nos comienza a penetrar, y lloramos ansiando volver a la libertad que hemos descubierto.»
Realmente, algunas personas en esta situación desearán quedarse en un estado agradable de expansión, excluyendo sus responsabilidades diarias, o querrán repetir la experiencia con tal intensidad que se cerrarán a las otras etapas de su viaje espiritual, si bien no tan hermosas o extraordinarias, igualmente importantes. Como consecuencia, dejarán de cooperar con su posterior desarrollo, al resistirse y aun dejar todo lo que no sea tan placentero como un estado místico. Así podemos inferir que el proceso de morir puede estar relacionado con un viaje interno extraordinario a las regiones transpersonales de la psique. Aunque hay variaciones de persona en persona, las experiencias de la gente que estuvo muy cerca de la muerte parecen seguir un patrón general. La vida entera hasta ese punto se puede ver pasar ante nuestros ojos como una película increíblemente condensada y vívida en cuestión de segundos. La conciencia es capaz de separarse del cuerpo y moverse con gran independencia y libertad. En algunas ocasiones flota sobre la escena del accidente y observa con curiosidad y un desapego entretenido, y en otras viaja a lugares muy distantes. Mucha gente experimenta el paso por un túnel o embudo oscuro hacia una fuente de luz cuya radiancia y brillo están más allá de la imaginación humana. Esta luz es de una belleza exquisita y sobrenatural y está dotada de características personales definidas. Irradia unamor infinito que todo lo abraza, el perdón y la aceptación. Raymon Moody utiliza el término Ser de Luz para describir la naturaleza de esta experiencia; mucha gente se refiere a ella explícitamente como Dios. Este encuentro es un intercambio personal e íntimo que entraña profundas lecciones sobre la vida y las leyes universales; se provee así un contexto en el que es posible observar la propia vida que ha pasado y evaluarla de acuerdo a estos patrones cósmicos. A la luz de esta nueva información, uno toma la decisión de volver o no a la realidad ordinaria. La gente que ha tenido esta experiencia y ha vuelto a la vida generalmente lo ha hecho con una profunda de terminación de vivir en una forma congruente con las vivencias que ha experimentado.
Las experiencias cercanas a la muerte pueden resultar, entonces, poderosos catalizadores del despertar espiritual y de la evolución de la con ciencia. Un encuentro con esta fuente transpersonal bajo la forma de este Ser de Luz produce profundos cambios en la personalidad, un aumento en la autoestima y la confianza en uno mismo, y un menor interés en el status, el poder y los bienes materiales. Se asocian a menudo una alta apreciación de la naturaleza y la vida, una gran preocupación por lo ecológico y un acrecentamiento del amor por el resto de los seres humanos. Sin embargo, la consecuencia más notoria es el surgimiento de una espiritualidad de cualidad universal, ya que trasciende los intereses separatistas del sectarismo religioso y se asemeja a lo mejor de las tradiciones místicas y las grandes filosofías espirituales de Oriente, en lo que hace a su cualidad abarcadora y a la trascendencia de las fronteras comunes. Las experiencias de este tipo les ocurren a un tercio de las personas que corren el peligro de perder la vida. Se dan independientemente del sexo, edad, inteligencia, nivel de educación, creencias religiosas, afiliación a una religión u otras características similares. Tampoco parece importar si hay daño biológico o no; muchas veces, sólo el estar expuesto a una situación en la que uno podría perder la vida es suficiente. La razón por la cual este tipo de vivencia frecuentemente produce una emergencia espiritual, es porque implica un cambio abrupto y un vuelco profundo en la experiencia de la realidad en personas que no están preparadas. Experiencia significativa que permite a los pacientes curar el cuerpo curando la mente librándose milagrosamente de enfermedades terminales, traumas, paranoia, disfunciones psicosomáticas crónicas y su sintomatología, como ataques de pánico y fobias especificas, adicciones perniciosas, ataques neuróticos, conductas antisociales y relaciones destructivas, migrañas, etc. Fenómeno documentado por prestigiados médicos: Brian Weiss: Muchas vidas, muchos Maestros, Cristin & Stanilav Grov: La Tormentosa Búsqueda del Ser. Kenneth Ring: Vida y Muerte, Melvin Morse:Acercándose a la Luz; Raymon Moddy: Vida después de la Vida, y otros reseñados en Journal of Critical Care Medicine; es decir que podemos aprovechar los estados alterados de la mente, que nos permiten acceder a los recuerdos meta conscientes, experimentar el Yo virtual, desdoblamiento o cuerpo eterico para traspasar las fronteras físicas peligrosas o inaccesibles (vg. interior de un reactor nuclear, un planeta distante; lo cual, ya lo logró la ciencia).
Un tipo de fenómeno transpersonal merece una especial atención, dada su importancia práctica y el papel clave que ha tenido en las religiones de muchas culturas son las vivencias y recuerdos de vidas pasadas, o experiencias kármicas (Stanislav Grof Stanislav Grof: The Adventure of Self Discovery). Son una de las manifestaciones más vívidas y dramáticas de los estados alterados de conciencia. Consisten en secuencias de vivencias que ocurren en otros períodos históricos y/u otros países. A menudo se trata de acontecimientos de una fuerte emoción y que retratan con sorprendente detalle a sus protagonistas, sus escenarios y sus circunstancias históricas. Una característica importante de las experiencias kármicas es la convicción de que estos acontecimientos son recuerdos personales de una vida anterior. Experiencias de es te tipo han sido las que inspiraron los conceptos de renacimiento y de la ley del karma en la India. De acuerdo con estas enseñanzas, nuestra existencia no se limita a una vida sino que consiste en una larga cadena de re-encarnaciones sucesivas. En general no se recuerdan las reencarnaciones previas, excepto en ocasiones especiales en las que recuerdos aislados de acontecimientos importantes de nuestras vidas pasadas emergen a nuestra conciencia. Sin embargo, somos responsables de nuestros actos en todas ellas: por los efectos inexorables de la ley del karma, nuestra vida actual se forma de acuerdo a los méritos y deudas de las precedentes y, a su vez, nuestras acciones actuales influyen en nuestras futuras reencarnaciones. Ya sea que consideremos a estas experiencias como evidencia en favor de la reencarnación o no, son fenómenos psicológicos importantes, con un potencial curativo de transformación muy grande confirmado en reiteradas ocasiones por psicoterapeutas e investigadores de la conciencia que estudian estados alterados. Cuando el contenido de la experiencia kármica termina de hacerse consciente, es capaz de explicar muchos aspectos de otra manera incomprensibles de la vida cotidiana de una persona. Dificultades para relacionarse con ciertas personas, miedos inexplicables, de sagrados y atracciones particulares, así como oscuros problemas emocionales y psicosomáticos parecen adquirir sentido como cargas kármicas de una vida anterior, y suelen desaparecer cuando la experiencia se completa. Se han observado repetidamente el alivio o la total eliminación de graves dolores psicosomáticos, depresiones, fobias, asma psicogénica, jaquecas y otros problemas que anteriormente resistían a una variedad de tratamientos convencionales, luego de que una persona ha revivido una «vida anterior».
Los recuerdos de vidas pasadas también pueden convertirse en una fuente de considerables problemas. Cuando están cerca de lo consciente, pero no lo suficiente como para manifestarse por completo, suelen tener un profundo impacto en la psique y causar dificultades emocionales y físicas serias. La persona en cuestión experimentará, en diferentes partes del cuerpo, sensaciones raras que no tienen una base en la realidad cotidiana. Puede notar temores infundados hacia cierta gente, lugares, o, por el contrario, irresistibles atracciones. Se puede llegar a sentir dolores agudos en el cuerpo o sensaciones de ahogo para las que no hay causa médica, y la imagen de una cara, un lugar o un objeto desconocidos emergerá recurrentemente a la conciencia. Todos estos elementos son partes significativas de un patrón kármico que no ha salido a la superficie por completo, y que, experimentadas fuera de contexto, parecerán incomprensibles y completamente irracionales. Se pueden dar otros problemas cuando una experiencia kármica fuerte empieza a emerger a la conciencia en medio de la vida cotidiana y perturba profundamente su funcionamiento normal. Quizás se sienta el impulso de llevar a cabo ciertos papeles del drama kármico a fondo, antes de que se hagan conscientes por completo, sean comprendidos y «completados». La vivencia completa de una fuerte experiencia kármica no significa el fin de los problemas. Aun cuando el proceso interno llegue a su fin y se hayan aceptado sus implicancias, existe la posibilidad de que algunas Personas se encuentren ante un desafío adicional. Han experimentado profundas e importantes realidades extrañas a nuestra cultura y tienen la tarea de reconciliarlas con la visión del mundo tradicional de la civilización occidental.
Muchas tradiciones espirituales y escuelas místicas describen el surgimiento de varias habilidades paranormales como un estadio natural pero potencialmente peligroso en el desarrollo de la conciencia (Robert Monroe: Journeys Out of the Body). La fascinación y la obsesión con los fenómenos psíquicos son consideradas como trampas peligrosas para el ego del buscador, y una distracción desafortunada de las metas espirituales genuinas. En los estadios más avanzados que le siguen a sobreponerse a este obstáculo, un aumento de la intuición y las habilidades psíquicas tal vez se conviertan en una parte integral de la vida. En ese momento, ya están integradas a la nueva cosmovisión mística y no presentan problemas. Por lo tanto, no debe sorprendernos que un aumento considerable en la capacidad intuitiva y en los sucesos de tipo paranormal suelan resultar concomitantes a varios tipos de emergencia espiritual. Prácticamente cualquier tipo de experiencia transpersonal puede, bajo ciertas circunstancias, proveer de sorprendente información, que seguramente el individuo no podría haber adquirido de forma convencional y que parece poseer un origen paranormal. Además de esto, muchas personas en crisis de transformación cuentan acerca de instancias específicas de percepción extrasensorial, como la visión de lugares remotos, la precognición, la telepatía y otros fenómenos paranormales. Sin embargo, en ocasiones la cantidad de información de fuentes no ordinarias se vuelve tan arrolladora y confunde tanto que se convierte en un problema. Las formas más extremas y dramáticas de manifestación de la apertura psíquica son las experiencias extracorporales. Como veremos más adelante, tales estados son especialmente frecuentes en situaciones de cercanía con la muerte, donde su autenticidad ha sido confirmada por muchos estudios clínicos sistemáticos.
Otro fenómeno extrasensorial que a menudo se da en las personas que experimentan una dramática apertura psíquica es la capacidad de sintonizar tan profundamente con los estados internos de otros de tal manera que se siente en carne propia las problemáticas intensas y las crisis por las que atraviesa el Yo anfitrión sin que nada quede oculto, con lo que se puede inferir cual puede ser la posible solución de sus problemas. Las percepciones del gran empático resultarán llamativamente exactas y puede que inclusive toquen puntos ciegos de la conciencia del paciente o recuerdos traumaticos que el paciente trata de ocultar, y con amor y ternura infundir al paciente el valor necesario para hacerlos concientes y enfrentarlos. Los grandes empáticos, los canalizadores y los curadores espirituales son capaces de entrar en tales estados a voluntad y utilizarlos para adquirir un conocimiento sobre los problemas de otras personas, diagnosticar y curar varias enfermedades. Pero quienes no están preparados son tomados por sorpresa cuando estos fenómenos ocurren de manera súbita y sin haberlos buscado__En otros casos, las personas que atraviesan una emergencia espiritual tienen varias formas y grados de percepción del futuro. A veces se ven acontecimientos que están prontos a ocurrir; otras, se trata de lo que ocurrirá en un futuro remoto. Puede que también sepan lo que está ocurriendo en otros lugares del mundo, en particular si se trata de sitios donde hay seres queridos__ Otra experiencia que suele provocar serios problemas es la pérdida ocasional de la propia identidad y la identificación canalizadora con otras personas, transferencia de identidades o posesión. Tal ves asuman la imagen corporal de la persona anfitriona, sus posturas, sus gestos, la expresión de su cara, pero sus recuerdos, sus emociones y hasta sus procesos de pensamiento pertenecen al huésped. Es probable que emerjan alternadamente el anfitrión y el huésped, ocasionando estados de amnesia total y perplejidad al recordar personas, lugares y acontecimientos que no corresponden a la realidad externa del anfitrión sino al huésped, en esas circunstancias la pérdida del control y de la personalidad que traen aparejados, es terrible. A menudo esta gente cuenta que unas veces sus vidas están llenas de extraordinarias coincidencias que conectan los elementos de su realidad interna, como recuerdos, sueños y visiones, con acontecimientos de la vida cotidiana, pero otros son totalmente incompatibles la realidad externa con lo interno.
El primero en reconocer esta fenomenología fue C. G. Jung, quien lo llamó fenómeno de sincronicidad y asincronicidad. Y lo definió como un principio a causal de conexión y desconexión con la realidad, que explica coincidencias significativas que relacionan a individuos y a situaciones distantes en el tiempo o en el espacio. Un cuadro de conexión y desconexión acompaña a varias formas de emergencia espiritual, pero ésta parece ser especialmente común en las crisis de apertura psíquica. La psiquiatría convencional insiste en explicaciones estrictamente causales, y aún no ha aceptado el fenómeno de transferencia o posesión. Los psiquíatras a menudo desestiman cualquier alusión a coincidencias significativas como una percepción distorsionada y una mala interpretación de los hechos a causa de un proceso patológico. El término técnico utilizado en este contexto es «la ilusión de la referencia», lo que significa que la persona ve conexiones allí donde no las hay, o no ve conexiones donde la hay. La investigación transpersonal ha demostrado que, en el proceso de la apertura espiritual, es muy común experimentar sincronías y asincronías genuinas en el sentido que Jung les daba. Todos aquellos que tienen acceso a los hechos (tanto sobre las experiencias internas como sobre los hechos correspondientes en el mundo externo) reconocen la naturaleza extraordinaria de estas situaciones. Las conexiones son muy específicas, profundamente significativas. Considerando todo esto, es altamente improbable que tales coincidencias puedan entenderse en términos causales o sean únicamente producto del azar. En la actualidad, el concepto de conexión y desconexión con la realidad, no está limitado a la psicología. Muchos científicos de avanzada, incluso los físicos que estudian el quantum y la relatividad, han abrazado el principio de la dualidad alternativa entre la partícula y la onda como una importante relación causal entre materia y energía que interactúa con el tiempo el entorno y el espacio.
En estados alterados de conciencia, es posible asumir roles diferentes de acuerdo con las distintas entidades y situaciones que se encuentren en el mundo interno. Se puede ser un observador desvinculado, participar activamente en las secuencias o identificarse directamente con varios elementos de la «estenografía». Sin embargo, a veces se entra en contacto con una entidad que aparentemente está separada y es independiente de los propios procesos internos. Esta entidad brinda una relación personal y continua, ya que juega el rol de guía, protector o fuente superior de información. En la literatura sobre fenómenos paranormales, a tales figuras se las llama guías espirituales. En algunos casos, el sujeto es capaz de reconocer la naturaleza de es tos seres; en otros, los guías espirituales se presentan a sí mismos y explican de dónde vienen y cuál es su misión. Con frecuencia parecen ser seres descarnados, entidades sobrehumanas o deidades que habitan en planos más altos de conciencia y poseen una sabiduría extraordinaria. En ocasiones se parecen a los seres humanos, pero en otras se ven como fuentes de una luz radiante. También hay casos en los que no aparecen con una forma detectable, pero se siente su presencia. Se comunican con sus protegidos de forma directa a través del pensamiento u otros medios extrasensoriales. Ocasionalmente, tienen voz humana y envían mensajes verbales. Un ejemplo especial de las experiencias de este tipo es la canalización («channeling»). Fenómeno por el cual una persona se convierte en el medio, el canal por el cual los mensajes de una fuente supuestamente fuera de su conciencia individual se transmiten hablando en trance, por escritura automática o transmisión telepática (Sanchez Perez: Engrammes of the Universe). La calidaddel material que se transmite varía, y la cuestión de cuál es en última instancia el origen de la información ha dado pie a muchas especulaciones y conjeturas. Como ejemplo de mensajes muy incoherentes son: Los Evangelios Gnósticos, El Libro de Mormón,. Y ejemplo de mensajes algo incoherentes El Curso de los Milagros, etc. No obstante, la canalización puede ser una experiencia curativa y transformadora para el que la recibe, y la información transmitida por este medio con frecuencia ha sido valiosa para otros como una guía para el crecimiento personal y la evolución de la conciencia. Como ejemplo de mensajes valiosos es Luz en el Camino. La canalización ha jugado un papel importante en la historia de la humanidad. Entre las enseñanzas transmitidas por este medio se cuentan muchos textos de enorme influencia cultural, como los antiguos Vedas de la India. Muchos pasajes en el texto sagrado del Zoroastrismo, el Zend-Avesta y en la Biblia se originaron por experiencias de este tipo.
Entre las fuentes importantes de canalización del siglo XX existe una entidad que se llamó a sí misma «El Tibetano»; tanto Alice Bailey como Madame Blavatsky lo reconocieron como la fuente de sus escritos espirituales. El psiquiatra italiano Roberto Assagioli le acreditaba a la misma entidad la real autoría del sistema psicológico llamado psicosíntesis. Durante su vida, C. G. Jung tuvo varias experiencias transpersonales. La más importante se produjo cuando «recibió» su famoso texto Siete sermones para los muertos; Sus experiencias con esta entidad lo convencieron de que distintos aspectos de la psíque pueden asumir funciones completamente autónomas. Jane Roberts: Seth Speaks este libro es la forma que utiliza Seth para demostrar que la personalidad humana es multidimensional, que existimos en muchas realidades a la vez, que el alma o ser interno no es algo separado de nosotros, sino el mismo medio por el cual existimos).
En la imagen newtoniana-cartesiana del universo, no hay lugar para las coincidencias significativas; toda coincidencia improbable es, o bien un acontecimiento casual, o bien real, solamente en la mente del que la percibe. El modelo freudiano del psicoanálisis al ser incapaz de diagnosticar las verdaderas causas de este fenómeno natural, en lugar de ayudarnos a comprender la verdadera causa de nuestros conflictos viene a agravar la situación al mantenernos sedados durante periodos cruciales de nuestra vida que se nos escapa de las manos como la arena de un reloj sin que podamos atajarla (Hans J. Eysenck: Decadencia y caída de imperio freudiano). En el modelo místico los médicos de almas han prescrito desde hace siglos las jornadas a recorrer y las metas a alcanzar, y ante el inicio involuntario de esta emergencia espiritual sugieren el peregrinaje místico que emprenden los locos de Dios, comenzando por resignarse a dejar las cosas de este mundo para dedicarse a aprender y a ejercitar la disciplina mística a fin de alcanzar la quietud de la mente en medio de las aguas turbulentas de la vida. Una vez alcanzada la paz y la tranquilidad puede uno reiniciar su vida con lo restos que han sobrevivido a la tormenta. Este desentendimiento o desprendimiento de las cosas de este mundo que tanto nos esforzamos por alcanzar podría parecer una locura, pero más locuras se cometen en la vida sin provecho alguno como alistarse en el ejercito para ir a la guerra en tiempos de paz, las adicciones perniciosas, los crimines u homicidios, o delitos por los que perdemos la libertad, el prestigio, la familia o el empleo; u otras maculas como la infidelidad conyugal o el abandono de nuestras responsabilidades familiares que nos llevan a perder la patria potestad y el patrimonio familiar. Y en este caso el desprendimiento aunque dolorosísimo es el costo que debemos de pagar por nuestra naturaleza humana; es decir por ser hombres y no cosas, y todo ser vivo pasa por este proceso inexorable y natural; ya que tan insólito es que un dentista inhibiera la muda de los dientes de leche, o que un nutriólogo inhibiera los esfinters o un dermatólogo inhibiera la descamación de la epidermis __como un psiquiatra inhiba la emergencia o surgimiento espiritual por doloroso y conflictivo que sea; o un religioso prescriba un exorcismo, actos piadosos, juramentos, rezos o mandas inútiles o lectura devota de la Biblia, utilizando el lenguaje mojigato sin comprometerse a ayudarnos realmente__ por ello el modelo místico prescribe la introspección rutinaria, induciendo la experiencia mística para conocer los contenidos ocultos de nuestra naturaleza interior dejando que afloren poco a poco para poder curarlos antes de que estallen y se desaten las fuerzas interiores reprimidas.
Afortunadamente la medicina alternativa a comenzado a inducir las experiencias místicas en sujetos en los que se presentan las emergencias espirituales recurriendo a diferentes técnicas clínicas. La posibilidad de experimentar con un estado «psicótico» reversible induciendo las experiencias místicas en pacientes conflictuados por una emergencia espiritual, provee de una oportunidad única a los terapístas profesionales y a sus pacientes, al obtener un conocimiento íntimo de su mundo interno, para comprenderlo mejor y tratar los conflictos con una mayor eficacia. En circunstancias adecuadas, la inducción clínica de las experiencias místicas —mucho más que los sueños, que juegan un papel tan crucial en el psicoanálisis— son, en verdad, «un regio camino hacia el inconsciente». Este poderoso catalizador podía ayudar a subsanar la falta de eficacia del psicoanálisis como herramienta terapéutica (Ken Wilber: Psicoterapia y Espiritualidad). Esto hace que la disciplina mística sea congruente con la ciencia, y la fe con la razón; y si hay hipótesis de la ciencia o dogmas de la religión en los que no se da esta congruencia, es porque hay un error, ya sea en la ciencia o en la religión, o en ambas. Pero no todo es color de rosa, ya que existen pozos obscuros de inmenso poder de atracción que atrapan a las almas y la experiencia aterradora de sus contenidos pueden provocar la muerte súbita, catatonia o locura por seguir atados a estas experiencias que afectan no solo al que las experimenta sino a los presentes; por ello la importancia de los exorcistas místicos experimentados para sacar de tales estados a los pacientes, donde lo importante no es el rito sino la empatía y espiritualidad de los exorcistas fruto de la práctica intensa del altruismo y el misticismo durante toda una vida. Paradójicamente la disciplina mística intensa ha sido suprimida en sociedad cristiana de hoy en día, debido a la intransigencia radical y fundamentalista de los fideístas, que enajenados a causa del error fundamental de nuestras creencias, han separado la fe de la razón y expulsado a las ordenes contemplativas de la Iglesia, porque es inútil y desesperante la contemplación cuando no se cuenta con las técnicas del conocimiento interior necesarias para alcanzar el éxtasis. Por otra parte, los científicos incrédulos han expulsado el conocimiento espiritual del objeto de la ciencia, lo cual ha impedido el avance de la humanidad cristiana en cuestiones espirituales, tanto por omisiones de la ciencia como de la religión.
Tratándose de fenómenos espirituales relacionados cuestiones existenciales y religiosas, además de las respuestas formuladas por las representantes de las diferentes escuelas filosóficas o corrientes del pensamiento crítico. Los psicólogos y los místicos tratando de esclarecer lo que esta mas allá de lo evidente, valiéndose de técnicas científicas o mediante practicas de relajamiento y sugestión, han sondeado diferentes niveles de conciencia en busca de las vivencias que revelen los contenidos ocultos necesarios para descifrar las incógnitas de los cuestionamientos y problemáticas existenciales, religiosas o psicológicas, que nos planteamos o nos atormentan. Para los psicólogos el método implica la inducción de vivencias mediante sugestión, el análisis racional de la fenomenología observada para despejar incógnitas y confirmar hipótesis mediante la investigación clínica, y no con suposiciones, ni enunciados sin confirmar. Y para los místicos, el método implica la practica voluntaria y fervorosa de las disciplinas, doctrinas y enseñazas espirituales que les han prescrito sus maestros o guías__ Los métodos clínico y místico, incluyen: la preparación remota, el relajamiento previo, la auscultación profunda, la inducción de las vivencias místicas o psíquicas __la descripción neutra de la fenomenología observada en el sujeto de estudio__ la descripción neutra de las visiones y vivencias que se dan en estado extático o sueño hipnótico __la inducción del regreso al estado de vigilia, el análisis, la síntesis y la explicación o interpretación de las vivencias extáticas__ y la implementación de su aplicación practica a efecto de revertir disfunciones o trastornos emocionales y mentales, o inducir transformaciones buenas y convenientes en los pacientes. Es decir, tratándose de una fenomenología espiritual, para los psicólogos el método, implica: la descripción neutra de la sintomatología observada en el paciente, la inducción clínica, la auscultación profunda, el diagnostico, el pronostico, la prescripción y aplicación de la terapia a seguir, y el seguimiento de la evolución del padecimiento en el paciente. Y para los místicos el sendero implica la auscultación profunda y sistemática de los síntomas y los rasgos de la personalidad del discípulo, para percatarnos de los estadíos alterados de la mente y la conciencia. (v.g.:meditación vipassana), e intuir las causas que los provocan; y así contar con los elementos necesarios de juicio para prescribir las virtudes a desarrollar, a efecto de atenuarlos y alcanzar el perfil de humanidad perfecta, que de lugar a la sociedad perfecta que han profetizado o idealizado los grandes maestros o guías espirituales de la humanidad.
Podemos complementar la meditación trascendental (vipassana) que persigue la iluminación mediante: 1): La compenetración de la realidad exterior e interior de nuestro entorno para darnos cuenta de la naturaleza del sufrimiento con el análisis MLM (marxista, leninista, maoísta) de la naturaleza opresiva de los imperios a fin de motivarnos actuar a favor de los desprotegidos y oprimidos, 2) La quietud de la mente que se logra mediante la introspección profunda, el diagnostico y la terapia sistemática utilizando las técnicas especificas más convenientes en cada caso: Análisis Conciliatorio, Bioenergética, Colaborativa, Conductual, Confesión de los Pecados, Constelaciones Familiares, Control Mental, Coro Griego, Co-terápia, Equipo Reflexivo, Estratégica, Existencial, Imágenes Creativas, Inteligencia Emocional, Interventiva, Hipnosis, Narrativa, Ocupacional, Programación Neuro Lenguistica, Psicoanálisis, Psicodramatica, Psiquiatría, Reflexiva, Regresión, Rituales Terapéuticos, Rogeriana, Uso clínico de drogas psicoactivas LSD- 25 para inducir las experiencias psicodélicas, etc., 3) Hasta adquirir las habilidades de advertencia, consecución, resolución y los poderes de: audición de los engramas del universo, telepatía, telequinesis, proyección astral: (cordón de plata o cuerpo astral), proyección espiritual: (viaje a través del espíritu, común unión, o empatia), etc. Y son precisamente los efectos benéficos o transformaciones buenas y convenientes que experimentan los pacientes o discípulos que siguen la disciplina mística o la terapia clínica prescrita, lo que nos permite confirmar la bondad y realidad que hay en la experiencia de si mismos en el mundo de la mente y del espíritu, a fin de conocer los contenidos meta concientes que allí se encuentran, experiencia verificable a través de sus efectos que nos dan la certeza que no son fantasías ni alucinaciones sino que son reales__ ya que aún los contenidos meta-concientes que se encuentran en la superficie tienen poder terapéutico como la vivencia de la vivencia del bardo o vida entre vidas que se consigue induciendo clínicamente la regresión sugestiva o el éxtasis provocado mediante la disciplina mística, o los experimentan la muerte y resucitan: donde se reviven imágenes o recuerdos de vidas pasadas unidas a las emociones experimentadas, la muerte y reencarnaciones anteriores. También podemos aprovechar las potencialidades del viaje de la mente a través de espíritu, para conocer mediante la experiencia de la común unión de todos los seres y todas las cosas, los contenidos escondidos en el alma de los pacientes; y así conocer los procesos mentales y espirituales que no hemos desarrollado o activado, y así resolver el problema del alma truncada, debido a que:
La dimensión espiritual es el continente universal que contiene las causas últimas de los fenómenos y leyes que gobiernan los seres y las cosas; por ello las trasciende y determina (Ken Wilber: Conciencia sin fronteras); lo cual, nos permite concluir que el camino de la auto-liberación se encuentra en los valores trascendentales que humanizan al hombre(altruismo, empatía, entereza, solidaridad); o sea que la trascendencia es la cualidad espiritual más alta con que Dios ha revestido la dignidad humana; y siendo el espíritu «la última causa que no es causada, y su cualidad característica la trascendencia», «el estadío de la trascendencia humana, es el estadío que alcanza el espíritu cuando ha desarrollado todas sus potencialidades inherentes que lo hacen imbatible y eterno», «estadío al que pueden aspirar todos los hijos del hombre, pero solo ha sido alcanzado por Buda y Cristo»; «de allí la importancia de la enseñanza impartida por ambos Maestros que exponen la existencia de este estadío, en que consiste y como alcanzarlo; a efecto de que el hombreenfrente con éxito, no solo los infortunios, sino los cataclismos cósmicos». La coincidencia de la Teoría de los estudiosos con la Doctrina Trascendente de los místicos, da contestación a la pregunta que ha mantenido perpleja a la humanidad cristiana durante dos mil años, en espera de la respuesta; pero no obstante de haber sido contestada, aún sigue inmovilizada en el Areópago porque hay atavismos condicionantes que la mantienen atada:
1) Los condicionantes naturales de la vida en su dimensión biológica, psíquica y social, norman la conducta del individuo. En las condiciones naturales podemos encontrar las causas de lo que nos sucede en el cuerpo, en la mente, o en nuestro ambiente social; pero no es lo mismo condición que determinación, ya que ante mi condición, puedo decidir queactitud tomar, y mi determinación cambiará los efectos de la causalidad fruto de las condiciones que me impuso el destino. O sea: «la condición engendra la posibilidad de que algo pueda darse», «la acción hace que la posibilidad sea un hecho», «la determinación da forma o moldea los efectos de la causalidad». La dimensión biológica es la condición necesaria para la vida humana pero no determina que el organismo que la posee sea un ser humano. Hay organismos de seres que tienen un sistema nervioso en todo semejante a los humanos, pero no todos los organismos que tienen cerebro son humanos; lo cual es confirmado por los estudiosos de la neurología y la neurofisiología, que han reconocido que la diferencia entre el cerebro del hombre y el cerebro de un chimpancé, es meramente cuantitativa en cuanto al tamaño, ya que comparando las diferencias entre volúmenes cerebrales, las diferencias entre los hombres de mayor y menor volumen cerebral (mas de 2000cm3 –VS- 850 cm3) son mayores que la de los hombres de menor volumen y los simios (685cm3 máx.); además de que no existen diferencias cualitativas entre las neuronas y las conexiones cerebrales entre los hombres y los gorilas; lo cual hace evidente que la diferencia entre simios y humanos es cualitativa en cuanto que las funciones u operaciones mentales que de dan en el cerebro humano y no los procesos somáticos son los que nos permiten diferenciar lo humano del primero, de lo animal del primero y del segundo; lo cual nos permite inferir que en un cerebro sano las disfunciones de los procesos mentales, no son de origen patógeno sino ideógeno, es decir que no se dan en lo biológico sino en la dimensión psicológica o mundo virtual de nuestra mente; en términos cibernéticos, equiparando a lo que sucede en los procesadores, hablaríamos de que los defectos no están en hardware si no en el software, y si la información que introducimos en nuestro procesador es basura el resultado que se obtiene después procesarla sigue siendo basura por muy avanzada o potente que sea nuestra computadora.
2) Los condicionantes normativos: En todos los tiempos el interrogante del futuro ha preocupado a los hombres, pero no siempre con la misma intensidad (C.G. JUNG: presente y futuro). Históricamente hablando, son principalmente las épocas de apremio físico, político, económico y espiritual las que mueven a dirigir la mirada tanto al pasado como al futuro con ansiosa esperanza del cambio y generan anticipaciones, utopías y visiones apocalípticas. Como al comienzo de la era cristiana, vuelve a plantearse hoy el problema del general atraso moral que contrasta penosamente con la evolución científica, técnica y social de nuestra época. Vivimos en el kairos de la «metamorfosis de los dioses», esto es, de los principios ysímbolos fundamentales, esto explica la agitación religiosa que esta aconteciendo en el interior y al exterior de la Iglesia. Esta tendencia de nuestra época, es expresión de la transformación que se opera en la interioridad y el inconsciente del hombre. De esta transformación grávida de consecuencias deberán ser concientes las generaciones actuales venideras si la humanidad ha de salvarse del materialismo y la auto-aniquilación por el poder de su técnica y su ciencia. Es tanto lo que está en juego y, tanto lo que hoy depende evidentemente de la condición psíquica del hombre, toda vez que hombre común tiene un conocimiento muy limitado de simismo y solo despojándose de los conceptos ya caducos podrá revestirse del hombre nuevo. ¿Podrán los imperios y potentados resistir la tentación de hacer mal uso de la ciencia del conocimiento humano y del poder económico, político o tecnológico para manipular y someter a las masas poniendo en escena el ocaso del mundo y del humanismo?, o tendrá el hombre conciente de sus propias imperfecciones la disposición para renacer con otras concepciones y visiones de si mismo dejando atrás sus viejos modos de percibir, sentir y reaccionar a la realidad, renovando los conceptos caducos que nos definen que son la causa de las distorsiones con que percibe la realidad y los automatismos que nos impulsan inconscientemente.
Por desgracia nuestros conceptos tienden inevitablemente a rezagarse con respecto a los cambios de la situación de conjunto. Y no puede ser de otro modo porque, mientras no se produzcan cambios en el mundo, ellos están más o menos ajustados y por ende funcionan satisfactoriamente, no habiendo motivos para proceder a su revisión y reajuste. Cuando las cosas han cambiado tanto que entre la situación exterior y las formas de representación ya anticuadas llega a existir un divorcio intolerable, es que se presentan las crisis de conciencia y se plantea el problema general de la concepción básica del mundo, esto es, la cuestión de cómo debe reorientarse, vale decir, como deben reajustarse las formas de representación para asegurar el continuado flujo de energía instintiva. No se las puede reemplazar simplemente por una transformación racional, ajustada en demasía a la situación exterior y demasiado poco en los condicionamientos naturales del hombre, pues tal procedimiento no sólo no tiende un puente al nombre instintivo sino que bloquea el acceso a él; pero sino se puede impedir la exigencia natural al reajuste, mucho menos un retroceso tan significativo como el cambio del cristianismo por en noaquismo como pretenden hacerlo los esbirros de la sinagoga, porque las fuerzas interiores se desbordarían. Es común que se confunda el «conocimiento de sí mismo» con el conocimiento que tiene uno de su Yo consciente; que por cierto, en las crisis de conciencia se revela como un Yo caduco muy limitado o mediocre, incapaz de resolver las problemáticas que nos aquejan. Quien tiene conciencia de su Yo conciente, da por sobre-entendido que medio se conoce, porque hay una parte importante de su alma que no conoce; por ello se siente con el alma truncada; es decir mediocre. Esto se debe a que el Yo sólo conoce los contenidos e impulsos concientes, ignorando en cambio los contenidos e impulsos inconscientes que al emerger nos impulsan sin darnos cuenta; es decir lo que comúnmente se llama «conocimiento de sí mismo», no es más que la percepción meridiana de los contenidos de nuestra conciencia que captamos a través nuestros sentidos y razón, y los contenidos de la penumbra o sombra que vislumbramos subliminalmente, aunque intuimos que estamos ciegos a lo que pasa en las profundidades de nuestro ser y presentimos que continua más allá de los individual y lo colectivo.
Actualmente nuestro enfoque básico es en creciente medida racionalista, pero paradójicamente nuestra filosofía ya no es un modo de vida, como lo fue la de la antigüedad, sino un asunto puramente intelectual. Nuestros credos religiosos, con sus ritos y formas de representación primitivos, expresan una concepción del mundo que al Medioevo no le causó mayores dificultades pero que se ha vuelto incomprensible para el hombre del presente; aun cuando provoque un conflicto con la concepción moderna del mundo, un hondo instinto le mueve a mantenerse aferrado a nociones que, tomadas literalmente, ya no responden a la evolución que han experimentado las ideas en el transcurso de los cinco últimos siglos. Él creyente procede así, evidentemente, para no hundirse en el abismo de la desesperación nihilista. Mas aunque el racionalista crea su deber impugnar una fe meramente convencional, no debe pasarse por alto que los credos predican una doctrina cuyos símbolos, no obstante la interpretación objetable, en razón de su carácter arquetípico tienen su razón de ser. Es así que, en general, la aprehensión intelectiva no es en absoluto indispensable, imponiéndose sólo allí donde no basten la valoración emocional y la captación intuitiva, o sea en el caso de las personas para quienes la fuerza de persuasión reside primordialmente en el intelecto. En este respecto, nada hay tan característico y sintomático como el abismo que en los tiempos modernos se ha abierto entre la fe y la razón. Hasta tal punto se ha ahondado ya, el antagonismo que las dos categorías cognoscitivas y sus respectivas concepciones del mundo no pueden cotejarse. Sin embargo, se trata de un mismo mundo empírico del hombre, pues también la teología sostiene que su fe se basa en hechos históricos acaecidos en este mundo material fe-datados por apóstoles en sus Evangelios: atestiguando que Jesucristo nació en todo igual a los hombres, excepto en el pecado, pasó por la vida obrando muchos milagros y, murió asesinado en la cruz, y después de su muerte resucitó al tercer día. {«¿Te parece a ti que entiendes lo que vas leyendo? ¿Cómo lo he de entender, respondió él, si nadie me lo explica?» (Hechos, VIII, 30)}
Lo que queremos que nos expliquen son las fuerzas interiores capaces de obrar milagros o potencialidades que hacen divino a Cristo. El testimonio de los cuatro evangelistas repudia toda tendencia a entender los contenidos bíblicos como mito, esto es, simbólicamente, aun cuando en tiempos recientes precisamente en el campo de la teología, como una suerte de concesión al punto de vista de la razón, se ha intentado «desmitologizar» el contenido del credo, claro está que deteniéndose arbitrariamente ante los mitos decisivos que fundamentan el presente y futuro de la humanidad en la Alianza del Sinaí que es un montaje escénico que santifica la constitución de Israel como nación, santificando no solo el pueblo de Israel, los ancestros de Israel, los hechos ancestrales, las directivas y tradiciones ancestrales, el territorio de Israel, la ciudad y el templo de Jerusalén y todo texto escrito en Libro por perverso e irracional que sea. Plataforma de una mitología sagrada que falsifica la realidad inefable del mundo espiritual que sustenta la dignidad humana, exaltando antivalores como si fueran valores dictados por Dios como lo evidencian las leyes de la guerra dictadas por Dios al patriarca Moisés, ordenando el sometimiento, despojo y exterminio de los pueblos gentiles (es decir todos los que no son judíos), que junto con los textos bíblicos del Libro de Israel para sin escrúpulo alguno hacer de Israel la principal de las naciones, falacia que nos hiere y conflictua en lo profundo de nuestra conciencia. Estas heridas de nuestra conciencia, no sanan en lo profundo y por ello emergen incontenibles las fuerzas del inconsciente transformadas en identidades múltiples que nos conflictuan e impulsan ciegamente (Teodor Reik : Dogma y Compulsión:).
Para la razón crítica, empero, es evidente que el mito es parte integrante de todas las religiones y, por lo tanto, en principio no puede ser desechado sin menoscabo del contenido del credo que profesamos, pero por principio los textos talmúdicos que santifican el mal no pueden ser ignorados sino expuestos, rechazados y combatidos; aunque estas semillas del mal sean celosamente venerados en secreto en la intimidad de la sinagoga y sus frutos malignos alimenten los planes y acciones judío masónicos, judío comunistas y del lobby internacional judío, a fin de someter a cristianos y musulmanes al imperio supremaciíta de Israel, y por consiguiente toda denuncia del complot internacional judío sea considerada comoantisemitismo; aunque concientemente fuera ignorada por estar tipificada como delito cualquier denuncia en contra de los planes supremaciítas de Israel, y los judíos a opinión de nuestro sumo pontífice sean nuestros hermanos mayores en la fe, el inconsciente rechaza enérgicamente esta falacias; aunque traten de esconder el asesinato de Cristo, con la falacia de que pagó con su vida al Dios de Israel (bestia del mal) para rescatarnos del pecado.
El hombre religioso, ciertamente, está hecho a la idea de que en su interior reside Dios o el demonio, y que nuestros pensamientos y actos determinan quien es el huésped, así nuestra intimidad puede se morada del bien o del mal, aunque definitivamente en nuestra interioridad, reina y moldea nuestros impulsos inconscientes nuestro huésped y dueño. ¿Pero cuántos osan todavía, efectiva y verdaderamente, dejar que decida la voluntad de Dios o la de Satanás?, ¿y quién no se vería en serias dificultades para explicar cómo proviene la decisión de Dios mismo, o de Satanás?, en que se transformo nuestro Yo interior. Nadie explica científicamente el satanismo, las histerias colectivas, la plasmación de las imágenes mentales u hologramas piadosos, ni las sanciones milagrosas.
El creyente común —a juzgar por la aceptación acrílica de los dogmas de la fe incongruentes con la razón — se halla bajo la influencia inmediata de una reacción del inconsciente, es decir personificando el niño, el padre o al ello. Por lo común, a esto lo denomina religiosidad, fervor, etc. Mas el ello puede generar también reacciones de otra naturaleza y orden moral, que no pueden explicarse si el creyente aplica a su «conciencia» el criterio moral tradicional, o sea una pauta colectiva, en cuya actitud es alentado enfáticamente por su Iglesia. Esto puede pasar mientras el individuo pueda seguir aferrado a su credo tradicional y las circunstancias no exijan un mayor hincapié en la autonomía individual; pero en cuanto el hombre ha madurado, y se ve forzado a defender su fe, tiene que comenzar por criticar sus creencias y religión, para percatarse de las incongruencias religiosas, pues ya no está sustentado por el inmenso poder de sugestión del consenso general y percibe el peligro que acecha a su Iglesia y el debilitamiento de sus dogmas. Ante esta situación, la Iglesia le recomienda intensificar su fe en los dogmas en razón de que los contenidos de la dimensión espiritual del hombre ya fueron revelados a los patriarcas y profetas de Israel; y por ello es imprudente e innecesario esforzarse en conocer lo que pasa en su interioridad pues esta hecho a imagen y semejanza del Creador. Confiando en la Divina Providencia, que todo resolverá, como si la dadiva divina o donum gratiae estuviese librada al arbitrio del hombre. Pero la fe verdadera no proviene de la Biblia, sino de la espontánea experiencia religiosa que pone el sentimiento enfervorizado en conexión inmediata con su esencia espiritual que identifica con Dios o común-unión con las esencias de todos los seres y las cosas de la creación. Queda, así, planteada la cuestión: ¿tengo experiencia religiosa y relación inmediata con Dios y, en razón de ello, la certeza que me salva, como individuo, de fundirme en la masa inconsciente?
A la cuestión de la experiencia religiosa sólo hay respuesta positiva si el hombre está dispuesto a satisfacer el requisito de riguroso auto examen y auto conocimiento. Si cumple este propósito, que está al alcance de su voluntad, además de descubrir muchas verdades sobre sí mismo ganará una ventaja psicológica: logrará poner seria atención y tomar un vivo interés en sí mismo. Con lo que, en cierto modo, firmará ante sí propio una declaración de la dignidad humana y dará al menos el primer paso hacia la aproximación al fundamento de su conciencia, el inconsciente, que es la fuente de experiencia religiosa que por lo pronto se nos ofrece. Esto no significa en absoluto que el llamado inconsciente sea cuasi idéntico con Dios o tome su lugar; es el medio en el cual, para nosotros, parece originarse la experiencia religiosa. La causa remota de tal experiencia está fuera del alcance de la capacidad cognoscitiva del ser humano. El conocimiento de Dios es un problema trascendental. El hombre religioso tiene una ventaja en lo que respecta a la respuesta al interrogante suspendido sobre el hombre presente: tiene al menos una clara idea de que el fundamento de su existencia subjetiva es la relación con «Dios». Escribo la palabra «Dios» así, entre comillas, para indicar que se trata de una representación antropomorfa, cuya dinámica y simbolismo se dan por conducto de la psiquis inconsciente. Cada cual puede siquiera aproximarse al lugar de origen de tal experiencia, crea o no en Dios. Sin esta aproximación, sólo en muy contados casos sobreviene la conversión milagrosa. La existencia de experiencias religiosas ya no necesita ser probada. Más será siempre dudoso si lo que la metafísica y la teología humanas llaman Dios, o dioses, es efectivamente la raíz de tales experiencias. En rigor, esta pregunta está de más, quedando contestada por la numinosidad subjetivamente sobrecogedora de la experiencia; la persona que la tiene está exaltada, anonadada, y por lo tanto no está en condiciones de hacerse ociosas reflexiones metafísicas o gnoseológicas al respecto. Ante la plena certeza que está en la evidencia de la experiencia, huelgan las pruebas antropomorfas
3) Los condicionantes sociales. La situación individual es fundamentalmente idéntica a la colectiva. La estructura mental esta constituida por un sistema pensante que experimenta, y aprende a reaccionar ante los estímulos en base a la información de experiencias pasadas unidas a los sentimientos y emociones asociadas a lo que se experimentó anteriormente, acotada por los parámetros normativos. La dimensión psicológica condiciona la forma de reaccionar ante los estímulos, activando los procesos somáticos relacionados al estimulo, pero no los determina si la voluntad del hombre está en estado de vigilia; es decir, si la voluntad esta en vigilia, nosotros determinamos la forma de reaccionar ante los estímulos, en cambio, si nos encontramos enajenados o ausentes, los automatismos condicionan la forma de reaccionar ante los estímulos; así aunque el instinto siempre este alerta para preservar la vida, en estados alterados de conciencia o bajo el influjo de narcóticos o del alcohol, puede ser que la paranoia nos lleve a atentar con nuestra propia vida o contra la vida de los que supuestamente nos amenazan, sin darnos cuenta. Por otro lado, los procesos somáticos producen determinadas hormonas que activan incrementan o inhiben la sensibilidad y la velocidad de reaccionar ante los estímulos, además se ha logrado identificar a los cambios vasculares y hormonales que acompañan al placer extremo y los que acompañan a la agresividad, y se ha encontrado que son idénticos; lo cual nos permite inferir que tanto en los humanos como en las bestias la agresividad resulta placentera. Lo sorprendente es que la interacción entre la dimensión biológica y psíquica que se da en los humanos y en las bestias tiene por objeto conocerse experimentando, para poder ser y permanecer.
Individuo significa indivisible, individuo es el continente de todas las potencialidades manifiestas o in manifiestas inherentes a lo humano y lo no humano de nuestra constitución interna y externa, tanto concientes como inconscientes. La inteligencia es una facultad, una potencia, una posibilidad; ya que en un primer momento es inconsciente, y al actualizarse se hace conciente. Para que se actualice, se requiere una interpelación conciente, que haga que el individuo piense bien las cosas que esta sintiendo, diciendo o haciendo. El pensar bien las cosas, tiene que ver con las consecuencias de los propios actos en relación a los demás; de esta manera podemos establecer, que «todo ser humano, es un ser en relación»; pero no se trata de la relación natural entre individuos, sino de la relación conciente. De esta manera el individuo se hace humano, ejercitando «la conciencia y la responsabilidad»; por ello, la conciencia y la responsabilidad, son indivisibles y no pueden desligarse del otro; es decir: el momento en que nos humanizamos, actualizamos nuestra inteligencia, y comenzamos a ser concientes y responsables de los actos y existencia de si mismo, y ser concientes y responsables del otro; por que solamente el ego que tiende hacia algo distinto, puede auto trascenderse a si mismo, así el Yo sale de la subjetividad opaca, hacia la diáfana objetividad. Esto eleva: el activismo social, el altruismo, la empatía, la entereza, la responsabilidad y solidaridad social, y la auto trascendencia, a la cúspide de los valores humanos; ya que el lanzamiento solidario e intencional de si mismo, hacia el otro, humaniza al hombre ejercitando el sentido de unión: (espíritu) generando la auto trascendencia, al actualizar las potencialidades ocultas en el fondo del alma que arrancan los procesos mentales supra conscientes que nos permiten acceder a la dimensión espiritual__ conclusión idéntica a lo expuesto por Cristo en su doctrina; es decir: las conclusiones comparables de la ciencia, son el elemento objetivo de juicio que además de método ofrece la ciencia para ayudarnos a dictaminar con toda certeza «si o no» el fondo de una doctrina, unaideología o una teoría, son idénticos o son cuestiones diferentes, además la coincidencia en las conclusiones, nos aseguran que las tesis o esperanza en las que se basan las doctrinas, ideología, y teoría son correctas y ciertas. Para la ciencia las virtudes de bondad, humildad, mansedumbre y misericordia, junto con la sabiduría son pre-requisitos para acercarse al otro; ya que es dificilísimo ejercitar el altruismo, si antes no se ha disuelto el egocentrismo __y por lo consiguiente para la ciencia (Existencialismo: Filosofía, Logoterápia: Psicología, Altruismo: Sociobióloga), la prescripción de Cristo a sus seguidores del ejercicio intensivo del sentido de unión practicando el amor misericordioso, para disolver el egocentrismo y así alcanzar el reino de Dios en la tierra, es correcta y cierta como lo comprobó la transformación protagonizada por los apóstoles, y lo han comprobado las transformaciones de la personalidad que han sido inducidas en los individuos que han seguido las indicaciones y las terapias prescritas por los especialistas para fortalecer los rasgos ideales y disolver los rasgos indeseables, practicas que son la base de la educación de la sociedad moderna que asegura la convivencia pacífica y civilizada entre los individuos, los pueblos y las naciones. Así como el perfil de humanidad perfecta, expuestas en las características y potencialidades del espíritu reflejas en la bondad plena, la empatía y sabiduría Cristo, que tenían como resultado la sanación súbita de los males y el sufrimiento observados en los dolientes que le fueron presentados, son para la ciencia, prueba de la plena trascendencia humana de Cristo, característica de un embajador del Reino de la común unión o mundo del espíritu.
Para las ciencias sociales, es preciso describir al hombre como unidad estadística; de lo contrario, nada general podría enunciarse acerca de él. Para tal fin hay que considerarlo cómo una unidad comparable; lo cual da origen a una antropología, psicología y sociología de validez general, que describen un hombre medio, abstracto, carente de rasgos individuales. Sin embargo, precisamente estos últimos son de capital importancia para la comprensión del individuo. Téngase presente, de un lado, que para el juicio científico el individuo no es sino una unidad que se repite infinidad de veces y por lo tanto podría lo mismo designarse en forma abstracta con una letra, y del otro, que para la comprensión es precisamente el individuo único el objeto primordial, el único objeto real, de la investigación, al margen de todas las leyes y regularidades en que se concentra el interés de la ciencia. Esta contradicción será un problema sobre todo para el terapeuta, quien de un lado está equipado con las verdades de orden estadístico de su formación científica, y del otro, afronta la tarea de tratar a un enfermo que, particularmente en caso de algún mal psíquico, requiere comprensión individual. Cuanto más el tratamiento se ajuste a un esquema general, en tanto mayor grado provocará resistencias justificadas de parte del enfermo y conspirará contra su curación. Es así que el psicoterapista se ve obligado a tomar en cuenta la individualidad del paciente como hecho esencial y de ajustar a ella su método de tratamiento. En el campo de la medicina está hoy generalizado el concepto de que la tarea del médico consiste en tratar al hombre enfermo, y no una enfermedad abstracta que cualquiera puede padecer.
Es innegable que el concepto «comunidad» es un recurso indispensable para la organización de masas y, por lo tanto, una espada de dos filos. Cuando el individuo se convierte en hombre-masa, pasando a ser una unidad social de tantas, y el Estado se erige en principio supremo, como lógica consecuencia también la función religiosa del hombre es arrastrada a esta vorágine. La religión, en cuanto cuidadosa observación y consideración de ciertos factores invisibles e incontrolables, es una actitud instintiva privativa del hombre, cuyas manifestaciones se comprueban a través de toda la historia del espíritu humano. Atiende ella evidentemente a la finalidad de mantener el equilibrio psíquico, pues el hombre natural sabe de manera natural que su función consciente en cualquier momento puede ser interferida por factores incontrolables, tanto de fuera como de dentro. Por eso, desde siempre él se ha preocupado por salvaguardar sus resoluciones mayormente importantes por medidas adecuadas de índole religiosa. Se sacrifica a las potencias invisibles, se pronuncian fórmulas mágicas y se ejecutan otros actos rituales. Es evidente que el individuo esta condicionado por el ambiente familiar, social, y las ideas prevalecientes; lo que nos interesa es saber «si o no» estos parámetros son determinantes de la deshumanización reinante; o es la voluntad del individuo la que decide acatar sin chistar lo establecido, o decide propiciar el cambio de las ideas prevalecientes que inducen transformaciones no deseables en los individuos y la sociedad.
La diferencia de peso entre la educación tecnócrata y utilitarista –VS- la educación humanista, el trabajo social y el altruismo obligatorio, generada por la lucha entre: tecnocracia supremacista alimentada por la religión chatarra-VS- la espiritualidad; inclinan el futuro del hombre hacia la bestialidad o la supra humanidad; por ello, Buda luchó por suprimir la división de castas impuestas por estratos los privilegiados, y Cristo enseñó: «bien aventurados los que luchan por la paz y la justicia, a pesar de ser perseguidos por ello» (versión del redactor), directriz cuya secularización dio origen a la teología de la liberación que formularon los modernistas equiparando el comunismo al cristianismo fomentando la revolución y la lucha armada contra las democracias para implantar la tiranía del proletariado acriticamente; es decir que no comprobaron los ideales marxistas objetivamente, si en el Estado soviético imperaba la tiranía del proletariado o se tiranizaba al pueblo; la afiliación acrítica al comunismo demuestra que no solo la religión sino también la propaganda y los eslogan políticos que falsifican la realidad idealizando paraísos que no existen, enajenan a sus seguidores; lo cual confirma la tesis de Erasmo de Rótterdam expuesta en el Elogio a la Locura, confirmando que la estulticia reina aún entre los intelectuales ateos de izquierda que no creen en la común unión o mundo del espíritu.
Tanto el Estado totalitario como el democrático subrayan enfáticamente la idea de comunidad, como un recurso indispensable para la organización de masas y, por lo tanto, de amoldamiento. El ideal de comunidad pasa por alto lo fundamental, la individualidad, así es como el promedio intelectual y moral de los individuos agrupados en ella, que sirve de norma alplan nacional educativo, es fabrica de individuos mediocres que aceptan someterse acríticamente a las disposiciones e imposiciones de sus representantes, o es fabrica de asociales, inadaptados, psicópatas, resentidos, subversivos que delinquen o se revelan en contra del Sistema debido a que los mutilaron intelectualmente. Por lo general, los mutilados por el sistema son evidencia de la enajenación generalizada que cercena las mentes de los jóvenes que tienen un coeficiente intelectual más alto que el promedio que sirvió como norma de su educación; así es como los mediocres ocupan posiciones destacadas en el gobierno, la política, las empresas y la sociedad, que convierten sus feudos y ámbitos laborales en corte de aduladores que no resuelven las problemáticas que les encomiendan pues solo saben agacharse ante los poderosos y menospreciar a sus subordinados y a sus rivales, son los que se adaptan mejor al sistema mediocre ideado para ellos. Es así como el consenso solo es efecto de la imitación, persuasión o sugestión colectiva, no un acto de conciencia. Tal acto solo puede provenir de la información, entendimiento y comprensión de los asuntos, pero no de bautismos colectivos, ya sean de carácter político o religioso, que no tocan a la interioridad del individuo y las cuestiones medulares. La superficialidad y la manipulación de las masas se consigue con la desinformación y la propaganda tendenciosa masiva a través de los medios que utilizan comunicadores sin escrúpulos, efecto evidente en el populismo y la demagogia que utilizan los políticos de nuestro tiempo manipulando encuestas para falsear logros y meritos, utilizando slogan en las campañas con promesas que nunca cumplen, parodiando las campañas mercado-lógicas de los publicistas que inventan cualidades a los productos que anuncian para promover el consumismo. La propaganda intensa, la superficialidad y la manipulación de los creyentes, también esta presente en el lenguaje mojigato del discurso religioso que habla de cristianismo y de valores espirituales, y lo que promueve es el judaísmo y los convencionalismos sagrados para Israel.
4) Los condicionamientos históricos: En nuestra época, pese al auge de irreligiosidad y a la enajenación reinante, no puede pasar por desapercibida la conquista judía de los pueblos cristianos efectuada por los propios cristianos convertidos en traidores colaboracionistas que ayudan a que el imperialismo supremaciíta judío, constituya la figura central del credo cristiano. De esta manera, el pueblo judío prácticamente ha llegado a ser el dios y dueño de los pueblos cristianos, y sigue ordenando el sometimiento o exterminio de todos los pueblos gentiles cristianos y musulmanes, por boca de sacerdotes, pastores y rabinos, que Biblia en mano, día y noche, utilizando la palabrería religiosa desde el púlpito, los medios o lared, reclutan a millones de tontos útiles para promover la superchería y enajenación individual y colectiva en todos los foros, las escuelas, los hogares, los hospitales, centros recreativos o penitenciarios, de puerta en puerta, en la vía pública y el transporte colectivo, imponiendo el pensamiento único de Israel aunque ya no conozcamos al cristianismo más que de oídas. Al mismo tiempo que promueven la discordia entre las Iglesias y entre las mezquitas, promueven la guerra fraticida civil o religiosa en la sociedad cristiana o musulmana, o nos convierten en mercenarios gratuitos de los Judíos para ayudarlos a despojar, someter y exterminar a los pueblos cristianos y musulmanes que no se dejan someter pacíficamente. De esta manera, la superchería teológica en que se basa la fe chatarra (judeo-cristianismo) y la palabrería mojigata de sus: catequistas, sacerdotes, pastores y rabinos, no solo los convierte en los mayores enemigos de Cristo, la Iglesia, el Estado y la sociedad cristiana al promoverle supremacismo imperial judío, sino del espíritu individual y colectivo al promover la inestabilidad emocional, la enajenación y la paranoia. La palabrería religiosa de los apóstoles de la fe chatarra judeo-cristiana, junto con la demagogia de políticos vende patrias sin escrúpulos, embaucan a los ciudadanos y fieles; de esta manera la mentira adquiere proporciones gigantescas, y sin que nadie se oponga ni diga nada, se llevan a cabo maniobras y contubernios para hacer de Israel la principal de las naciones. De esta manera, el cristianismo que originariamente fue mensaje de unidad o común-unión de todos los hombres, pueblos, naciones, culturas, ideologías y religiones, convertido en judeo-cristianismo se ha tornado en fuente de de discordia, corrupción y desintegración social y moral, no solo de personas, familias, pueblos, naciones, sino de los entes supra-nacionales como la democracia, la Comunidad Económica Europea, la ONU y los organismo internacionales dominados por diplomáticos judíos.
5) La nefasta separación de la fe y la razón
La alienación de los pueblos cristianos ha crecido a expensas de la separación entre la fe y la razón impidiendo a la sabiduría interna emerger para suplir las limitaciones de los sentidos y la mente al enfrentar los peligros de la selva de asfalto, reduciendo la propia iniciativa a lo establecido y al pensamiento único promovido por las organizaciones religiosas tendenciosas y los prestadores de servicios educativos dedicados a proveer inteligencia servil carente de compromiso social y patriotismo a las trasnacionales patrocinados por el Consejo de Comercio de Servicios de la OCDE para abrir fronteras, abolir restricciones normativas y privilegiar a los mercaderes de la educación elitista exentándolos de cargas impositivas sin importar que opriman a los familiares con altísimas colegiaturas, ni lo cuantioso de sus ingresos mercantiles y exageradas utilidades que obtienen al comercializar el know how como mercancía de lujo al alcance exclusivo de la elite que puede pagarla, quitando recursos públicos a la educación gratuita que imparte el Estado como instrumento de redención y progreso de las mayorías oprimidas, e imponiendo restricciones al ingreso a los cuadros directivos de las trasnacionales a los profesionistas educados por el Estado.
En la actualidad nuestros jóvenes pervertidos y enajenados por el Libro de Israel, no solo han dejado de lado las cuestiones existenciales, las enseñanzas filosóficas y los valores universales contenidos en los clásicos griegos y latinos, sino las abordadas desde la ilustración hasta las teorías humanistas contemporáneas y modernas; lo cual ha conducido a la gran mayoría de la población, a interesarse solo por lo material y lo trivial; y aparte de la Biblia solo leen y ven los tabloides amarillistas o deportivos, las comedias, los pasquines, los filmes y vodeviles cómico pornográficos pueriles, propios para retrasados mentales, que son semilleros de lesbianas, pedófilos, prostitutas, y proxenetas. Y a causa de ello, nuestros jóvenes pervertidos y enajenados por el Libro de Israel, son arrastrados, condicionados e indoctrinados desde que nacen hasta que mueren por sus padres, maestros y sociedad, atrofiando su sentido común, creatividad y propia iniciativa, y no actúan si no son arrastrados o arriados. Y por lo mismo, la cultura, las ideas, los valores, el vocabulario y la educación de la gran mayoría es paupérrimo, muy rezagado respecto al de nuestros ancestros ibéricos; lo cual, es la causa de actualmente desde el río Bravo hasta la Patagonia los latinoamericanos seamos un pueblo carente de civismo, moralidad y espiritualidad, porque antes fundar ciudades los pueblos nómadas que llevan sus crios pegados al pecho los educaban en entera libertad y en comunión con su entorno, a fin de que suplieran con la sabiduría interna o gran espíritu sus propias carencias y limitaciones para poder sobre-vivir en las soledades del alta montaña, los bosques, las estepas, las selvas desarrollando su propia iniciativa y creatividad; lo cual los hacia más creativos, felices y seguros, no psicópatas desequilibrados producto del jaloneo, como nuestros jóvenes cristianos que solo avanzan si son empujados por que están enajenados con el libro de Israel.

La inefabilidad es un rasgo característico del éxtasis místico. El psicólogo Abraham Maslow describió una categoría de experiencias místicas caracterizadas por la disolución de las fronteras personales y la sensación de ser uno con otras personas, con la naturaleza, con todo el universo y con Dios; acuñó para ellas el término «experiencias cumbre». Maslow demostró sin lugar a dudas que las experiencias cumbre ocurren en personas normales y bien adaptadas. También observó que si se les permite completarse natural mente es común que resulten en un mejor funcionamiento en el mundo y que conduzcan a lo que él llama «la autorrealización»: una mayor capacidad para expresar el propio potencial creativo. Unindividuo que vive una experiencia cumbre tiene la sensación de sobreponerse a la fragmentación y división cuerpo/mente, y alcanza un estado de unidad y completud interna total que usualmente resulta muy curativo y benéfico. Trasciende también la distinción normal entre sujeto y objeto, y vive un estado extático de unión con la humanidad, la naturaleza, el cosmos y Dios. Está asociado a una fuerte alegría, felicidad, serenidad y paz. Las personas que experimentan el éxtasis místico tienen la sensación de dejar la realidad ordinaria, en donde el espacio es tridimensional y el tiempo lineal para entrar en una zona mítica y sin tiempo donde ya no caben esas categorías.
En este estadío, la eternidad e infinitud pueden experimentarse en segundos del tiempo del reloj. Otra cualidad vivencial de la conciencia de la unidad es el sentido de numinosidad, un término que C. G. Jung utilizaba para describir un profundo sentido de lo sagrado que está asociado a ciertos procesos profundos de la psiquis. La experiencia de lo numinoso nada tiene que ver con creencias religiosas previas: es una percepción directa e inmediata del mundo espiritual. Es usual tener una comprensión instantánea del mundo espiritual, como los Upanishads lo exponen: «conocer Eso, el conocimiento que brinda el conocimiento de todo lo demás». Aunque las descripciones de estas experiencias están llenas de afirmaciones paradojales que violan las reglas básicas de la lógica, es posible referirse al éxtasis místico diciendo que es como estar vacío de contenidos pero contenerlo todo. Ya que no presenta nada concreto, nada parece faltar, porque contiene a toda la existencia en potencia. La persona que lo describa hablará de una completa ausencia del ego y dirá que su sentido deidentidad estaba tan infinitamente expandido que contenía al universo entero. Durante una experiencia mística tal vez se sienta que se accede al más alto conocimiento y sabiduría en cuestiones espirituales importantísimas. Este conocimiento de la verdadera naturaleza de la existencia se percibe en última instancia como mucho más real e importante que todas las teorías científicas o percepciones y conceptos de la vida cotidiana. Es un intercambio de cortesías entre el alma y Dios; como los yogis claman en el Brihad-Arankaya Upanishad: De lo irreal llevadme a lo real. De la oscuridad a la luz. De la muerte a la inmortalidad.
Mucha gente que experimenta estas dimensiones interiores las reconoce corno parte de la esencia expansiva e ilimitada de cada ser humano, que queda en la sombra a causa de los problemas y preocupaciones cotidianas. Por su claridad y vividez, los estadíos trascendentales con frecuencia se perciben como más reales que la realidad «común»; la gente suele comparar el descubrimiento de estas regiones con el despertar luego de un sueño, el corrimiento de velos opacos o la apertura de las puertas de la percepción. En ocasiones se adquieren nuevas ideas y un conocimiento complejo de los procesos vitales de fuentes que se encuentran en el interior de la persona a las que normalmente no se accede. Así como uno puede encontrarse en la zona desolada de la muerte del ego durante la noche oscura del alma, también puede encontrarse con un tipo de muerte del ego positiva en las regiones trascendentales. Aquí, las fronteras personales se disuelven temporalmente, y uno puede sentir la unión con el mundo exterior o el cosmos. Uno de los tipos más positivos de desintegración es aquel en el que uno se pierde en lo Divino inmanente, que se revela en lo que nos rodea. Quizás se sienta que la definición de individualidad se desvanece al fundirse con el mundo conocido de personas, árboles, animales o elementos inorgánicos. Durante otra forma que toma esta experiencia, es común sentirse unido a reinos divinos que trascienden la realidad de todos los días. Encontrarse con lo Divino en el curso de una emergencia espiritual es sumamente curativo. Al llegar a estos estados, uno siente emociones positivas tales como el éxtasis, el arrobamiento, el gozo, la gratitud, el amor y la dicha, que alivian o disuelven con rapidez estados negativos como la depresión y la ira. Sentirse dentro de una red cósmica que todo lo abarca le da a una persona que tiene problemas con su autoestima una imagen de sí expandida y fresca. Quienes tienen estas experiencias en su proceso suelen sentirse afortunados; desarrollan una visión optimista de las cosas que los acompaña en futuros desafíos. Sienten que aunque las cosas se pongan difíciles, al menos tienen una idea de adónde se dirigen. Es como vislumbrar la cumbre de la montaña: aunque se tenga que volver a la base para escalarla, se sabe que hay una recompensa que espera al final del viaje. Esto es preferible a pasarse meses atravesando emociones y sensaciones difíciles sin tener idea de cuál es la meta. Las experiencias positivas no necesariamente se dan como premio al final de una búsqueda difícil. Mucha gente descubre que debe limpiar problemas personales o bloqueos emocionales antes de que se abran estas zonas; pero otras personas se conectan espontáneamente con zonas trascendentales interiores a pesar de no haber trabajado duramente en los aspectos difíciles.
A pesar de las cualidades en general benévolas de los estados positivos, hay dos puntos en donde pueden surgir problemas cuando una persona tiene una experiencia mística: el conflicto de aceptar o manejar las regiones trascendentales y el dolor que causan las experiencias. Mucha gente no se siente preparada para el alcance de las regiones de lo sagrado. Estas son realidades y estadíos de la mente desconocidos. Permitirles la entrada en la propia conciencia suele significar suspender los conceptos conocidos de lo que es real. Tales personas pueden sentir también que no son lo suficientemente fuertes para soportar el profundo impacto de las manifestaciones sensoriales y físicas de las experiencias místicas y que no están lo suficientemente abiertas como para manejar su poder. La enorme carga, emocional, mental y espiritual resultará avasalladora, y retroceder será una reacción natural. Una respuesta similar puede darse durante una poderosa experiencia de luminosidad. Si bien el sufrimiento que se da en un encuentro místico puede sentirse como destructivo y violento al principio, con el tiempo la gente lo reconoce como el dolor de la apertura y del crecimiento espiritual. Quizás hasta lleguen a darle la bienvenida como un signo de su conexión con lo Divino, tal como lo describe Santa Teresa de Ávila: El dolor era tan agudo que me hacía emitir quejidos, pero el deleite de este enorme dolor es tan arrasador que a uno le es imposible desear que se vaya, ni ya nada satisface al alma más que Dios. Es un dolor espiritual, no físico, aunque el cuerpo torna parte de él, hasta una parte considerable: «En ese estado luminoso, se siente uno completamente libre, sin límites, rodeado y lleno de una luz brillante, inundado por una profunda paz. Cuando se comienza a volver al mundo ordinario, se siente que nuestro ser expandido se constriñe de vuelta en nuestro ser físico de todos los días. Se siente que nuestro cuerpo físico es una trampa de acero, que encarcela todas nuestras posibilidades. Comprendemos que el drama y el sufrimiento de la vida cotidiana nos comienza a penetrar, y lloramos ansiando volver a la libertad que hemos descubierto.»
Realmente, algunas personas en esta situación desearán quedarse en un estado agradable de expansión, excluyendo sus responsabilidades diarias, o querrán repetir la experiencia con tal intensidad que se cerrarán a las otras etapas de su viaje espiritual, si bien no tan hermosas o extraordinarias, igualmente importantes. Como consecuencia, dejarán de cooperar con su posterior desarrollo, al resistirse y aun dejar todo lo que no sea tan placentero como un estado místico. Así podemos inferir que el proceso de morir puede estar relacionado con un viaje interno extraordinario a las regiones transpersonales de la psique. Aunque hay variaciones de persona en persona, las experiencias de la gente que estuvo muy cerca de la muerte parecen seguir un patrón general. La vida entera hasta ese punto se puede ver pasar ante nuestros ojos como una película increíblemente condensada y vívida en cuestión de segundos. La conciencia es capaz de separarse del cuerpo y moverse con gran independencia y libertad. En algunas ocasiones flota sobre la escena del accidente y observa con curiosidad y un desapego entretenido, y en otras viaja a lugares muy distantes. Mucha gente experimenta el paso por un túnel o embudo oscuro hacia una fuente de luz cuya radiancia y brillo están más allá de la imaginación humana. Esta luz es de una belleza exquisita y sobrenatural y está dotada de características personales definidas. Irradia unamor infinito que todo lo abraza, el perdón y la aceptación. Raymon Moody utiliza el término Ser de Luz para describir la naturaleza de esta experiencia; mucha gente se refiere a ella explícitamente como Dios. Este encuentro es un intercambio personal e íntimo que entraña profundas lecciones sobre la vida y las leyes universales; se provee así un contexto en el que es posible observar la propia vida que ha pasado y evaluarla de acuerdo a estos patrones cósmicos. A la luz de esta nueva información, uno toma la decisión de volver o no a la realidad ordinaria. La gente que ha tenido esta experiencia y ha vuelto a la vida generalmente lo ha hecho con una profunda de terminación de vivir en una forma congruente con las vivencias que ha experimentado.
Las experiencias cercanas a la muerte pueden resultar, entonces, poderosos catalizadores del despertar espiritual y de la evolución de la con ciencia. Un encuentro con esta fuente transpersonal bajo la forma de este Ser de Luz produce profundos cambios en la personalidad, un aumento en la autoestima y la confianza en uno mismo, y un menor interés en el status, el poder y los bienes materiales. Se asocian a menudo una alta apreciación de la naturaleza y la vida, una gran preocupación por lo ecológico y un acrecentamiento del amor por el resto de los seres humanos. Sin embargo, la consecuencia más notoria es el surgimiento de una espiritualidad de cualidad universal, ya que trasciende los intereses separatistas del sectarismo religioso y se asemeja a lo mejor de las tradiciones místicas y las grandes filosofías espirituales de Oriente, en lo que hace a su cualidad abarcadora y a la trascendencia de las fronteras comunes. Las experiencias de este tipo les ocurren a un tercio de las personas que corren el peligro de perder la vida. Se dan independientemente del sexo, edad, inteligencia, nivel de educación, creencias religiosas, afiliación a una religión u otras características similares. Tampoco parece importar si hay daño biológico o no; muchas veces, sólo el estar expuesto a una situación en la que uno podría perder la vida es suficiente. La razón por la cual este tipo de vivencia frecuentemente produce una emergencia espiritual, es porque implica un cambio abrupto y un vuelco profundo en la experiencia de la realidad en personas que no están preparadas. Experiencia significativa que permite a los pacientes curar el cuerpo curando la mente librándose milagrosamente de enfermedades terminales, traumas, paranoia, disfunciones psicosomáticas crónicas y su sintomatología, como ataques de pánico y fobias especificas, adicciones perniciosas, ataques neuróticos, conductas antisociales y relaciones destructivas, migrañas, etc. Fenómeno documentado por prestigiados médicos: Brian Weiss: Muchas vidas, muchos Maestros, Cristin & Stanilav Grov: La Tormentosa Búsqueda del Ser. Kenneth Ring: Vida y Muerte, Melvin Morse:Acercándose a la Luz; Raymon Moddy: Vida después de la Vida, y otros reseñados en Journal of Critical Care Medicine; es decir que podemos aprovechar los estados alterados de la mente, que nos permiten acceder a los recuerdos meta conscientes, experimentar el Yo virtual, desdoblamiento o cuerpo eterico para traspasar las fronteras físicas peligrosas o inaccesibles (vg. interior de un reactor nuclear, un planeta distante; lo cual, ya lo logró la ciencia).
Un tipo de fenómeno transpersonal merece una especial atención, dada su importancia práctica y el papel clave que ha tenido en las religiones de muchas culturas son las vivencias y recuerdos de vidas pasadas, o experiencias kármicas (Stanislav Grof Stanislav Grof: The Adventure of Self Discovery). Son una de las manifestaciones más vívidas y dramáticas de los estados alterados de conciencia. Consisten en secuencias de vivencias que ocurren en otros períodos históricos y/u otros países. A menudo se trata de acontecimientos de una fuerte emoción y que retratan con sorprendente detalle a sus protagonistas, sus escenarios y sus circunstancias históricas. Una característica importante de las experiencias kármicas es la convicción de que estos acontecimientos son recuerdos personales de una vida anterior. Experiencias de es te tipo han sido las que inspiraron los conceptos de renacimiento y de la ley del karma en la India. De acuerdo con estas enseñanzas, nuestra existencia no se limita a una vida sino que consiste en una larga cadena de re-encarnaciones sucesivas. En general no se recuerdan las reencarnaciones previas, excepto en ocasiones especiales en las que recuerdos aislados de acontecimientos importantes de nuestras vidas pasadas emergen a nuestra conciencia. Sin embargo, somos responsables de nuestros actos en todas ellas: por los efectos inexorables de la ley del karma, nuestra vida actual se forma de acuerdo a los méritos y deudas de las precedentes y, a su vez, nuestras acciones actuales influyen en nuestras futuras reencarnaciones. Ya sea que consideremos a estas experiencias como evidencia en favor de la reencarnación o no, son fenómenos psicológicos importantes, con un potencial curativo de transformación muy grande confirmado en reiteradas ocasiones por psicoterapeutas e investigadores de la conciencia que estudian estados alterados. Cuando el contenido de la experiencia kármica termina de hacerse consciente, es capaz de explicar muchos aspectos de otra manera incomprensibles de la vida cotidiana de una persona. Dificultades para relacionarse con ciertas personas, miedos inexplicables, de sagrados y atracciones particulares, así como oscuros problemas emocionales y psicosomáticos parecen adquirir sentido como cargas kármicas de una vida anterior, y suelen desaparecer cuando la experiencia se completa. Se han observado repetidamente el alivio o la total eliminación de graves dolores psicosomáticos, depresiones, fobias, asma psicogénica, jaquecas y otros problemas que anteriormente resistían a una variedad de tratamientos convencionales, luego de que una persona ha revivido una «vida anterior».
Los recuerdos de vidas pasadas también pueden convertirse en una fuente de considerables problemas. Cuando están cerca de lo consciente, pero no lo suficiente como para manifestarse por completo, suelen tener un profundo impacto en la psique y causar dificultades emocionales y físicas serias. La persona en cuestión experimentará, en diferentes partes del cuerpo, sensaciones raras que no tienen una base en la realidad cotidiana. Puede notar temores infundados hacia cierta gente, lugares, o, por el contrario, irresistibles atracciones. Se puede llegar a sentir dolores agudos en el cuerpo o sensaciones de ahogo para las que no hay causa médica, y la imagen de una cara, un lugar o un objeto desconocidos emergerá recurrentemente a la conciencia. Todos estos elementos son partes significativas de un patrón kármico que no ha salido a la superficie por completo, y que, experimentadas fuera de contexto, parecerán incomprensibles y completamente irracionales. Se pueden dar otros problemas cuando una experiencia kármica fuerte empieza a emerger a la conciencia en medio de la vida cotidiana y perturba profundamente su funcionamiento normal. Quizás se sienta el impulso de llevar a cabo ciertos papeles del drama kármico a fondo, antes de que se hagan conscientes por completo, sean comprendidos y «completados». La vivencia completa de una fuerte experiencia kármica no significa el fin de los problemas. Aun cuando el proceso interno llegue a su fin y se hayan aceptado sus implicancias, existe la posibilidad de que algunas Personas se encuentren ante un desafío adicional. Han experimentado profundas e importantes realidades extrañas a nuestra cultura y tienen la tarea de reconciliarlas con la visión del mundo tradicional de la civilización occidental.
Muchas tradiciones espirituales y escuelas místicas describen el surgimiento de varias habilidades paranormales como un estadio natural pero potencialmente peligroso en el desarrollo de la conciencia (Robert Monroe: Journeys Out of the Body). La fascinación y la obsesión con los fenómenos psíquicos son consideradas como trampas peligrosas para el ego del buscador, y una distracción desafortunada de las metas espirituales genuinas. En los estadios más avanzados que le siguen a sobreponerse a este obstáculo, un aumento de la intuición y las habilidades psíquicas tal vez se conviertan en una parte integral de la vida. En ese momento, ya están integradas a la nueva cosmovisión mística y no presentan problemas. Por lo tanto, no debe sorprendernos que un aumento considerable en la capacidad intuitiva y en los sucesos de tipo paranormal suelan resultar concomitantes a varios tipos de emergencia espiritual. Prácticamente cualquier tipo de experiencia transpersonal puede, bajo ciertas circunstancias, proveer de sorprendente información, que seguramente el individuo no podría haber adquirido de forma convencional y que parece poseer un origen paranormal. Además de esto, muchas personas en crisis de transformación cuentan acerca de instancias específicas de percepción extrasensorial, como la visión de lugares remotos, la precognición, la telepatía y otros fenómenos paranormales. Sin embargo, en ocasiones la cantidad de información de fuentes no ordinarias se vuelve tan arrolladora y confunde tanto que se convierte en un problema. Las formas más extremas y dramáticas de manifestación de la apertura psíquica son las experiencias extracorporales. Como veremos más adelante, tales estados son especialmente frecuentes en situaciones de cercanía con la muerte, donde su autenticidad ha sido confirmada por muchos estudios clínicos sistemáticos.
Otro fenómeno extrasensorial que a menudo se da en las personas que experimentan una dramática apertura psíquica es la capacidad de sintonizar tan profundamente con los estados internos de otros de tal manera que se siente en carne propia las problemáticas intensas y las crisis por las que atraviesa el Yo anfitrión sin que nada quede oculto, con lo que se puede inferir cual puede ser la posible solución de sus problemas. Las percepciones del gran empático resultarán llamativamente exactas y puede que inclusive toquen puntos ciegos de la conciencia del paciente o recuerdos traumaticos que el paciente trata de ocultar, y con amor y ternura infundir al paciente el valor necesario para hacerlos concientes y enfrentarlos. Los grandes empáticos, los canalizadores y los curadores espirituales son capaces de entrar en tales estados a voluntad y utilizarlos para adquirir un conocimiento sobre los problemas de otras personas, diagnosticar y curar varias enfermedades. Pero quienes no están preparados son tomados por sorpresa cuando estos fenómenos ocurren de manera súbita y sin haberlos buscado__En otros casos, las personas que atraviesan una emergencia espiritual tienen varias formas y grados de percepción del futuro. A veces se ven acontecimientos que están prontos a ocurrir; otras, se trata de lo que ocurrirá en un futuro remoto. Puede que también sepan lo que está ocurriendo en otros lugares del mundo, en particular si se trata de sitios donde hay seres queridos__ Otra experiencia que suele provocar serios problemas es la pérdida ocasional de la propia identidad y la identificación canalizadora con otras personas, transferencia de identidades o posesión. Tal ves asuman la imagen corporal de la persona anfitriona, sus posturas, sus gestos, la expresión de su cara, pero sus recuerdos, sus emociones y hasta sus procesos de pensamiento pertenecen al huésped. Es probable que emerjan alternadamente el anfitrión y el huésped, ocasionando estados de amnesia total y perplejidad al recordar personas, lugares y acontecimientos que no corresponden a la realidad externa del anfitrión sino al huésped, en esas circunstancias la pérdida del control y de la personalidad que traen aparejados, es terrible. A menudo esta gente cuenta que unas veces sus vidas están llenas de extraordinarias coincidencias que conectan los elementos de su realidad interna, como recuerdos, sueños y visiones, con acontecimientos de la vida cotidiana, pero otros son totalmente incompatibles la realidad externa con lo interno.
El primero en reconocer esta fenomenología fue C. G. Jung, quien lo llamó fenómeno de sincronicidad y asincronicidad. Y lo definió como un principio a causal de conexión y desconexión con la realidad, que explica coincidencias significativas que relacionan a individuos y a situaciones distantes en el tiempo o en el espacio. Un cuadro de conexión y desconexión acompaña a varias formas de emergencia espiritual, pero ésta parece ser especialmente común en las crisis de apertura psíquica. La psiquiatría convencional insiste en explicaciones estrictamente causales, y aún no ha aceptado el fenómeno de transferencia o posesión. Los psiquíatras a menudo desestiman cualquier alusión a coincidencias significativas como una percepción distorsionada y una mala interpretación de los hechos a causa de un proceso patológico. El término técnico utilizado en este contexto es «la ilusión de la referencia», lo que significa que la persona ve conexiones allí donde no las hay, o no ve conexiones donde la hay. La investigación transpersonal ha demostrado que, en el proceso de la apertura espiritual, es muy común experimentar sincronías y asincronías genuinas en el sentido que Jung les daba. Todos aquellos que tienen acceso a los hechos (tanto sobre las experiencias internas como sobre los hechos correspondientes en el mundo externo) reconocen la naturaleza extraordinaria de estas situaciones. Las conexiones son muy específicas, profundamente significativas. Considerando todo esto, es altamente improbable que tales coincidencias puedan entenderse en términos causales o sean únicamente producto del azar. En la actualidad, el concepto de conexión y desconexión con la realidad, no está limitado a la psicología. Muchos científicos de avanzada, incluso los físicos que estudian el quantum y la relatividad, han abrazado el principio de la dualidad alternativa entre la partícula y la onda como una importante relación causal entre materia y energía que interactúa con el tiempo el entorno y el espacio.
En estados alterados de conciencia, es posible asumir roles diferentes de acuerdo con las distintas entidades y situaciones que se encuentren en el mundo interno. Se puede ser un observador desvinculado, participar activamente en las secuencias o identificarse directamente con varios elementos de la «estenografía». Sin embargo, a veces se entra en contacto con una entidad que aparentemente está separada y es independiente de los propios procesos internos. Esta entidad brinda una relación personal y continua, ya que juega el rol de guía, protector o fuente superior de información. En la literatura sobre fenómenos paranormales, a tales figuras se las llama guías espirituales. En algunos casos, el sujeto es capaz de reconocer la naturaleza de es tos seres; en otros, los guías espirituales se presentan a sí mismos y explican de dónde vienen y cuál es su misión. Con frecuencia parecen ser seres descarnados, entidades sobrehumanas o deidades que habitan en planos más altos de conciencia y poseen una sabiduría extraordinaria. En ocasiones se parecen a los seres humanos, pero en otras se ven como fuentes de una luz radiante. También hay casos en los que no aparecen con una forma detectable, pero se siente su presencia. Se comunican con sus protegidos de forma directa a través del pensamiento u otros medios extrasensoriales. Ocasionalmente, tienen voz humana y envían mensajes verbales. Un ejemplo especial de las experiencias de este tipo es la canalización («channeling»). Fenómeno por el cual una persona se convierte en el medio, el canal por el cual los mensajes de una fuente supuestamente fuera de su conciencia individual se transmiten hablando en trance, por escritura automática o transmisión telepática (Sanchez Perez: Engrammes of the Universe). La calidaddel material que se transmite varía, y la cuestión de cuál es en última instancia el origen de la información ha dado pie a muchas especulaciones y conjeturas. Como ejemplo de mensajes muy incoherentes son: Los Evangelios Gnósticos, El Libro de Mormón,. Y ejemplo de mensajes algo incoherentes El Curso de los Milagros, etc. No obstante, la canalización puede ser una experiencia curativa y transformadora para el que la recibe, y la información transmitida por este medio con frecuencia ha sido valiosa para otros como una guía para el crecimiento personal y la evolución de la conciencia. Como ejemplo de mensajes valiosos es Luz en el Camino. La canalización ha jugado un papel importante en la historia de la humanidad. Entre las enseñanzas transmitidas por este medio se cuentan muchos textos de enorme influencia cultural, como los antiguos Vedas de la India. Muchos pasajes en el texto sagrado del Zoroastrismo, el Zend-Avesta y en la Biblia se originaron por experiencias de este tipo.
Entre las fuentes importantes de canalización del siglo XX existe una entidad que se llamó a sí misma «El Tibetano»; tanto Alice Bailey como Madame Blavatsky lo reconocieron como la fuente de sus escritos espirituales. El psiquiatra italiano Roberto Assagioli le acreditaba a la misma entidad la real autoría del sistema psicológico llamado psicosíntesis. Durante su vida, C. G. Jung tuvo varias experiencias transpersonales. La más importante se produjo cuando «recibió» su famoso texto Siete sermones para los muertos; Sus experiencias con esta entidad lo convencieron de que distintos aspectos de la psíque pueden asumir funciones completamente autónomas. Jane Roberts: Seth Speaks este libro es la forma que utiliza Seth para demostrar que la personalidad humana es multidimensional, que existimos en muchas realidades a la vez, que el alma o ser interno no es algo separado de nosotros, sino el mismo medio por el cual existimos).
En la imagen newtoniana-cartesiana del universo, no hay lugar para las coincidencias significativas; toda coincidencia improbable es, o bien un acontecimiento casual, o bien real, solamente en la mente del que la percibe. El modelo freudiano del psicoanálisis al ser incapaz de diagnosticar las verdaderas causas de este fenómeno natural, en lugar de ayudarnos a comprender la verdadera causa de nuestros conflictos viene a agravar la situación al mantenernos sedados durante periodos cruciales de nuestra vida que se nos escapa de las manos como la arena de un reloj sin que podamos atajarla (Hans J. Eysenck: Decadencia y caída de imperio freudiano). En el modelo místico los médicos de almas han prescrito desde hace siglos las jornadas a recorrer y las metas a alcanzar, y ante el inicio involuntario de esta emergencia espiritual sugieren el peregrinaje místico que emprenden los locos de Dios, comenzando por resignarse a dejar las cosas de este mundo para dedicarse a aprender y a ejercitar la disciplina mística a fin de alcanzar la quietud de la mente en medio de las aguas turbulentas de la vida. Una vez alcanzada la paz y la tranquilidad puede uno reiniciar su vida con lo restos que han sobrevivido a la tormenta. Este desentendimiento o desprendimiento de las cosas de este mundo que tanto nos esforzamos por alcanzar podría parecer una locura, pero más locuras se cometen en la vida sin provecho alguno como alistarse en el ejercito para ir a la guerra en tiempos de paz, las adicciones perniciosas, los crimines u homicidios, o delitos por los que perdemos la libertad, el prestigio, la familia o el empleo; u otras maculas como la infidelidad conyugal o el abandono de nuestras responsabilidades familiares que nos llevan a perder la patria potestad y el patrimonio familiar. Y en este caso el desprendimiento aunque dolorosísimo es el costo que debemos de pagar por nuestra naturaleza humana; es decir por ser hombres y no cosas, y todo ser vivo pasa por este proceso inexorable y natural; ya que tan insólito es que un dentista inhibiera la muda de los dientes de leche, o que un nutriólogo inhibiera los esfinters o un dermatólogo inhibiera la descamación de la epidermis __como un psiquiatra inhiba la emergencia o surgimiento espiritual por doloroso y conflictivo que sea; o un religioso prescriba un exorcismo, actos piadosos, juramentos, rezos o mandas inútiles o lectura devota de la Biblia, utilizando el lenguaje mojigato sin comprometerse a ayudarnos realmente__ por ello el modelo místico prescribe la introspección rutinaria, induciendo la experiencia mística para conocer los contenidos ocultos de nuestra naturaleza interior dejando que afloren poco a poco para poder curarlos antes de que estallen y se desaten las fuerzas interiores reprimidas.
Afortunadamente la medicina alternativa a comenzado a inducir las experiencias místicas en sujetos en los que se presentan las emergencias espirituales recurriendo a diferentes técnicas clínicas. La posibilidad de experimentar con un estado «psicótico» reversible induciendo las experiencias místicas en pacientes conflictuados por una emergencia espiritual, provee de una oportunidad única a los terapístas profesionales y a sus pacientes, al obtener un conocimiento íntimo de su mundo interno, para comprenderlo mejor y tratar los conflictos con una mayor eficacia. En circunstancias adecuadas, la inducción clínica de las experiencias místicas —mucho más que los sueños, que juegan un papel tan crucial en el psicoanálisis— son, en verdad, «un regio camino hacia el inconsciente». Este poderoso catalizador podía ayudar a subsanar la falta de eficacia del psicoanálisis como herramienta terapéutica (Ken Wilber: Psicoterapia y Espiritualidad). Esto hace que la disciplina mística sea congruente con la ciencia, y la fe con la razón; y si hay hipótesis de la ciencia o dogmas de la religión en los que no se da esta congruencia, es porque hay un error, ya sea en la ciencia o en la religión, o en ambas. Pero no todo es color de rosa, ya que existen pozos obscuros de inmenso poder de atracción que atrapan a las almas y la experiencia aterradora de sus contenidos pueden provocar la muerte súbita, catatonia o locura por seguir atados a estas experiencias que afectan no solo al que las experimenta sino a los presentes; por ello la importancia de los exorcistas místicos experimentados para sacar de tales estados a los pacientes, donde lo importante no es el rito sino la empatía y espiritualidad de los exorcistas fruto de la práctica intensa del altruismo y el misticismo durante toda una vida. Paradójicamente la disciplina mística intensa ha sido suprimida en sociedad cristiana de hoy en día, debido a la intransigencia radical y fundamentalista de los fideístas, que enajenados a causa del error fundamental de nuestras creencias, han separado la fe de la razón y expulsado a las ordenes contemplativas de la Iglesia, porque es inútil y desesperante la contemplación cuando no se cuenta con las técnicas del conocimiento interior necesarias para alcanzar el éxtasis. Por otra parte, los científicos incrédulos han expulsado el conocimiento espiritual del objeto de la ciencia, lo cual ha impedido el avance de la humanidad cristiana en cuestiones espirituales, tanto por omisiones de la ciencia como de la religión.
Tratándose de fenómenos espirituales relacionados cuestiones existenciales y religiosas, además de las respuestas formuladas por las representantes de las diferentes escuelas filosóficas o corrientes del pensamiento crítico. Los psicólogos y los místicos tratando de esclarecer lo que esta mas allá de lo evidente, valiéndose de técnicas científicas o mediante practicas de relajamiento y sugestión, han sondeado diferentes niveles de conciencia en busca de las vivencias que revelen los contenidos ocultos necesarios para descifrar las incógnitas de los cuestionamientos y problemáticas existenciales, religiosas o psicológicas, que nos planteamos o nos atormentan. Para los psicólogos el método implica la inducción de vivencias mediante sugestión, el análisis racional de la fenomenología observada para despejar incógnitas y confirmar hipótesis mediante la investigación clínica, y no con suposiciones, ni enunciados sin confirmar. Y para los místicos, el método implica la practica voluntaria y fervorosa de las disciplinas, doctrinas y enseñazas espirituales que les han prescrito sus maestros o guías__ Los métodos clínico y místico, incluyen: la preparación remota, el relajamiento previo, la auscultación profunda, la inducción de las vivencias místicas o psíquicas __la descripción neutra de la fenomenología observada en el sujeto de estudio__ la descripción neutra de las visiones y vivencias que se dan en estado extático o sueño hipnótico __la inducción del regreso al estado de vigilia, el análisis, la síntesis y la explicación o interpretación de las vivencias extáticas__ y la implementación de su aplicación practica a efecto de revertir disfunciones o trastornos emocionales y mentales, o inducir transformaciones buenas y convenientes en los pacientes. Es decir, tratándose de una fenomenología espiritual, para los psicólogos el método, implica: la descripción neutra de la sintomatología observada en el paciente, la inducción clínica, la auscultación profunda, el diagnostico, el pronostico, la prescripción y aplicación de la terapia a seguir, y el seguimiento de la evolución del padecimiento en el paciente. Y para los místicos el sendero implica la auscultación profunda y sistemática de los síntomas y los rasgos de la personalidad del discípulo, para percatarnos de los estadíos alterados de la mente y la conciencia. (v.g.:meditación vipassana), e intuir las causas que los provocan; y así contar con los elementos necesarios de juicio para prescribir las virtudes a desarrollar, a efecto de atenuarlos y alcanzar el perfil de humanidad perfecta, que de lugar a la sociedad perfecta que han profetizado o idealizado los grandes maestros o guías espirituales de la humanidad.
Podemos complementar la meditación trascendental (vipassana) que persigue la iluminación mediante: 1): La compenetración de la realidad exterior e interior de nuestro entorno para darnos cuenta de la naturaleza del sufrimiento con el análisis MLM (marxista, leninista, maoísta) de la naturaleza opresiva de los imperios a fin de motivarnos actuar a favor de los desprotegidos y oprimidos, 2) La quietud de la mente que se logra mediante la introspección profunda, el diagnostico y la terapia sistemática utilizando las técnicas especificas más convenientes en cada caso: Análisis Conciliatorio, Bioenergética, Colaborativa, Conductual, Confesión de los Pecados, Constelaciones Familiares, Control Mental, Coro Griego, Co-terápia, Equipo Reflexivo, Estratégica, Existencial, Imágenes Creativas, Inteligencia Emocional, Interventiva, Hipnosis, Narrativa, Ocupacional, Programación Neuro Lenguistica, Psicoanálisis, Psicodramatica, Psiquiatría, Reflexiva, Regresión, Rituales Terapéuticos, Rogeriana, Uso clínico de drogas psicoactivas LSD- 25 para inducir las experiencias psicodélicas, etc., 3) Hasta adquirir las habilidades de advertencia, consecución, resolución y los poderes de: audición de los engramas del universo, telepatía, telequinesis, proyección astral: (cordón de plata o cuerpo astral), proyección espiritual: (viaje a través del espíritu, común unión, o empatia), etc. Y son precisamente los efectos benéficos o transformaciones buenas y convenientes que experimentan los pacientes o discípulos que siguen la disciplina mística o la terapia clínica prescrita, lo que nos permite confirmar la bondad y realidad que hay en la experiencia de si mismos en el mundo de la mente y del espíritu, a fin de conocer los contenidos meta concientes que allí se encuentran, experiencia verificable a través de sus efectos que nos dan la certeza que no son fantasías ni alucinaciones sino que son reales__ ya que aún los contenidos meta-concientes que se encuentran en la superficie tienen poder terapéutico como la vivencia de la vivencia del bardo o vida entre vidas que se consigue induciendo clínicamente la regresión sugestiva o el éxtasis provocado mediante la disciplina mística, o los experimentan la muerte y resucitan: donde se reviven imágenes o recuerdos de vidas pasadas unidas a las emociones experimentadas, la muerte y reencarnaciones anteriores. También podemos aprovechar las potencialidades del viaje de la mente a través de espíritu, para conocer mediante la experiencia de la común unión de todos los seres y todas las cosas, los contenidos escondidos en el alma de los pacientes; y así conocer los procesos mentales y espirituales que no hemos desarrollado o activado, y así resolver el problema del alma truncada, debido a que:
La dimensión espiritual es el continente universal que contiene las causas últimas de los fenómenos y leyes que gobiernan los seres y las cosas; por ello las trasciende y determina (Ken Wilber: Conciencia sin fronteras); lo cual, nos permite concluir que el camino de la auto-liberación se encuentra en los valores trascendentales que humanizan al hombre(altruismo, empatía, entereza, solidaridad); o sea que la trascendencia es la cualidad espiritual más alta con que Dios ha revestido la dignidad humana; y siendo el espíritu «la última causa que no es causada, y su cualidad característica la trascendencia», «el estadío de la trascendencia humana, es el estadío que alcanza el espíritu cuando ha desarrollado todas sus potencialidades inherentes que lo hacen imbatible y eterno», «estadío al que pueden aspirar todos los hijos del hombre, pero solo ha sido alcanzado por Buda y Cristo»; «de allí la importancia de la enseñanza impartida por ambos Maestros que exponen la existencia de este estadío, en que consiste y como alcanzarlo; a efecto de que el hombreenfrente con éxito, no solo los infortunios, sino los cataclismos cósmicos». La coincidencia de la Teoría de los estudiosos con la Doctrina Trascendente de los místicos, da contestación a la pregunta que ha mantenido perpleja a la humanidad cristiana durante dos mil años, en espera de la respuesta; pero no obstante de haber sido contestada, aún sigue inmovilizada en el Areópago porque hay atavismos condicionantes que la mantienen atada:
1) Los condicionantes naturales de la vida en su dimensión biológica, psíquica y social, norman la conducta del individuo. En las condiciones naturales podemos encontrar las causas de lo que nos sucede en el cuerpo, en la mente, o en nuestro ambiente social; pero no es lo mismo condición que determinación, ya que ante mi condición, puedo decidir queactitud tomar, y mi determinación cambiará los efectos de la causalidad fruto de las condiciones que me impuso el destino. O sea: «la condición engendra la posibilidad de que algo pueda darse», «la acción hace que la posibilidad sea un hecho», «la determinación da forma o moldea los efectos de la causalidad». La dimensión biológica es la condición necesaria para la vida humana pero no determina que el organismo que la posee sea un ser humano. Hay organismos de seres que tienen un sistema nervioso en todo semejante a los humanos, pero no todos los organismos que tienen cerebro son humanos; lo cual es confirmado por los estudiosos de la neurología y la neurofisiología, que han reconocido que la diferencia entre el cerebro del hombre y el cerebro de un chimpancé, es meramente cuantitativa en cuanto al tamaño, ya que comparando las diferencias entre volúmenes cerebrales, las diferencias entre los hombres de mayor y menor volumen cerebral (mas de 2000cm3 –VS- 850 cm3) son mayores que la de los hombres de menor volumen y los simios (685cm3 máx.); además de que no existen diferencias cualitativas entre las neuronas y las conexiones cerebrales entre los hombres y los gorilas; lo cual hace evidente que la diferencia entre simios y humanos es cualitativa en cuanto que las funciones u operaciones mentales que de dan en el cerebro humano y no los procesos somáticos son los que nos permiten diferenciar lo humano del primero, de lo animal del primero y del segundo; lo cual nos permite inferir que en un cerebro sano las disfunciones de los procesos mentales, no son de origen patógeno sino ideógeno, es decir que no se dan en lo biológico sino en la dimensión psicológica o mundo virtual de nuestra mente; en términos cibernéticos, equiparando a lo que sucede en los procesadores, hablaríamos de que los defectos no están en hardware si no en el software, y si la información que introducimos en nuestro procesador es basura el resultado que se obtiene después procesarla sigue siendo basura por muy avanzada o potente que sea nuestra computadora.
2) Los condicionantes normativos: En todos los tiempos el interrogante del futuro ha preocupado a los hombres, pero no siempre con la misma intensidad (C.G. JUNG: presente y futuro). Históricamente hablando, son principalmente las épocas de apremio físico, político, económico y espiritual las que mueven a dirigir la mirada tanto al pasado como al futuro con ansiosa esperanza del cambio y generan anticipaciones, utopías y visiones apocalípticas. Como al comienzo de la era cristiana, vuelve a plantearse hoy el problema del general atraso moral que contrasta penosamente con la evolución científica, técnica y social de nuestra época. Vivimos en el kairos de la «metamorfosis de los dioses», esto es, de los principios ysímbolos fundamentales, esto explica la agitación religiosa que esta aconteciendo en el interior y al exterior de la Iglesia. Esta tendencia de nuestra época, es expresión de la transformación que se opera en la interioridad y el inconsciente del hombre. De esta transformación grávida de consecuencias deberán ser concientes las generaciones actuales venideras si la humanidad ha de salvarse del materialismo y la auto-aniquilación por el poder de su técnica y su ciencia. Es tanto lo que está en juego y, tanto lo que hoy depende evidentemente de la condición psíquica del hombre, toda vez que hombre común tiene un conocimiento muy limitado de simismo y solo despojándose de los conceptos ya caducos podrá revestirse del hombre nuevo. ¿Podrán los imperios y potentados resistir la tentación de hacer mal uso de la ciencia del conocimiento humano y del poder económico, político o tecnológico para manipular y someter a las masas poniendo en escena el ocaso del mundo y del humanismo?, o tendrá el hombre conciente de sus propias imperfecciones la disposición para renacer con otras concepciones y visiones de si mismo dejando atrás sus viejos modos de percibir, sentir y reaccionar a la realidad, renovando los conceptos caducos que nos definen que son la causa de las distorsiones con que percibe la realidad y los automatismos que nos impulsan inconscientemente.
Por desgracia nuestros conceptos tienden inevitablemente a rezagarse con respecto a los cambios de la situación de conjunto. Y no puede ser de otro modo porque, mientras no se produzcan cambios en el mundo, ellos están más o menos ajustados y por ende funcionan satisfactoriamente, no habiendo motivos para proceder a su revisión y reajuste. Cuando las cosas han cambiado tanto que entre la situación exterior y las formas de representación ya anticuadas llega a existir un divorcio intolerable, es que se presentan las crisis de conciencia y se plantea el problema general de la concepción básica del mundo, esto es, la cuestión de cómo debe reorientarse, vale decir, como deben reajustarse las formas de representación para asegurar el continuado flujo de energía instintiva. No se las puede reemplazar simplemente por una transformación racional, ajustada en demasía a la situación exterior y demasiado poco en los condicionamientos naturales del hombre, pues tal procedimiento no sólo no tiende un puente al nombre instintivo sino que bloquea el acceso a él; pero sino se puede impedir la exigencia natural al reajuste, mucho menos un retroceso tan significativo como el cambio del cristianismo por en noaquismo como pretenden hacerlo los esbirros de la sinagoga, porque las fuerzas interiores se desbordarían. Es común que se confunda el «conocimiento de sí mismo» con el conocimiento que tiene uno de su Yo consciente; que por cierto, en las crisis de conciencia se revela como un Yo caduco muy limitado o mediocre, incapaz de resolver las problemáticas que nos aquejan. Quien tiene conciencia de su Yo conciente, da por sobre-entendido que medio se conoce, porque hay una parte importante de su alma que no conoce; por ello se siente con el alma truncada; es decir mediocre. Esto se debe a que el Yo sólo conoce los contenidos e impulsos concientes, ignorando en cambio los contenidos e impulsos inconscientes que al emerger nos impulsan sin darnos cuenta; es decir lo que comúnmente se llama «conocimiento de sí mismo», no es más que la percepción meridiana de los contenidos de nuestra conciencia que captamos a través nuestros sentidos y razón, y los contenidos de la penumbra o sombra que vislumbramos subliminalmente, aunque intuimos que estamos ciegos a lo que pasa en las profundidades de nuestro ser y presentimos que continua más allá de los individual y lo colectivo.
Actualmente nuestro enfoque básico es en creciente medida racionalista, pero paradójicamente nuestra filosofía ya no es un modo de vida, como lo fue la de la antigüedad, sino un asunto puramente intelectual. Nuestros credos religiosos, con sus ritos y formas de representación primitivos, expresan una concepción del mundo que al Medioevo no le causó mayores dificultades pero que se ha vuelto incomprensible para el hombre del presente; aun cuando provoque un conflicto con la concepción moderna del mundo, un hondo instinto le mueve a mantenerse aferrado a nociones que, tomadas literalmente, ya no responden a la evolución que han experimentado las ideas en el transcurso de los cinco últimos siglos. Él creyente procede así, evidentemente, para no hundirse en el abismo de la desesperación nihilista. Mas aunque el racionalista crea su deber impugnar una fe meramente convencional, no debe pasarse por alto que los credos predican una doctrina cuyos símbolos, no obstante la interpretación objetable, en razón de su carácter arquetípico tienen su razón de ser. Es así que, en general, la aprehensión intelectiva no es en absoluto indispensable, imponiéndose sólo allí donde no basten la valoración emocional y la captación intuitiva, o sea en el caso de las personas para quienes la fuerza de persuasión reside primordialmente en el intelecto. En este respecto, nada hay tan característico y sintomático como el abismo que en los tiempos modernos se ha abierto entre la fe y la razón. Hasta tal punto se ha ahondado ya, el antagonismo que las dos categorías cognoscitivas y sus respectivas concepciones del mundo no pueden cotejarse. Sin embargo, se trata de un mismo mundo empírico del hombre, pues también la teología sostiene que su fe se basa en hechos históricos acaecidos en este mundo material fe-datados por apóstoles en sus Evangelios: atestiguando que Jesucristo nació en todo igual a los hombres, excepto en el pecado, pasó por la vida obrando muchos milagros y, murió asesinado en la cruz, y después de su muerte resucitó al tercer día. {«¿Te parece a ti que entiendes lo que vas leyendo? ¿Cómo lo he de entender, respondió él, si nadie me lo explica?» (Hechos, VIII, 30)}
Lo que queremos que nos expliquen son las fuerzas interiores capaces de obrar milagros o potencialidades que hacen divino a Cristo. El testimonio de los cuatro evangelistas repudia toda tendencia a entender los contenidos bíblicos como mito, esto es, simbólicamente, aun cuando en tiempos recientes precisamente en el campo de la teología, como una suerte de concesión al punto de vista de la razón, se ha intentado «desmitologizar» el contenido del credo, claro está que deteniéndose arbitrariamente ante los mitos decisivos que fundamentan el presente y futuro de la humanidad en la Alianza del Sinaí que es un montaje escénico que santifica la constitución de Israel como nación, santificando no solo el pueblo de Israel, los ancestros de Israel, los hechos ancestrales, las directivas y tradiciones ancestrales, el territorio de Israel, la ciudad y el templo de Jerusalén y todo texto escrito en Libro por perverso e irracional que sea. Plataforma de una mitología sagrada que falsifica la realidad inefable del mundo espiritual que sustenta la dignidad humana, exaltando antivalores como si fueran valores dictados por Dios como lo evidencian las leyes de la guerra dictadas por Dios al patriarca Moisés, ordenando el sometimiento, despojo y exterminio de los pueblos gentiles (es decir todos los que no son judíos), que junto con los textos bíblicos del Libro de Israel para sin escrúpulo alguno hacer de Israel la principal de las naciones, falacia que nos hiere y conflictua en lo profundo de nuestra conciencia. Estas heridas de nuestra conciencia, no sanan en lo profundo y por ello emergen incontenibles las fuerzas del inconsciente transformadas en identidades múltiples que nos conflictuan e impulsan ciegamente (Teodor Reik : Dogma y Compulsión:).
Para la razón crítica, empero, es evidente que el mito es parte integrante de todas las religiones y, por lo tanto, en principio no puede ser desechado sin menoscabo del contenido del credo que profesamos, pero por principio los textos talmúdicos que santifican el mal no pueden ser ignorados sino expuestos, rechazados y combatidos; aunque estas semillas del mal sean celosamente venerados en secreto en la intimidad de la sinagoga y sus frutos malignos alimenten los planes y acciones judío masónicos, judío comunistas y del lobby internacional judío, a fin de someter a cristianos y musulmanes al imperio supremaciíta de Israel, y por consiguiente toda denuncia del complot internacional judío sea considerada comoantisemitismo; aunque concientemente fuera ignorada por estar tipificada como delito cualquier denuncia en contra de los planes supremaciítas de Israel, y los judíos a opinión de nuestro sumo pontífice sean nuestros hermanos mayores en la fe, el inconsciente rechaza enérgicamente esta falacias; aunque traten de esconder el asesinato de Cristo, con la falacia de que pagó con su vida al Dios de Israel (bestia del mal) para rescatarnos del pecado.
El hombre religioso, ciertamente, está hecho a la idea de que en su interior reside Dios o el demonio, y que nuestros pensamientos y actos determinan quien es el huésped, así nuestra intimidad puede se morada del bien o del mal, aunque definitivamente en nuestra interioridad, reina y moldea nuestros impulsos inconscientes nuestro huésped y dueño. ¿Pero cuántos osan todavía, efectiva y verdaderamente, dejar que decida la voluntad de Dios o la de Satanás?, ¿y quién no se vería en serias dificultades para explicar cómo proviene la decisión de Dios mismo, o de Satanás?, en que se transformo nuestro Yo interior. Nadie explica científicamente el satanismo, las histerias colectivas, la plasmación de las imágenes mentales u hologramas piadosos, ni las sanciones milagrosas.
El creyente común —a juzgar por la aceptación acrílica de los dogmas de la fe incongruentes con la razón — se halla bajo la influencia inmediata de una reacción del inconsciente, es decir personificando el niño, el padre o al ello. Por lo común, a esto lo denomina religiosidad, fervor, etc. Mas el ello puede generar también reacciones de otra naturaleza y orden moral, que no pueden explicarse si el creyente aplica a su «conciencia» el criterio moral tradicional, o sea una pauta colectiva, en cuya actitud es alentado enfáticamente por su Iglesia. Esto puede pasar mientras el individuo pueda seguir aferrado a su credo tradicional y las circunstancias no exijan un mayor hincapié en la autonomía individual; pero en cuanto el hombre ha madurado, y se ve forzado a defender su fe, tiene que comenzar por criticar sus creencias y religión, para percatarse de las incongruencias religiosas, pues ya no está sustentado por el inmenso poder de sugestión del consenso general y percibe el peligro que acecha a su Iglesia y el debilitamiento de sus dogmas. Ante esta situación, la Iglesia le recomienda intensificar su fe en los dogmas en razón de que los contenidos de la dimensión espiritual del hombre ya fueron revelados a los patriarcas y profetas de Israel; y por ello es imprudente e innecesario esforzarse en conocer lo que pasa en su interioridad pues esta hecho a imagen y semejanza del Creador. Confiando en la Divina Providencia, que todo resolverá, como si la dadiva divina o donum gratiae estuviese librada al arbitrio del hombre. Pero la fe verdadera no proviene de la Biblia, sino de la espontánea experiencia religiosa que pone el sentimiento enfervorizado en conexión inmediata con su esencia espiritual que identifica con Dios o común-unión con las esencias de todos los seres y las cosas de la creación. Queda, así, planteada la cuestión: ¿tengo experiencia religiosa y relación inmediata con Dios y, en razón de ello, la certeza que me salva, como individuo, de fundirme en la masa inconsciente?
A la cuestión de la experiencia religiosa sólo hay respuesta positiva si el hombre está dispuesto a satisfacer el requisito de riguroso auto examen y auto conocimiento. Si cumple este propósito, que está al alcance de su voluntad, además de descubrir muchas verdades sobre sí mismo ganará una ventaja psicológica: logrará poner seria atención y tomar un vivo interés en sí mismo. Con lo que, en cierto modo, firmará ante sí propio una declaración de la dignidad humana y dará al menos el primer paso hacia la aproximación al fundamento de su conciencia, el inconsciente, que es la fuente de experiencia religiosa que por lo pronto se nos ofrece. Esto no significa en absoluto que el llamado inconsciente sea cuasi idéntico con Dios o tome su lugar; es el medio en el cual, para nosotros, parece originarse la experiencia religiosa. La causa remota de tal experiencia está fuera del alcance de la capacidad cognoscitiva del ser humano. El conocimiento de Dios es un problema trascendental. El hombre religioso tiene una ventaja en lo que respecta a la respuesta al interrogante suspendido sobre el hombre presente: tiene al menos una clara idea de que el fundamento de su existencia subjetiva es la relación con «Dios». Escribo la palabra «Dios» así, entre comillas, para indicar que se trata de una representación antropomorfa, cuya dinámica y simbolismo se dan por conducto de la psiquis inconsciente. Cada cual puede siquiera aproximarse al lugar de origen de tal experiencia, crea o no en Dios. Sin esta aproximación, sólo en muy contados casos sobreviene la conversión milagrosa. La existencia de experiencias religiosas ya no necesita ser probada. Más será siempre dudoso si lo que la metafísica y la teología humanas llaman Dios, o dioses, es efectivamente la raíz de tales experiencias. En rigor, esta pregunta está de más, quedando contestada por la numinosidad subjetivamente sobrecogedora de la experiencia; la persona que la tiene está exaltada, anonadada, y por lo tanto no está en condiciones de hacerse ociosas reflexiones metafísicas o gnoseológicas al respecto. Ante la plena certeza que está en la evidencia de la experiencia, huelgan las pruebas antropomorfas
3) Los condicionantes sociales. La situación individual es fundamentalmente idéntica a la colectiva. La estructura mental esta constituida por un sistema pensante que experimenta, y aprende a reaccionar ante los estímulos en base a la información de experiencias pasadas unidas a los sentimientos y emociones asociadas a lo que se experimentó anteriormente, acotada por los parámetros normativos. La dimensión psicológica condiciona la forma de reaccionar ante los estímulos, activando los procesos somáticos relacionados al estimulo, pero no los determina si la voluntad del hombre está en estado de vigilia; es decir, si la voluntad esta en vigilia, nosotros determinamos la forma de reaccionar ante los estímulos, en cambio, si nos encontramos enajenados o ausentes, los automatismos condicionan la forma de reaccionar ante los estímulos; así aunque el instinto siempre este alerta para preservar la vida, en estados alterados de conciencia o bajo el influjo de narcóticos o del alcohol, puede ser que la paranoia nos lleve a atentar con nuestra propia vida o contra la vida de los que supuestamente nos amenazan, sin darnos cuenta. Por otro lado, los procesos somáticos producen determinadas hormonas que activan incrementan o inhiben la sensibilidad y la velocidad de reaccionar ante los estímulos, además se ha logrado identificar a los cambios vasculares y hormonales que acompañan al placer extremo y los que acompañan a la agresividad, y se ha encontrado que son idénticos; lo cual nos permite inferir que tanto en los humanos como en las bestias la agresividad resulta placentera. Lo sorprendente es que la interacción entre la dimensión biológica y psíquica que se da en los humanos y en las bestias tiene por objeto conocerse experimentando, para poder ser y permanecer.
Individuo significa indivisible, individuo es el continente de todas las potencialidades manifiestas o in manifiestas inherentes a lo humano y lo no humano de nuestra constitución interna y externa, tanto concientes como inconscientes. La inteligencia es una facultad, una potencia, una posibilidad; ya que en un primer momento es inconsciente, y al actualizarse se hace conciente. Para que se actualice, se requiere una interpelación conciente, que haga que el individuo piense bien las cosas que esta sintiendo, diciendo o haciendo. El pensar bien las cosas, tiene que ver con las consecuencias de los propios actos en relación a los demás; de esta manera podemos establecer, que «todo ser humano, es un ser en relación»; pero no se trata de la relación natural entre individuos, sino de la relación conciente. De esta manera el individuo se hace humano, ejercitando «la conciencia y la responsabilidad»; por ello, la conciencia y la responsabilidad, son indivisibles y no pueden desligarse del otro; es decir: el momento en que nos humanizamos, actualizamos nuestra inteligencia, y comenzamos a ser concientes y responsables de los actos y existencia de si mismo, y ser concientes y responsables del otro; por que solamente el ego que tiende hacia algo distinto, puede auto trascenderse a si mismo, así el Yo sale de la subjetividad opaca, hacia la diáfana objetividad. Esto eleva: el activismo social, el altruismo, la empatía, la entereza, la responsabilidad y solidaridad social, y la auto trascendencia, a la cúspide de los valores humanos; ya que el lanzamiento solidario e intencional de si mismo, hacia el otro, humaniza al hombre ejercitando el sentido de unión: (espíritu) generando la auto trascendencia, al actualizar las potencialidades ocultas en el fondo del alma que arrancan los procesos mentales supra conscientes que nos permiten acceder a la dimensión espiritual__ conclusión idéntica a lo expuesto por Cristo en su doctrina; es decir: las conclusiones comparables de la ciencia, son el elemento objetivo de juicio que además de método ofrece la ciencia para ayudarnos a dictaminar con toda certeza «si o no» el fondo de una doctrina, unaideología o una teoría, son idénticos o son cuestiones diferentes, además la coincidencia en las conclusiones, nos aseguran que las tesis o esperanza en las que se basan las doctrinas, ideología, y teoría son correctas y ciertas. Para la ciencia las virtudes de bondad, humildad, mansedumbre y misericordia, junto con la sabiduría son pre-requisitos para acercarse al otro; ya que es dificilísimo ejercitar el altruismo, si antes no se ha disuelto el egocentrismo __y por lo consiguiente para la ciencia (Existencialismo: Filosofía, Logoterápia: Psicología, Altruismo: Sociobióloga), la prescripción de Cristo a sus seguidores del ejercicio intensivo del sentido de unión practicando el amor misericordioso, para disolver el egocentrismo y así alcanzar el reino de Dios en la tierra, es correcta y cierta como lo comprobó la transformación protagonizada por los apóstoles, y lo han comprobado las transformaciones de la personalidad que han sido inducidas en los individuos que han seguido las indicaciones y las terapias prescritas por los especialistas para fortalecer los rasgos ideales y disolver los rasgos indeseables, practicas que son la base de la educación de la sociedad moderna que asegura la convivencia pacífica y civilizada entre los individuos, los pueblos y las naciones. Así como el perfil de humanidad perfecta, expuestas en las características y potencialidades del espíritu reflejas en la bondad plena, la empatía y sabiduría Cristo, que tenían como resultado la sanación súbita de los males y el sufrimiento observados en los dolientes que le fueron presentados, son para la ciencia, prueba de la plena trascendencia humana de Cristo, característica de un embajador del Reino de la común unión o mundo del espíritu.
Para las ciencias sociales, es preciso describir al hombre como unidad estadística; de lo contrario, nada general podría enunciarse acerca de él. Para tal fin hay que considerarlo cómo una unidad comparable; lo cual da origen a una antropología, psicología y sociología de validez general, que describen un hombre medio, abstracto, carente de rasgos individuales. Sin embargo, precisamente estos últimos son de capital importancia para la comprensión del individuo. Téngase presente, de un lado, que para el juicio científico el individuo no es sino una unidad que se repite infinidad de veces y por lo tanto podría lo mismo designarse en forma abstracta con una letra, y del otro, que para la comprensión es precisamente el individuo único el objeto primordial, el único objeto real, de la investigación, al margen de todas las leyes y regularidades en que se concentra el interés de la ciencia. Esta contradicción será un problema sobre todo para el terapeuta, quien de un lado está equipado con las verdades de orden estadístico de su formación científica, y del otro, afronta la tarea de tratar a un enfermo que, particularmente en caso de algún mal psíquico, requiere comprensión individual. Cuanto más el tratamiento se ajuste a un esquema general, en tanto mayor grado provocará resistencias justificadas de parte del enfermo y conspirará contra su curación. Es así que el psicoterapista se ve obligado a tomar en cuenta la individualidad del paciente como hecho esencial y de ajustar a ella su método de tratamiento. En el campo de la medicina está hoy generalizado el concepto de que la tarea del médico consiste en tratar al hombre enfermo, y no una enfermedad abstracta que cualquiera puede padecer.
Es innegable que el concepto «comunidad» es un recurso indispensable para la organización de masas y, por lo tanto, una espada de dos filos. Cuando el individuo se convierte en hombre-masa, pasando a ser una unidad social de tantas, y el Estado se erige en principio supremo, como lógica consecuencia también la función religiosa del hombre es arrastrada a esta vorágine. La religión, en cuanto cuidadosa observación y consideración de ciertos factores invisibles e incontrolables, es una actitud instintiva privativa del hombre, cuyas manifestaciones se comprueban a través de toda la historia del espíritu humano. Atiende ella evidentemente a la finalidad de mantener el equilibrio psíquico, pues el hombre natural sabe de manera natural que su función consciente en cualquier momento puede ser interferida por factores incontrolables, tanto de fuera como de dentro. Por eso, desde siempre él se ha preocupado por salvaguardar sus resoluciones mayormente importantes por medidas adecuadas de índole religiosa. Se sacrifica a las potencias invisibles, se pronuncian fórmulas mágicas y se ejecutan otros actos rituales. Es evidente que el individuo esta condicionado por el ambiente familiar, social, y las ideas prevalecientes; lo que nos interesa es saber «si o no» estos parámetros son determinantes de la deshumanización reinante; o es la voluntad del individuo la que decide acatar sin chistar lo establecido, o decide propiciar el cambio de las ideas prevalecientes que inducen transformaciones no deseables en los individuos y la sociedad.
La diferencia de peso entre la educación tecnócrata y utilitarista –VS- la educación humanista, el trabajo social y el altruismo obligatorio, generada por la lucha entre: tecnocracia supremacista alimentada por la religión chatarra-VS- la espiritualidad; inclinan el futuro del hombre hacia la bestialidad o la supra humanidad; por ello, Buda luchó por suprimir la división de castas impuestas por estratos los privilegiados, y Cristo enseñó: «bien aventurados los que luchan por la paz y la justicia, a pesar de ser perseguidos por ello» (versión del redactor), directriz cuya secularización dio origen a la teología de la liberación que formularon los modernistas equiparando el comunismo al cristianismo fomentando la revolución y la lucha armada contra las democracias para implantar la tiranía del proletariado acriticamente; es decir que no comprobaron los ideales marxistas objetivamente, si en el Estado soviético imperaba la tiranía del proletariado o se tiranizaba al pueblo; la afiliación acrítica al comunismo demuestra que no solo la religión sino también la propaganda y los eslogan políticos que falsifican la realidad idealizando paraísos que no existen, enajenan a sus seguidores; lo cual confirma la tesis de Erasmo de Rótterdam expuesta en el Elogio a la Locura, confirmando que la estulticia reina aún entre los intelectuales ateos de izquierda que no creen en la común unión o mundo del espíritu.
Tanto el Estado totalitario como el democrático subrayan enfáticamente la idea de comunidad, como un recurso indispensable para la organización de masas y, por lo tanto, de amoldamiento. El ideal de comunidad pasa por alto lo fundamental, la individualidad, así es como el promedio intelectual y moral de los individuos agrupados en ella, que sirve de norma alplan nacional educativo, es fabrica de individuos mediocres que aceptan someterse acríticamente a las disposiciones e imposiciones de sus representantes, o es fabrica de asociales, inadaptados, psicópatas, resentidos, subversivos que delinquen o se revelan en contra del Sistema debido a que los mutilaron intelectualmente. Por lo general, los mutilados por el sistema son evidencia de la enajenación generalizada que cercena las mentes de los jóvenes que tienen un coeficiente intelectual más alto que el promedio que sirvió como norma de su educación; así es como los mediocres ocupan posiciones destacadas en el gobierno, la política, las empresas y la sociedad, que convierten sus feudos y ámbitos laborales en corte de aduladores que no resuelven las problemáticas que les encomiendan pues solo saben agacharse ante los poderosos y menospreciar a sus subordinados y a sus rivales, son los que se adaptan mejor al sistema mediocre ideado para ellos. Es así como el consenso solo es efecto de la imitación, persuasión o sugestión colectiva, no un acto de conciencia. Tal acto solo puede provenir de la información, entendimiento y comprensión de los asuntos, pero no de bautismos colectivos, ya sean de carácter político o religioso, que no tocan a la interioridad del individuo y las cuestiones medulares. La superficialidad y la manipulación de las masas se consigue con la desinformación y la propaganda tendenciosa masiva a través de los medios que utilizan comunicadores sin escrúpulos, efecto evidente en el populismo y la demagogia que utilizan los políticos de nuestro tiempo manipulando encuestas para falsear logros y meritos, utilizando slogan en las campañas con promesas que nunca cumplen, parodiando las campañas mercado-lógicas de los publicistas que inventan cualidades a los productos que anuncian para promover el consumismo. La propaganda intensa, la superficialidad y la manipulación de los creyentes, también esta presente en el lenguaje mojigato del discurso religioso que habla de cristianismo y de valores espirituales, y lo que promueve es el judaísmo y los convencionalismos sagrados para Israel.
4) Los condicionamientos históricos: En nuestra época, pese al auge de irreligiosidad y a la enajenación reinante, no puede pasar por desapercibida la conquista judía de los pueblos cristianos efectuada por los propios cristianos convertidos en traidores colaboracionistas que ayudan a que el imperialismo supremaciíta judío, constituya la figura central del credo cristiano. De esta manera, el pueblo judío prácticamente ha llegado a ser el dios y dueño de los pueblos cristianos, y sigue ordenando el sometimiento o exterminio de todos los pueblos gentiles cristianos y musulmanes, por boca de sacerdotes, pastores y rabinos, que Biblia en mano, día y noche, utilizando la palabrería religiosa desde el púlpito, los medios o lared, reclutan a millones de tontos útiles para promover la superchería y enajenación individual y colectiva en todos los foros, las escuelas, los hogares, los hospitales, centros recreativos o penitenciarios, de puerta en puerta, en la vía pública y el transporte colectivo, imponiendo el pensamiento único de Israel aunque ya no conozcamos al cristianismo más que de oídas. Al mismo tiempo que promueven la discordia entre las Iglesias y entre las mezquitas, promueven la guerra fraticida civil o religiosa en la sociedad cristiana o musulmana, o nos convierten en mercenarios gratuitos de los Judíos para ayudarlos a despojar, someter y exterminar a los pueblos cristianos y musulmanes que no se dejan someter pacíficamente. De esta manera, la superchería teológica en que se basa la fe chatarra (judeo-cristianismo) y la palabrería mojigata de sus: catequistas, sacerdotes, pastores y rabinos, no solo los convierte en los mayores enemigos de Cristo, la Iglesia, el Estado y la sociedad cristiana al promoverle supremacismo imperial judío, sino del espíritu individual y colectivo al promover la inestabilidad emocional, la enajenación y la paranoia. La palabrería religiosa de los apóstoles de la fe chatarra judeo-cristiana, junto con la demagogia de políticos vende patrias sin escrúpulos, embaucan a los ciudadanos y fieles; de esta manera la mentira adquiere proporciones gigantescas, y sin que nadie se oponga ni diga nada, se llevan a cabo maniobras y contubernios para hacer de Israel la principal de las naciones. De esta manera, el cristianismo que originariamente fue mensaje de unidad o común-unión de todos los hombres, pueblos, naciones, culturas, ideologías y religiones, convertido en judeo-cristianismo se ha tornado en fuente de de discordia, corrupción y desintegración social y moral, no solo de personas, familias, pueblos, naciones, sino de los entes supra-nacionales como la democracia, la Comunidad Económica Europea, la ONU y los organismo internacionales dominados por diplomáticos judíos.
5) La nefasta separación de la fe y la razón
La alienación de los pueblos cristianos ha crecido a expensas de la separación entre la fe y la razón impidiendo a la sabiduría interna emerger para suplir las limitaciones de los sentidos y la mente al enfrentar los peligros de la selva de asfalto, reduciendo la propia iniciativa a lo establecido y al pensamiento único promovido por las organizaciones religiosas tendenciosas y los prestadores de servicios educativos dedicados a proveer inteligencia servil carente de compromiso social y patriotismo a las trasnacionales patrocinados por el Consejo de Comercio de Servicios de la OCDE para abrir fronteras, abolir restricciones normativas y privilegiar a los mercaderes de la educación elitista exentándolos de cargas impositivas sin importar que opriman a los familiares con altísimas colegiaturas, ni lo cuantioso de sus ingresos mercantiles y exageradas utilidades que obtienen al comercializar el know how como mercancía de lujo al alcance exclusivo de la elite que puede pagarla, quitando recursos públicos a la educación gratuita que imparte el Estado como instrumento de redención y progreso de las mayorías oprimidas, e imponiendo restricciones al ingreso a los cuadros directivos de las trasnacionales a los profesionistas educados por el Estado.
En la actualidad nuestros jóvenes pervertidos y enajenados por el Libro de Israel, no solo han dejado de lado las cuestiones existenciales, las enseñanzas filosóficas y los valores universales contenidos en los clásicos griegos y latinos, sino las abordadas desde la ilustración hasta las teorías humanistas contemporáneas y modernas; lo cual ha conducido a la gran mayoría de la población, a interesarse solo por lo material y lo trivial; y aparte de la Biblia solo leen y ven los tabloides amarillistas o deportivos, las comedias, los pasquines, los filmes y vodeviles cómico pornográficos pueriles, propios para retrasados mentales, que son semilleros de lesbianas, pedófilos, prostitutas, y proxenetas. Y a causa de ello, nuestros jóvenes pervertidos y enajenados por el Libro de Israel, son arrastrados, condicionados e indoctrinados desde que nacen hasta que mueren por sus padres, maestros y sociedad, atrofiando su sentido común, creatividad y propia iniciativa, y no actúan si no son arrastrados o arriados. Y por lo mismo, la cultura, las ideas, los valores, el vocabulario y la educación de la gran mayoría es paupérrimo, muy rezagado respecto al de nuestros ancestros ibéricos; lo cual, es la causa de actualmente desde el río Bravo hasta la Patagonia los latinoamericanos seamos un pueblo carente de civismo, moralidad y espiritualidad, porque antes fundar ciudades los pueblos nómadas que llevan sus crios pegados al pecho los educaban en entera libertad y en comunión con su entorno, a fin de que suplieran con la sabiduría interna o gran espíritu sus propias carencias y limitaciones para poder sobre-vivir en las soledades del alta montaña, los bosques, las estepas, las selvas desarrollando su propia iniciativa y creatividad; lo cual los hacia más creativos, felices y seguros, no psicópatas desequilibrados producto del jaloneo, como nuestros jóvenes cristianos que solo avanzan si son empujados por que están enajenados con el libro de Israel.

6) Relación entre la falta del espíritu crítico, y la falta de verdaderos valores
Nada aleja tanto al hombre de la enajenación y la paranoia como el desarrollo del espíritu crítico, que en definitiva se revela como un impulso dirigido a la progresiva modificación de las ideas y las costumbres que norman la conducta humana. A ella se remontan, primordialmente, el cambio de las condiciones de vida y la necesidad de readaptaciones que la civilización trae consigo. La resistencia a este cambio, es la fuente de los muchos trastornos y dificultades de naturaleza psíquica que causa el progresivo alejamiento del hombre del esquema básico de sus instintos, esto es, su desarraigo y su identificación con el conocimiento consciente de sí mismo, o sea de la petrificación de su conciencia e hiperactividad de sus impulsos inconscientes. Esta hiperactividad del inconsciente del hombre moderno conduce al frenesí de los sentidos y la estimulación glandular hipo somática requerida para auto-proveerse de la adrenalina y la dopamina que obtiene practicando los deportes extremos, el sexo libre y desenfrenado, los ritmos extenuantes, o ingiriendo estimulantes del sistema nervioso central como la el alcohol, las anfetaminas, la cafeína, la cocaína, la nicotina, al mismo tiempo que los somníferos y los psico-fármacos alucinantes para recuperar el desgaste psíco físico, o utilizando la lectura bíblica como somnífero para adormecerse. Así se sume, sin darse cuenta en un mundo de conceptos normativo en donde los conceptos fantásticos de si mismo introducidos por la teología de lo absurdo en su conciencia toman progresivamente el lugar de la realidad auténtica. El divorcio de su naturaleza instintiva arrastra al hombre civilizado inevitablemente a un conflicto entre la conciencia y el inconsciente, entre el espíritu y la materia, entre la razón y la fe, esto es, a un desdoblamiento de su ser; desdoblamiento que se torna patológico en cuanto la conciencia ya no pueda dejar de lado o reprimir la naturaleza instintiva. La acumulación de individuos postrados y conflictuados en estado crítico genera un movimiento compulsivo que pretende defender la causa de los oprimidos. En consonancia con la tendencia dominante de la conciencia a buscar el origen de todas las dificultades en el medio ambiente, se demandan cambios exteriores político-sociales, los cuales, se cree ciegamente, resolverán también el problema de raíz más profunda: el desdoblamiento de la personalidad. Es así que allí donde se satisfaga la demanda se establecerán situaciones político-sociales en las que volverán, aunque bajo otra faz, las mismas dificultades de antes, con pérdida de los valores espirituales y morales que elevan la civilización al rango de cultura. Se trata en tal caso, por lo pronto, de un simple trastrueque: los de abajo pasan a ser los de arriba y la sombra toma el lugar de la luz; y como aquélla siempre tiene algo de anárquico y turbulento, necesariamente la libertad del oprimido «liberado» tiene que ser cercenada con rigor draconiano. Se ha sacado el Diablo con Belcebú. No puede ser de otro modo, puesto que no se ha tocado a la raíz del mal y todo se ha reducido al triunfo del bando contrario.
La relación entre la falta de un espíritu critico y la falta de verdaderos valores, nos permite caer en cuenta, que si es notable la falta de verdaderos valores de la humanidad cristiana, es porque no hemos aprendido a discernir y separar en los relatos teológicos: las cuestiones espirituales, de las cuestiones que son de este mundo. Lo cual, nos lleva a igualar los universalismos con los convencionalismos, lo espiritual con lo sagrado __a tomar por sagrado, lo que solo es sagrado para Israel__ y a tener por espiritual, sagrado y sapiencial, los hechos de los protagonistas del Libro de Israel, aunque sean hechos criminales. Esta Teología de lo absurdo nos mantiene en el error y la ignorancia, y nos lleva a conclusiones falsas que al no concordar con la realidad, nos conflictua y enajena. Es decir que no crecemos ni maduramos en todos los aspectos [emocional, mental y espiritual], por que nuestro marco de referencia es tan estrecho que limita las fronteras de nuestra conciencia reduciéndola a un fragmento de la realidad [lo superficial, la estulticia y la paranoia], donde solo cabemos nosotros y lo que es nuestro y deja fuera a los demás; y por ello, carecemos de un marco de referencia abierto que nos permita conocer y experimentar la realidad sin distorsiones ni limitaciones, para crecer y madurar en todos los aspectos. Llegó la hora de cambiar las ideas existenciales y religiosas que normaron absurdamente a las generaciones pasadas, por otras que nos den una visión lo más cuerdo y amplio posible; es decir un marco de referencia abierto, y sin fronteras. Porque la conciencia no tiene más fronteras que las ideas existenciales y normativas que nos delimitan, y la vida humana se inicia con una tendencia natural a la unidad, al bien, al discernimiento y a la experiencia, en busca de la perfecta actualización del ser.
Está tendencia primordial es la energía vital, que como la luz blanca contiene todos los colores del espectro afectivo, mientras no la disgreguen o distorsionen las ideas egoístas o erróneas de sí mismos en relación a los demás. Porque esas ideas funcionan como lentes de enfoque que distorsiona o segmenta nuestra visión, pensamientos, afectos y conducta. Y la estreches afectiva de nuestro marco de referencia delimitado por el Antiguo Testamento, se debe a que en el horizonte afectivo de Israel no existen los otros; es decir, no toma en cuenta la común unión existente entre todos los seres y todas las cosas, por tratarse de un pueblo primitivo, sanguinario, siempre dispuesto a despojar, esclavizar o aniquilar a los otros para su propio beneficio, pero no de frente sino encubiertamente a menos que su oponente este en desventaja o desarmado; por ello es que los profetas de Israel cambiaron el eje y el plano de la reflexión existencial del hombre en la vida eterna, propia de una doctrina trascendente, que es la que nos lleva a encontrar el sentido y significado de los hechos y las circunstancias de esta vida en relación a la vida eterna, por la reflexión del devenir de Israel entre la naciones, que al no tener significado para los que no son de Israel, nos confunde, enajena e impide encontrar el sentido a las situaciones y hechos cotidianos que nos suceden en relación a la vida eterna, y por ello, no nos avocamos a desarrollarnos espiritualmente, siguiendo el ejemplo y enseñanzas de Cristo. La falsificación de la realidad en la Teología de lo absurdo para suplir la falta de significado de los hechos ancestrales de Israel, para los que no son hijos de Israel, ha generado diferentes interpretaciones teológicas opuestas a las interpretaciones talmudicas, generando tensiones entre la Iglesia y la sinagoga, y revisiones conciliares tendentes a reducir las tensiones atribuyendo la falta significado de los convencionalismos sagrados de Israel para los que no son de Israel, a vicios de traducción cometidos en la superficie literaria textual o histórica sin mencionar las fuentes, las costumbres o las tradiciones, ni señalar los medios y los fines que persiguen los relatos, las practicas y los ritos, y sobre todo los designios o directrices ancestrales por el bien y beneficio, o el mal y perjuicio que contienen u ocasionan, tanto a los judíos como a los que no son de Israel.
7) Utilización de la parábola y el cuento para ilustrar las experiencias extáticas
Desde un principio y a lo largo de muchas generaciones, los relatos descriptivos de las experiencias místicas, su significado o explicación, y las doctrinas y las enseñanzas sapienciales que de ellas se derivaron; se trasmitieron oralmente de maestro a discípulo y de padres a hijos, dando origen a las creencias y tradiciones ancestrales, plasmadas en los relatos,cuentos y parábolas de la religión organizada, reforzándolos con medidas de apremio tendentes a obligar a los creyentes a observar el culto y el ritual. Los grandes maestros precursores de la religión organizada, recurrieron al cuento y la parábola para ilustrar y exponer sus enseñanzas, porque estos proporcionan los símbolos adecuados para expresar en forma amena las experiencias, las explicaciones y sus aplicaciones o enseñanzas sapienciales; lo cual nos mantiene atentos a la exposición, porque las narraciones amenas nos fascinan. Pero al revestir simbólicamente las experiencias, las explicaciones, y las aplicaciones del fenómeno espiritual se corre el peligro de ocultarlas, y posteriormente pasen desapercibidas a los ojos de los encargados de compilarlas y documentarlas, y por ello las deforman y tergiversan a la hora de escribirlas y reinterpretarlas, cambiando intencionalmente o sin darse cuenta, su significado. A través del tiempo el sentido oculto de la parábola puede desvanecerse, si la narración no menciona el nombre de Dios o lo divino, que hubiese llevado al compilador a catalogarla como enseñanza sagrada, y pasa a ser catalogada por el compilador como cuento y formar parte de una colección de hermosos cuentos, compilados con objeto o intención manifiesta de preservar las narraciones tradicionales que sirven para entretener y divertir al pueblo. Y de manera semejante, si en los hechos de una narración ancestral que no tiene nada que ver con Dios o lo divino, se menciona el nombre de Dios; tal como suelen hacerlo los creyentes en los hechos de la vida cotidiana, entonces el compilador puede clasificarla como religiosa, sin serlo. También intencionalmente puede clasificarla como divina, si menciona el nombre de Dios o atribuye origen divino, de allí, nace la necesidad imperiosa de esforzarse en revisar primero, si los relatos de Dios o de lo divino, en verdad son cuestiones relacionadas con el mundo del espíritu; o se trata de cuestiones de este mundo que no tienen significado para la vida eterna. Y si en el primer plano no hay evidencias de que se trata de la descripción de una experiencia de lo Real, una explicación de la experiencia, o una aplicación o enseñanza sapiencial; entonces visualizar si existe un segundo plano en el fondo de la narración que oculte los elementos de la tríada pre teológica; y si no es así, desecharla de nuestras creencias.
Es decir, antes de creer ciegamente que todas las narraciones ancestrales coleccionadas en los libros sagrados, son palabra de Dios o inspiradas por ÉL; es necesario discernir primero: si se trata de la descripción neutra de una experiencia mística que viene a revelar los contenidos del mundo del espíritu, o se trata de una explicación de un fenómeno espiritual __o se trata de una enseñanza sapiencial que nos ilustre la forma de vivir correctamente, y que tiene significado para la vida eterna__o se trata de una narración que no es un elemento integrante de la triada pre teológica. Ya que por insólito que parezca, muy cerca de la totalidad de las narraciones contenidas en el Antiguo Testamento, narran los antecedentes fundamentales de Israel como nación; cuyos protagonistas son convencionalmente definidos como santos, sin serlo; para atribuir origen divino a Israel, y considerarse así mismo, pueblo santo. Pero al discernir estos hechos a la luz de la razón nos damos cuenta que no describen experiencias místicas que revelen el mundo del espíritu, ni son enseñanzas sapienciales que sirven para educar en la justicia, porque no son instructivas, ilustrativas ni edificantes; y sin embargo los intereses e intenciones nacionalistas de los redactores bíblicos y sus sucesores, obligaron al pueblo de Israel a tenerlos como palabra de Dios, o mandato de divino, bajo pena capital de ser lapidados por la multitud en el momento de blasfemar o diferir. Y el protagonismo de San Pablo, trasmitió a los seguidores de Cristo la obligación de acatar la Ley de Israel para que beneficiaran a Israel sin darse cuenta __porque para Israel desde el patriarca Abraham que timó al faraón y al rey de Gerara, el rey David que explotó a la reina del Saba, San Pablo que explotó a los gentiles greco romanos promoviendo cuantiosas colectas para los huérfanos y viudas judíos, y los actuales hijos de Israel, que incrustados en los centros de poder y gobierno cristianos, explotan a los contribuyentes__ la religión ha sido un instrumento de explotación y dominio con el que someten a los pueblos enajenados con el Libro de Israel. Este es un crimen de lesa humanidad que debe corregirse, y que no puede quedar impune si persiste un poco de sentido común, justicia y dignidad en las actuales generaciones de cristianos enajenadas por el Antiguo Testamento, que incumbe no solo a los libre pensadores cristianos que luchan por el cambio de ideas entre generaciones; sino también a los libre pensadores hinduistas, budistas ymusulmanes, debido a que Israel lucha por la dominio y supremacía mundial, acometiendo encubierta pero violentamente a los que se oponen a sus designios o no se someten voluntariamente.
8) La interacción entre los creyentes y las narraciones que hablan de Dios o lo divino.
Al ser Dios irreducible y estar más allá de nuestra comprensión, el interés que despiertan las narraciones que hablan de Dios o lo divino, tratando de encontrar el significado y aplicación de los hechos y las enseñanzas expuestas en los hechos y circunstancias de nuestra vida diaria, nos lleva a hacer conjeturas. Porque cuando indagamos la verdad sin contar con la información suficiente, las conjeturas tienen el fin de ayudarnos a encontrar una gama infinita de significados paralelos a efecto de tener diversos puntos de vista. Y al escuchar los relatos, y reflexionar sobre los posibles vínculos entre dos realidades distintas, la de la narración y la nuestra; la conjetura no solo se alimenta de los hechos anteriores y las expectativas del momento, sino también de la visión prevaleciente en la comunidad que pertenecemos, y así cada quien extrae de la lectura una interpretación diferente tendente a establecer su propio punto de vista. Es decir, que usamos los relatos y citas bíblicas como esquema de referencia adaptado a las circunstancias en las que nos encontramos, a efecto de provocar reacciones que nos lleven a hacer conjeturas que nos orienten y reafirmen nuestra fe. Este proceso continuamente retro-alimentado, se convierte en una fijación o automatismo constante, que nos lleva de las Escrituras a lo cotidiano, y de lo cotidiano a las Escrituras; lo cual equivale a tener una visión bíblica de la vida, es decir una visión inducida por los redactores bíblicos para imponernos sus ideas, indicándonos lo que es, o no es sagrado, y al aceptarlos como valores a seguir, generamos los sentimientos, deseos, pensamientos y acciones, que dan lugar a las transformaciones que sufrimos. Y no habría problema, si esa visión y esos valores fueran perfectos; es decir que dieran lugar a transformaciones fueran buenas y convenientes para nosotros mismos y la sociedad; pero por el testimonio del caos actual que priva en nuestra sociedad, es obvio que no es así, y por ello debe desecharse la visión bíblica de la vida y cambiarse por visiones que nos lleven a trasformaciones trascendentales.
Resumen
El desarrollo histórico de las ideas sapienciales de la Grecia clásica que desarrollaron la teoría de la trascendencia humana enmarcada en el fenómeno de la trasformación humana fruto de los planteamientos Aristotélicos acerca del alma truncada a fin de desarrollar todas sus potencialidades, y todos los planteamientos existenciales y todas las repuestas de la ciencia que de ello se derivaron. Junto con los planteamientos sobre la sociedad perfecta abordados por los tratados jurídicos de Trasimaco, Zolón, etc. que dieron origen a ética expuesta por la doctrina estoica del derecho natural abordada por Cicerón en su Tratado de las obligaciones fincadas en el Bien Supremo y sus excelsas cualidades al que deben conformarse todos nuestros actos. Nos permiten concientizarnos del retroceso del pensamiento existencial cristiano al explicar teológicamente los fenómenos que se dan en el hombre, la sociedad, la naturaleza y el cosmos debido a que desde el inicio de nuestra Era hemos sido castrados mentalmente por las Iglesias fideístas; pero estamos a tiempo de rectificar esa felonía religiosa explicando racionalmente la trascendencia de Cristo, su doctrina y ejemplo de activismo social y altruista, enriquecido con los planteamientos existenciales de la filosofía clásica y moderna, y las respuestas científicas de los: conductistas, empiristas, escépticos, idealistas, materialistas, racionalistas, los realistas, etc., y las respuestas que los antropólogos, educadores, neurólogos, psicólogos, sociólogos, los trapistas de la conducta, que han dado a los diferentes aspectos del desarrollo humano. De allí la importancia de educar a los jóvenes en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana en el anhelo por alcanzar la plenitud de la dignidad humana y la sociedad perfecta. Meta espiritual que ha sido abortada por las Iglesias y las organizaciones religiosas fideístas, las autoridades educativas, y los mercaderes de la educación que son apóstoles del materialismo e imperialismo supremacista.
Estas son las semillas de la sabiduría helénica sobre la trascendencia humana a las que se refirieron los atenienses en el Monte Areópago cuando escucharon a San Pablo hablar sobre la doctrina de Cristo y la revelación profética de Israel, debido a que adquirir determinados conocimientos sobre los mecanismos psíquicos de la transformación humana, es tan importante para liberar al hombre de sus atavismos, conflictos, estrés, fobias y disfunciones mentales, como lo son las doctrinas religiosas para salvar el alma; Pero San Pablo por desconocer la sabiduría ancestral de los atenienses, dejo sin contestar la pregunta que le hicieron sobre ¿cual era la relación existente entre la sabiduría de sus ilustres antepasados y la doctrina que pregonaba?, y lo único que pudo contestar, fue que el Dios de Israel era el Dios desconocido de sus creencias. Y la humanidad pensante permaneció parada en el Areópago en espera de la contestación a su pregunta, mientras que el culto a los ancestros de Israel pasó a llenar el hueco que dejara el culto a los Dioses del Olimpo, después de que toda certidumbre teológica helénica había sido abrogada por la razón. Teniendo cuidado de encubrir en el nuevo culto a los ancestros de Israel con las enseñanzas de Cristo a fin de resguardarlos de ser expuestos al pensamiento critico; lo cual, separo la fe de la razón, e hizo retroceder mas de dos mil años el pensamiento de los primeros cristianos helénicos, enajenando la razón y el corazón de los creyentes durante los siguientes dos mil años d. C. Por ello fue que después de la caída de Roma, las semillas de verdad sobre la trascendencia humana contenidas en el pensamiento greco romano, fueron etiquetadas de profanas y ocultadas al pueblo, manteniéndolo intencionalmente en la ignorancia, el error, la idolatría, el fanatismo y la superstición, derivadas de la separación de la fe y la razón impuesta por San Pablo para sujetar a los pueblos cristianos a los designios de Israel, centrando la educación de los creyentes en la lectura de los textos bíblicos y las enseñanzas de la Iglesia, relegando al olvido durante muchas generaciones los pensamientos y obras de notables autores de la Grecia clásica, cuyos nombres han sido olvidados por los cristianos y cambiados por el de los protagonistas del Libro de Israel.
Al igual que las obras y pensamiento de los autores greco romanos: Apuleyo, Catulo, Cicerón, Cornelio, Diógenes Laercio, Ennio, Fabio Máximo, Galo, Horacio, Julio César, Juvenal, Livio Andrónico, Lucilio, Lucrecio, Marcial, Marco Aurelio, Nervio, Ovidio, Petronio, Plauto, Plinio el joven. Plinio el viejo, Plutarco, Propercio, Prudencio, Quintiliano, Salustio, Séneca, Suetonio, Tácito, Terencio, Tertuliano, Tíbulo, Tito Livio, Virgilio, etc. Etiquetándolas como cuestiones impías y profanas, poco aptas para la educación en los valores; sin tomar en cuenta que las obras greco latinas son tan superiores al Libro de Israel, en todos lo campos del conocimiento v.g.: Leyes: El Codex Teodosianus: Compilación de las leyes imperiales publicado por Teodosius II soberano bizantino, 438 d. C., El Corpus Juris Civiles compilado por Tribuniano por encargo de Justiniano I, que estuvo en vigor hasta 1453. Espiritualidad:Marco Aurelio: Meditaciones. Naturaleza y alma humana: Lucrecio: De Rerum Natura, Biografías: Suetonio: Doce Cesares. Filosofía: Séneca: Diálogos, Historia: Julio Cesar: Comentarios sobre la guerra de las Galias, Tácito: Historias y Anales, etc., que no solo superan con creces al pensamiento primitivo de Israel impuesto por los rabinos a los cristianos para mantenerlos enajenados y así someterlos o exterminarlos sin que nadie se oponga a sus designios supremaciítas utilizando la astucia, la perversidad y el poder sin límites tras la palabrería mojigata del talmud que ocultamente sustenta y materializa el odio contra los gentiles a través de las organizaciones judío masónicas, judío comunistas o el poder persuasivo del lobby internacional judío integrado por los potentados de la banca, las finanzas, la Industria bélica, la industria petrolera, los medios, el comercio, la política y la diplomacia apoyados por los matones de la mafia, el Mosad o el Shin Beth a efecto de convertir las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes y pastores en rabinos, y los cristianos vasallos de los judíos, falsificando la religión imponiendo anti valores como si fueran valores dictas por Dios, falsificando los hechos históricos que hacen patente que no son las victimas sino los carniceros en la guerras y revoluciones que se han suscitado en los países infiltrados por las colonias judías desde el Imperio romano hasta la SGM. Patente en el despojo, sometimiento y holocausto de los las naciones y pueblos ex integrantes de la URSS a manos de los bolcheviques judíos, que ocultan tras la campaña intensa y permanente de la Shoa con cargo al erario público de los países que ha colonizado el imperialismo judío. Su perversidad y cinismo no tiene límites, sin escrúpulo alguno alegan que siempre han sido perseguidos por los cristianos que no se dejan someter pacíficamente, y por ello fueron despojados por la Iglesia de su papel sacerdotal, suplantado el pacto del Sinaí con la Nueva Alianza, usurpado su genealogía y su legado ancestral, suplantando su identidad aduciendo el cristianismo ser el nuevo Israel; pero son tan buenos que perdonan a los extranjeros que enajenados siguen a Israel voluntariamente en la construcción de un glorioso futuro desplantado sobre la plataforma del Pacto del Sinaí, traspasando valores naturales de su letrina sagrada destinados a transformar el cristianismo en noaquismo, la religión natural de Noe; es decir, si se trata de inculcar los imperativos normativos del derecho natural que promuevan el desarrollo espiritual y la civilidad al mismo tiempo, no tenemos que retroceder al paleolítico utilizando los siete mandamientos dados a Noe como proponen los rabinos como norma moral para los extranjeros que siguen a Israel voluntariamente, ya que el helenismo cristiano, tiene valores más evolucionados que el primitivo Noe, como la doctrina estoica expuesta por Cicerón en Los Oficios: Tratado sobre las obligaciones, donde sobrepasa la imposición de una moral atribuyéndola a mandato divino, a la manera académica de filosofar por ser la más honesta, la más racional, avocada a la investigación y descubrimiento de la verdad desentrañando a fondo todas las cuestiones, sopesando cada argumento mediante la fuerza de los hechos, la razón y la justicia que le asisten, a fin de pronunciarse justamente a favor o en contra de las ideas prevalecientes, al dirimir los puntos clave de la civilidad, el Estado y la religión; iniciando por definir el marco conceptual ecuménico; por ello, basados en la universalidad del mensaje de Cristo, expondremos los conceptos de la sabiduría védica sintetizados en el Gita como marco conceptual universal, ya que los Vedas constituyen el acervo espiritual mas rico y autorizado de todos los tiempos. La actual lucha intestina entre conservadores y modernistas promovida por los esbirros de la sinagoga a fin de destruir la Iglesia, deja en evidencia la enajenación generalizada de los cristianos romanos y reformistas, que en el fragor de la lucha milenaria entre cristianismo y el judaísmo se comportan como si fueran judíos, es decir enemigos de la Iglesia, el Estado y la sociedad cristiana.
Hay que aprovechar el cambio del credo cristiano promovido por los rabinos aduciendo la necesidad de regresar la doctrina de la Iglesia a la pureza de la fe de los primeros cristianos (cuando todos eran judíos) adaptando el discurso de la Iglesia a los tiempos modernos (cuando los gentiles cristianos actuamos como si fuéramos judíos); y por ello las elites clericales siguiendo las directrices de la sinagoga han abrogado sutilmente los textos y canones anti judíos arguyendo que los judíos son nuestros hermanos mayores en la fe, y han abrogado el dogma de la divinidad de Cristo y el dogma de la Santísima Trinidad, arguyendo que Cristo solo era un hombre (un testigo más de Jehová) y por ello han reivindicado la vieja Alianza sustituyendo el dogma de la Nueva Alianza por el de la doble Alianza, cambiando la realidad por la fantasía aduciendo que no es en el humanismo helénico sino el pacto del Sinaí donde se desplanta el futuro de la humanidad, negando los avances de la ciencia (vg. prohibiendo a sus seguidores la transfusión de plasma sanguíneo) en su lucha por trascender el dolor, el sufrimiento y las limitaciones humanas que corroboran la exactitud de doctrina y la teoría de la trascendencia humana instruida por Buda, ilustrada por Cristo y corroborada por las respuestas que la ciencia dado a los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, enmarcados en la prescripción terapéutica que hiciera Aristóteles al abordar el problema del Alma Truncada en su tratado metafísico Acerca del Alma; lo cual ha obligando a los libre pensadores cristianos a poner orden en las disputas clericales antes de que destruyan al cristianismo y la Iglesia, liberando a los teólogos de los atados de los rabinos que los obligan a escalar las cumbres del pensamiento cargando eternamente sobre sus hombros el pesado fardo de la mitología judía, parodiando el castigo eterno impuesto por Zeus a Sísifo hijo de Eolo rey de Tesalia tras haberlo delatado de raptar a Egina, para que libres los teólogos del peso que los agobia, les permite escalar ligeros las cumbres del pensamiento trascendental que nos permitan alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta.
Sinopsis
El perfil moral del humanismo secular tiene una banda muy ancha debido a la ausencia de dogmas pero no de principios que enaltezcan la dignidad humana. Su mayor virtud es la búsqueda intensa y apasionada del bien y la verdad, utilizando la razón y el libre pensamiento. Porque la sabiduría y la bondad son el norte que orienta su vida y sus actos, para encontrar la salida a los laberintos mentales que mantienen perpleja a la humanidad en el oscurantismo medieval religioso, utilizando el pensamiento crítico. El humanismo secular y su etiqueta de ateo, se debe a que los libre pensadores, concientes de la dignidad humana estamos en contra de la manipulación y enajenación que promueve la religión organizada, y seguimos la directiva que expuso Protágoras al analizar el ethos y el pathos de los dioses del Olimpo y caer en cuenta que las narraciones sagradas eran una mitología producto de la fantasía humana, a fin de explicar los portentos. Conclusión que lo llevó a señalar que el hombre es la medida de todas las cosas, abrogando el culto a los dioses del Olimpo, aún el dios desconocido. A partir de entonces, los pueblos herederos de la cultura helénica intentamos construir un mundo mejor cimentado en la ciencia, las humanidades y la educación laica de las multitudes en los valores del humanismo secular que tiene como polos la trascendencia humana y la sociedad perfecta, a fin de desarrollar las potencialidades interiores ejercitando el altruismo y el activismo social intensos, imitando a Cristo. El movimiento secular cristiano iniciado por los sabios alejandrinos en el primer siglo, tiene su raíz en el misticismo secular helénico practicado antes de Cristo por cínicos epicúreos y estoicos. Comprende solo los valores espirituales que enaltecen la dignidad humana, dejando de lado los relatos de las divinidades y el culto. No solo reconoce la importancia de la dimensión espiritual humana sino que promueve la divulgación del conocimiento espiritual, a fin de que la humanidad trascienda el subdesarrollo espiritual en el que se encuentra, a causa de los errores de la fe; y por ello, desde un punto de vista aquo, utiliza la razón para disolver los fundamentalismos perniciosos de creyentes y ateos, mediante un juicio justo.
En un principio el cristianismo fue un movimiento laico. La Epístola apócrifa de los Hechos de Felipe, expone al cristianismo como continuación de la educación en los valores que persigue alcanzar la paideía griega, promovida por los sabios alejandrinos que fueron los primeros en percatarse del movimiento secular cristiano cuando unos griegos se entrevistaron con Cristo (Jn XII, 20 al 24). Posteriormente enviaron al medico Lucas a dar testimonio escrito de los portentos, vida, ejemplo y enseñanza de Cristo, a fin de dar fe que es cierta la teoría de la trascendencia humana formulada por Aristóteles al abordar el problema del alma truncada que sostiene que el hombre puede trascender a sus propias limitaciones si practica las virtudes opuestas a sus defectos hasta alcanzar la supra humanidad. A partir de entonces, los pueblos helénicos siguieron el movimiento cristiano como el mejor modo de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta que pretende la paideía griega; por ello lucharon por helenizar el cristianismo a fin de estructurar la fe conforme a la razón. Lo cual propició el choque entre culturas ante la oposición radical e intransigente de los príncipes de la sinagoga tendente a evitar que se helenizara el cristianismo para judaizar el cristianismo y mantenerlo sujeto a los intereses judíos. Separando la fe de la razón __cuya unión inseparable, Cristo había revelado metafóricamente al ciego de nacimiento (Jn IX, 39)__ Provocando en los pueblos cristianos la estulticia generalizada y la entronización del oscurantismo, al olvidar las raíces helenistas de nuestra cultura; lo cual ha convertido las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes en rabinos, los cristianos en siervos del gobierno mundial judío, y el judeo cristianismo en religión chatarra. Así el movimiento cristiano dejó de ser laico y dejó de perseguir los fines últimos de la paideía; y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana.
El triunfo del judeo cristianismo sobre el incipiente helenismo cristiano es eminente, debido a que el progreso de las ciencias y las humanidades, amenaza con derrumbar la doctrina medieval de la iglesia; por ello, los emisarios de la Sinagoga, han promovido la lucha intestina entre conservadores y modernistas, para abrogar sutilmente la doctrina milenaria de la Iglesia tratando de adecuar el discurso de la Iglesia a los tiempos modernos, pero sin criticar el profetismo judío. Ante esta situación, 1) los esbirros de la Sinagoga pretenden terminar de judaizar el cristianismo, abrogando de nuestra fe el dogma de la divinidad de Cristo, el dogma de la Santísima Trinidad, el dogma de la Nueva Alianza, convirtiendo a Cristo en un profeta menor de Israel, testigo de Jehová. 2) los helenistas cristianos pretenden actualizar la doctrina de la Iglesia estructurando la fe conforme a la razón: sacralizando la doctrina y la teoría de la trascendencia humana y la sociedad perfecta predicada por Cristo. Abrogando de nuestra fe el Antiguo Testamento por ser una mitología oscurantista y enajenante; lo cual abrogaría la Reforma Protestante, uniría la religión y la ciencia, y uniría las Iglesias en Cristo. Y para lograrlo, solo es necesario criticar el profetismo judío enmarcando científicamente la controversia entre la fe y la razón en el fenómeno espiritual de la transformación humana, utilizando los principios universales de la filosofía y la ciencia de conocimiento espiritual, a fin de deslindar del camino ecuménico y hacer objetiva la desviación del cristianismo hacia la ecumene Abrahán-ica que nos conduce al precipicio de la perdición eterna. 3) el humanismo secular pretende prescindir de la religión organizada, convirtiéndolo en un humanismo secular cristiano, con catedrales en las universidades, institutos, fundaciones altruistas y voluntariados.
La crítica al profetismo judío puede abordarse por diversos procedimientos.
• Enmarcando la disertación científica en el fenómeno de la trasformación humana abordado por la doctrina y la teoría de la trascendencia humana: conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo, y sus jornadas descritas metafóricamente por los poetas místicos del Islam,; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicología: logoterápia), congruencia que da certidumbre a nuestros juicios de valor.
• Enmarcando la disertación filosófica en: «el deslinde del camino ecuménico que tiene como polos la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Utilizando los principios universales del saber filosófico y espiritual como tabla raza, a fin de hacer objetivo el desvió del cristianismo hacia la ecumene Abraham-ica demarcada por los convencionalismos de lo que es sagrado para de Israel» (su territorio, su pueblo, sus ancestros, Jerusalén, el templo, y el libro de Israel), conducidos por San Pablo para que los hijos de Israel seguidores de Cristo siguieran siendo Israel, y los gentiles cristianos ayudaran a Israel a llegar a ser la principal de las naciones; y para perpetuar el error separó la fe de la razón: (1ª Corintios I, 17 al 27), e indujo el error fundamental (2ª Timoteo 16, 17) que nos lleva a conclusiones falsas que nos confunden, conflictuan, enajenan y deshumanizan, polarizando la sociedad en explotadores y oprimidos. Convirtiendo en paradoja el cuestionamiento sobre la relación entre la fe y la razón planteado por los helénicos a San Pablo en el Areópago, lo cual ha mantenido perpleja a la humanidad en espera de una respuesta satisfactoria
• Enmarcando la disertación jurídica en la revisión del diferendo pontificio {opuesto a la sentencia dictada por Cristo [Mateo XXIII, 1 al 35] en su crítica a la utopía judía señalando como reos de castigo eterno a los seguidores de la doctrina (el ethos) y la conducta (el pathos) de Israel -VS- la honorable opinión de Su Excelencia Juan Pablo II señalando a Israel como hermano mayor en la fe} a la luz de los hechos bíblicos e históricos; para demostrar que sigue vigente el ad quem recurrido y el diferendo es una apostasía mayor tendente a judaizar el cristianismo
• Dejando al descubierto las implicaciones educativas, judiciales, morales y religiosas del latrocinio de tracto continúo en que incurren las iglesias y organizaciones religiosas al encubrir tendenciosamente el error fundamental; así como el interés jurídico y competencia del Estado para conocer y juzgar este relevante asunto, en razón del severo daño moral causado a la sociedad.
• Convocando el emplazamiento a juicio de las Iglesias y organizaciones religiosas tendenciosas, a efecto de corregir el error fundamental. En primera instancia ante el tribunal de la razón, en segunda instancia ante el tribunal de la ley. Y en tercera instancia en el estrado revolucionario de la justa indignación pública expulsando de las Iglesias a los sacerdotes y pastores fideístas renuentes a corregir el error fundamental; tal como lo hizo Cristo cuando expulsó del templo a los mercaderes de la fe.

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